Cuando era niño mis padres hablaban del “Monte o la Selva”, a medida que fui creciendo nos referíamos a la “Naturaleza”, inspirados en el programa de televisión “Naturalia”. La palabra “Ecología” vino después seguida del “Medio Ambiente” (nunca entendí por qué medio y no entero) y ahora hablamos de “biodiversidad” y “cambio climático.”
Realmente la protección de los recursos naturales y el respeto por la vida en todas sus expresiones y especies, le caben todas esas palabras y más. Debería ser la prioridad de todas las personas y todos los gobiernos. Pero desafortunadamente no es así. Los presupuestos son mucho más grandes para otras cosas, como el asignado a las defensas y los armamentos de las naciones.
La guerra por lejos es la que se traga los recursos económicos que deberían ser para los recursos naturales. Este mes en Cali tuvimos la “Semana de la Biodiversidad” donde se habla de ser un referente de una ciudad ejemplo, pero los siete ríos que entran a la urbe se convierten en caños de agua contaminada y en su paso van a parar al río Cauca que bordea la ciudad y pasa totalmente contaminado. ¿Es eso ser un ejemplo de biodiversidad y cuidado de los recursos naturales?
Siendo el agua el más importante, porque de ella depende la vida y subsistencia de todas las especies, incluyendo la flora y la fauna. Con esto no quiero decir que durante esa semana no hayan pasado muchas cosas interesantes y gobernantes mojando mucha prensa, pero no existe un proyecto concreto y con un presupuesto importante para cuidar esas fuentes de vida.
La falta de esos proyectos no solo ha sido del actual gobierno municipal, sino de todos los anteriores.
Se están tramitando unos préstamos billonarios para la ciudad de parte de la banca, pero no se habla de invertir una parte importante de ellos directamente en el cuidado de nuestros ríos.
En mis muchos años de transitar por el mundo de la defensa ambiental, he escuchado tantas promesas y he visto tantas fotos de los gobernantes de turno hablando de las reforestaciones de los cerros y la protección de los ríos, que solo quedan en eso, promesas y fotos. Los cerros y los ríos continúan igual, se siembran cinco mil árboles, de los cuales sobrevivan unos muy pocos porque después de la siembra no hay continuidad para cuidarlos, cosa que hay que hacer por lo menos durante tres años más.
No sembremos cinco mil, con cincuenta bien cuidados basta y así sucesivamente se puede hacer el trabajo bien hecho. Así que hago un llamado a la conciencia de nuestros gobernantes que en pro de la biodiversidad seamos coherentes con las promesas y llevemos a acciones que se puedan verificar con el tiempo y no solo en la inmediatez.
Hay un término que usa un gran amigo, Jahuira, la “Ecología del Alma” por donde debe empezar todo, el cuidado del Medio Ambiente y así migar el Cambio Climático para tener una Biodiversidad balanceada. ¡Las buenas palabras vienen acompañadas de acciones contundentes y demostrables, manos a la obra por nuestros ríos!
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