Tour, Wimbledon, US Open… y líderes sociales
Opinión

Tour, Wimbledon, US Open… y líderes sociales

Triunfan nuestros deportistas en el exterior, lloramos de orgullo, pero nos quedamos quietos ante la violencia que arrasa candidatos de todos los partidos, líderes sociales, desmovilizados

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septiembre 16, 2019
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¿Qué país somos? ¿En dónde se da que, en un mismo año, triunfemos en Wimbledon, el US Open, el Tour de Francia, tengamos el mayor número de turistas y, a la vez, renazcan los asesinatos en el proceso electoral y se multipliquen los de humildes líderes sociales?

El turismo en Colombia aumentó según el Foro Económico Mundial y, sin embargo, estamos a punto de echar para atrás, a punta de violencia e indiferencia, el puesto que Colombia, con trabajo intenso, se ha ganado.

Que una pareja de tenistas colombianos, Cabal y Farah, triunfen en dos grandes el mismo año, el de Wimbledon y el US Open, que María Camila Osorio sea la campeona junior en Nueva York, no es casualidad. Confluencia de disciplina, apoyo constante del patrocinador, resiliencia.

Que Egan Bernal, un joven de 22 años, gane la vuelta más dura del planeta, el Tour; que dos colombianos queden entre los cinco primeros de la vuelta a España que culminó ayer;  el coraje inmenso de Rigo, son hechos que dan fe del trabajo arduo, de la capacidad de seguir adelante en medio de las dificultades, de la apropiación de las mejores prácticas a nivel mundial en las respectivas disciplinas.

Los futbolistas colombianos en los mejores equipos del mundo, Falcao inaugurando equipo en Turquía con golazo, triunfando, Catherine Ibargüen, Mariana Pajón, igual que selecciones femeninas triunfadoras en voleibol, fútbol, en fin...

Los éxitos son el resultado de esa confluencia virtuosa de una serie de competencias necesarias para el éxito, construidas con visión de largo plazo y, aunque no aplica en todos los casos, reflejan también, en algunas disciplinas deportivas, la maduración del apoyo institucional público al deporte que, valga la verdad, es fruto del esfuerzo sostenido varios gobiernos.

Algunos hablan hoy de “competencias del siglo XXI”, de las socioemocionales, y vaya que nuestros deportistas están sobrados en ellas. Trabajo en equipo, resiliencia, respeto por los demás. Con su esfuerzo están construyendo país. Egan Bernal dirigiéndose a los niños en su natal Zipaquirá, orientándolos en cómo seguir sus sueños, es toda una inspiración. Nuestros deportistas son modelos a seguir.

 

Algunos hablan hoy de “competencias del siglo XXI”, de las socioemocionales,
y vaya que nuestros deportistas están sobrados en ellas.
Trabajo en equipo, resiliencia, respeto por los demás

 

Los triunfos nos llenan de orgullo a todos. Nos sentimos representados con dignidad en el exterior. Pareciera que, por fuera, el estigma de treinta años se rompe. “Ah, ustedes ganaron el Tour de France”, “ganaron Wimbledon, el US Open...”

Por dentro parecieran quedar atrás por un instante, las diferencias de la política. Basta ver los mensajes de felicitación y alegría en las redes para constatar que, de un momento a otro, la pugnacidad se disuelve. Todo el mundo, en el amplísimo espectro, coincide en el orgullo.

Hace pocos días, el Foro Económico Mundial lanzó el Informe de Competitividad de Viajes y Turismo. Colombia está dando pasos inmensos. En un año mejoró siete puestos en el ranking mundial (hoy, el puesto 55). Están entrando más turistas, principalmente porque fue en Colombia el país en el que la seguridad mejoró más respecto a su situación anterior. Añade el Foro que, por precios, la infraestructura hotelera y turística en Colombia es muy competitiva.

Lo de la seguridad, por supuesto, tiene nombre propio: proceso de paz. Es obvio que menores tasas de homicidios, desmovilización en zonas a las que era imposible acceder, han disparado el turismo, una señal inequívoca de los dividendos que la paz trae consigo.

Sin embargo, estamos muy cerca de echarlo todo por la borda. De las elecciones más pacíficas, las últimas, estamos transitando a unas de alta violencia. A los asesinatos de la candidata liberal en Suárez (Cauca), Karina García, del candidato del Centro Democrático Orley García (Toledo, Antioquia), se suma el del candidato conservador en Tibú, Norte de Santander, Bernardo Betancurt Orozco, muerto ayer domingo en el Catatumbo. Sin contar la cuota, prácticamente diaria, de asesinatos de líderes sociales como el Gustavo Pérez Arévalo (Santa Rosa del Sur, Bolívar) y del docente José Cortez Sevillano, en Llorente, Tumaco (Nariño).

¿Qué nos pasa? Triunfan colombianos en el exterior, salen adelante en la adversidad, lloramos de orgullo. Los grupos del narco matan candidatos de todos los partidos, líderes sociales, desmovilizados, ¿y nos quedamos quietos? ¿No somos muchos más los que queremos que se respete la vida de todos?

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