Rodrigo Paz, 58 años, líder del Partido Demócrata Cristiano, sorpresa en la primera vuelta electoral, rompíó 20 años de poder de Evo Morales con le Movimiento al Socialismo MAS, en una segunda vuelta inédita en la política boliviana. Y es el nuevo presidente de Bolivia. Con un cómodo 54 % de los votos, no hubo dudas que los bolivianos se inclinaron por su discurso de centro frente a la derecha radical encarada por Jorge Tuto Quiroga que completa cuatro intentos fallidos por llegar al Palacio Quemado.
Paz se estrena con este triunfo por paliza que hasta hace solo dos meses parecía imposible. Con una labor de hormiga que reconocen partidarios y opositores recorrió palmo a palmo el país, en una campaña dirigida por su padre Jaime Paz Zamora, líder del histórico Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) presidente de Bolivia (1989-1993), y a su vez sobrino de Víctor Paz Estenssoro el más emblemático dr los políticos bolivianos.
A pesar de la enorme tradición política, en medio de la gran polarización, Paz logró presentarse como un outsider en compañía de una fórmula viceprsidencial que rompía con su talante serio y aplomado, Es Edmon Lara, ex capitán de policía, irreverente, irrespetuoso pero clave como protagonista en las redes sociales frente a electores indecisos.
La piedra en el zapato de la economía
Como la economía era el centro de la campaña, un punto a favor fue su programa de manejo de la política por fuera de los dictados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otras instituciones financieras extranjeras, con el manejo de los recursos “en casa”. Sin privatizaciones o influencia de Estados Unidos, como proponía el Tuto Quiroga.
Este fue realmente el punto que diferenció a los dos contrincantes. Parte del discurso de Quiroga se remitía a su cercanía con las instituciones financiaras de Estados Unidos que podrían ser clave para ayudar a solucionar la debacle económica, con el mal recuerdo de sometimiento a programas de ajuste del FMI. Esa fue la piedra en el zapato, sin contar con que causaban escozor sus intenciones de atraer inversionistas extranjeros para explotar el litio.
El Tuto que tenía enorme confianza en su triunfo con el apoyo del sector empresarial y unas encuestas que lo ponían a la cabeza de la carrera, vio la caída en las urnas. Errores en la campaña fueron haciendo mella en el electorado como los comentarios racistas de grueso calibre del candidato a vicepresidente Juan hablo Velasco, y la mala idea de un juego de palabras de Paz con MAS, para significar el apoyo de algunos sectores masistas.
Al final, Rodrigo Paz. en medio de la polarización, pasó por la calle del medio dando confianza a los electores que dijeron No al extremismo liberal del repitente Quiroga. Y después de 20 años de Evo Morales, llegará un nuevo líder al Palacio Quemado.
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