El vandalismo de Santa Claus: la culpa
Opinión

El vandalismo de Santa Claus: la culpa

Por:
enero 24, 2015
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Durante un almuerzo de familia este último 24 de diciembre, de repente se escuchó un grito ensordecedor de una niña seguido por un llanto alarmante. Después de un muy corto silencio, se escuchó a varios adultos preguntar angustiosamente “¿qué pasó? ¿qué pasó?”.

Esta es la escena del episodio desafortunado:

Dos niñas, Laura (de 4 años) y Valentina (de 3 años), estaban jugando con un celular viejo. En algún momento, Laura decidió tener la siguiente conversación con el personaje “imaginario” al otro lado del teléfono:

— ¿Aló?

— ¿Papá Noel?

— ¡Hola Papá Noel! Es Laura. Es para decirte que no le traigas regalos a Valentina porque se está portando muy mal.

He ahí la explicación de la angustia de Valentina. Y no es para menos, a su edad yo habría tenido la misma reacción. ¿Y este terrorismo a qué se debe? Gracias a que los adultos no solo pervirtieron la esencia de Papá Noel sino que además lo utilizan para manipular a sus hijos.

El personaje de Papá Noel tiene su origen en San Nicolás de Myra (o conocido también como Nicolás de Bari). Nicolás nació en una familia muy acomodada. Heredando una gran fortuna muy joven porque a sus padres se los llevó la peste mientras ayudaban a los enfermos de su ciudad. Conmovido por esta situación, se dice que repartió todos sus bienes entre los pobres y se fue para Myra. A los 19 años se ordenó sacerdote, dedicando su vida al servicio, entre muchos actividades que realizaba, en particular se le recuerda por repartir obsequios entre los niños.

¿En qué momento nos pareció mejor historia que San Nicolás repartiera regalos entre las mismas familias (que ya lo tienen todo) en vez de seguir beneficiando a los niños que no son igual de afortunados? De pronto por el grito de Valentina quedé un poco mareado y confundido, pero ¿no será más valioso inculcar el valor del altruismo que la indiferencia y el egoísmo? ¿Queremos que nuestros niños aprendan a compartir o a acumular?

Y además de promover antivalores, ¿por qué utilizamos este personaje tan especial para manipular conciencias en vez de ser un ejemplo de bondad y servicio para los niños? Hay dos maneras de formar: con o sin violencia. Decirle a un niño que si no se porta bien Papá Noel no le traerá regalos es violento porque se le está quitando la libertad de escoger libremente, y porque es mentira. Tanto el garrote como la zanahoria son estrategias de padres débiles. El camino del medio es enseñarles que los actos y las decisiones tienen consecuencias. Por ejemplo, si un niño no quiere comer, el garrote sería gritarle o pegarle o decirle que Papá Noel no le traerá regalos y la zanahoria sería decirle que lo haga para poderse ir a ver televisión o para que Papá Noel le traiga regalos. ¿Algo en la vida funciona así? Ninguna de las dos está formando niños que asuman su responsabilidad. La solución es sencilla: “si no quieres comer, perfecto, tienes que esperar hasta la comida”. Esto no es un castigo, es la consecuencia.

La Navidad es una época de compartir, pero propondría que volviéramos a los orígenes de Nicolás para compartir con los demás y no entre los mismos, y no solo compartiendo regalos sino también tiempo, sonrisas y trabajo.

 

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