"Señor Petro, usted no crió a su hijo porque no le dio la gana"

"Señor Petro, usted no crió a su hijo porque no le dio la gana"

Sigue la polémica por la lavada de manos del presidente con su hijo al decir que no eran culpa sus errores porque él "no lo había criado"

Por: Juan Carlos Camacho Castellanos
marzo 14, 2023
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“Para poder leer, porque siempre me ha gustado leer, me tocaba robarme los libros de las librerías”.

Gustavo Petro (https://cambiocolombia.com/poder/habla-el-presidente-gustavo-petro)

La ultima perla del glorioso líder, el Sr. (No Doctor, jamás realizó estudios de doctorado) Petro, además de decir que no “crio” a su hijo con una excusa idiota pues solo él se la cree, afirma que se robaba los libros porque no tenía plata para comprarlos; nuevamente demuestra esta afirmación que es un tipo sin escrúpulos morales, que es un delincuente y nunca dejará de serlo (no existe tal cosa como un ex delincuente y eso lo demuestran los hechos pasados y recientes).

Y no hay excusas, porque no faltará el que diga que se justifica el crimen frente a un “profundo estado de necesidad”, y, aunque es un atenuante, más no justificante,  robar un pedazo de pan por hambre (recuérdese al famoso Jean Valjean de la conmovedora historia de Víctor Hugo) el robar libros no es por una necesidad fisiológica ineludible, el saquear un negocio para llevarse un televisor de última tecnología o apuñalar a un ciclista para arrebatarle su vehículo son delitos que no se generan por hambre, se realizan por simple irrespeto a la más simple norma de convivencia que es: “no apropiarse de los bienes privados o aquellos que se comercializan honestamente”.

Este tipo de declaraciones de Petro, la omisión de un mensaje claro a los que soportan su verborragia decadente, donde establezca que dicha acción es algo impúdico y que no se debe tomar sus malas acciones como ejemplo envían un mensaje equivoco a la sociedad. Petro, como Chávez, directa o indirectamente justifica el delito. No olvidemos que fue en medio de su mandato como alcalde (pésimo burgomaestre, por cierto) que se elevaron de manera brutal las acciones delictivas de ingreso sin pagar en el sistema Transmilenio y que se omitió de manera descarada una acción policial contundente contra el pozo del terror llamado “El Bronx”, paila del infierno donde predominaba la droga, la prostitución, el asesinato y el tráfico de bienes robados.

Así Don Petro se une a esa plétora de individuos que justifican el robo, el tomar lo ajeno como algo que ellos mientan “justicia social”; ¿será por eso que se siente tan a gusto entre delincuentes?, no en balde se rasga las vestiduras ante las acciones justas y duras del Presidente Nayib Bukele cuando en una acción, sin parangones en la historia de esta sufrida Latinoamérica, comienza a limpiar a El Salvador de esa plaga letal compuesta por las pandillas que robaban, secuestraban y asesinaban a la inocente ciudadanía salvadoreña mientras las ONG de Derechos Humanos hacían la vista gorda y la izquierda progresista callaba de manera cómplice.

Si, Sr. Petro, del ejemplo se nutre el alma. Mis padres, hace muchos años, cuando como honestos inmigrantes sobrevivían en una residencia humilde de estrato 1, nunca nos echaron a dormir en un colchón en el suelo o alentaron el robo de libros para superar nuestro nivel de ignorancia. Mi padre trabajaba duramente para poner comida en la mesa, para comprar honestamente unas camas muy modestas con su colchón y sus colchas, para darnos una mesada a cada uno con la que podíamos comprar dulces o revistas de comics, y claro, al crecer libros. Y aprendimos que robar era malo, y unas cuantas azotainas nos recordaban lo que las palabras expresaban (y no terminamos de ladrones o traficantes).

Yo no robaba libros, me iba de “tour” por las zonas donde estaban los libreros de usados y con unos pocos céntimos compraba un buen libro, sin robarlos; usaba el beneficio de las bibliotecas públicas o las del colegio; no me lance a destruir lo que me rodeaba con la excusa de la “justicia social” pues desde muy joven mis padres me enseñaron el valor del trabajo y el respeto al espacio público. Pero usted, como siempre, justifica la mala conducta; usted no es capaz de decir públicamente que robar es malo, que el trabajo duro es la mejor receta contra la pobreza y que los padres deben ser el faro moral de los hijos si deseamos reconstruir en realidad el tejido desgarrado por la violencia y el fanatismo político que personas como usted han generado en esta pobre patria. Usted no crio a su hijo porque no le dio la gana.

Pero, como su ministrico de justicia y usted proponen, de pronto le cambian el nombre al robo para sacarlo de la lista de los delitos y así seguir en esta senda irreal que sustentan bajo la premisa de que cambiar el nombre a algo mágicamente cambia la realidad; entonces ya no será robar sino, “préstamo permanente de bienes ajenos con fines justificados”. Definitivamente estamos en el reino de la locura.

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