¿Políticos que valen por sus ideas y proyectos o por su aspecto físico? (I)

¿Políticos que valen por sus ideas y proyectos o por su aspecto físico? (I)

Los contenidos de las discusiones son de orden ególatra (trastorno narcisista de personalidad), que de hecho muestran la no empatía con el resto de personas

Por: Hernando Copete Ortiz
febrero 10, 2022
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¿Políticos que valen por sus ideas y proyectos o por su aspecto físico? (I)
Foto: Pixabay

Para dar respuesta a la pregunta, es importante comenzar con otra pregunta. ¿Vale o no la pena vivir la vida en Polombia?

Responder esta pregunta nos arrastra a responder otra: ¿Existe una lógica de vida?

Responderla, me acordó de “El mito de Sisifo” de Albert Camus, cuando se preguntó: ¿El Suicidio es un insulto a la vida? Y respondió que es una solución a lo absurdo.

Esto significa, que todos los esfuerzos del individuo, sin cooperación, ayuda del otro, por una vida o existencia razonable, no tiene sentido. Es decir, mi existencia, no se puede dar sin el otro y no puede ser mejor sin la ayuda recíproca.

A lo anterior se suma que otros se hacen matar por las ideas, esperanzas, ilusiones o fe; elementos, que son la fuente de razón para vivir.

Esto, también es absurdo y además paradójico, por cuanto percibe que la vida tiene sentido y por ello sacrifica su existencia.

La vida es una mezcla de razones filosóficas, religiosas, psicológicas, sociológicas, culturales, políticas.

Al respecto, creo, la razón política (no pública) es una razón transversal a las otras, por cuanto, estamos es hablando de políticas (condiciones de existencia) que se toman en fuente de información, para cada uno de los miembros de una sociedad; elementos que no pueden estar alejados de su contexto (natural y humano). Escenario que se convierte en un catalizador para la toma de decisiones y sus resultados.

Nuestra vida es un porvenir, es un futuro, el cual debemos construir, ser futurólogos. Podemos armar algoritmos. ¿Sabemos cómo nos comportamos? Estas conductas son la clave para obtener el conocimiento, como seres vivos, sociales.

Estos conocimientos no los debemos usar para la coerción, dominación. Se deben utilizar, para garantizar mejores escenarios de vida y no hacerla absurda.

Debemos entender, eliminar o modificar esos actos malos, perjudiciales, que afectan a la comunidad, lo que la torna en una sociedad enferma, social, psicológica, cultural y económicamente.

En estos escenarios concurren muchos factores (que deben ser de conocimiento de los políticos), mal correlacionados (combinaciones) los transforman en ambientes tóxicos.
A este mundo llegamos no porque lo pedimos, pero alguien nos acogió, fuera de nuestros padres, y es La Pachamama.

Ella no nos niega nada, vientos, sol, oxígeno, ecosistema, paisajes, ríos, clima, océanos, volcanes, llanuras, desiertos, etc.

Detrás de este bello planeta se incrusta lo inhumano. Todos creemos que peleamos por la esperanza de construir el paraíso terrenal, pero sus recursos se tornaron privados.

Perder algo de lo que uno es dueño, la vida… Esto si es absurdo y nosotros somos los facilitadores.

Y perder la vida para mí, no es solamente dejar de estar vivo, sino no poder evolucionar (ser estático). Se deben mejorar las condiciones (necesidades básicas, visiones de vida) y las relaciones humanas, para optimizar nuestro bienestar personal y colectivo.

Ahora adentrémonos a nuestra Constitución y como esta responde a nuestro porvenir.
Artículo 124 de la Constitución Política Colombiana: “los servidores públicos están al servicio del Estado y de la comunidad; ejercerán sus funciones en la forma prevista por la Constitución, la ley y el reglamento”. Estos servidores ejercen actividades de orden judicial, militar, policial, de control.

El artículo 209 establece: “La función administrativa está al servicio de los intereses generales y se desarrolla con fundamento en los principios de igualdad, moralidad, eficacia, economía, celeridad, imparcialidad y publicidad…”

Para Weber: “Estado moderno es una asociación de dominación con carácter institucional que ha tratado, con éxito, de monopolizar dentro de un territorio la violencia física legítima como medio de dominación y que para lograr esta finalidad ha reunido todos los medios materiales en manos de su dirigente y ha expropiado a todos los funcionarios que antes disponían de ellos por derecho propio, sustituyéndolos con sus propias jerarquías supremas”.

A su vez define la política, como “dirección o la influencia sobre la trayectoria de una entidad política, aplicable en nuestro tiempo al Estado”.

En este orden de ideas, esa asociación de dominación debe responder a la “razón de Estado”, que no significa otra cosa que, los intereses de los ciudadanos (vida-salud, convivencia, justicia, ecosistema, educación, trabajo, etc.) es la razón de ser de su administración.

En consecuencia, todo funcionario público debe es administrar imparcialmente, en forma simétrica y ejerciendo una verdadera justicia.

Las clases de políticos que tenemos se pueden clasificar en: profesionales, que actúan como una empresa política propia, donde la entidad política, está por debajo de las dinastías políticas (sucesiones hereditarias, ser símbolo nacional); temporales, son personas que se reubican, acomodan, establecen alianzas, coaliciones (la política es dinámica o el fin justifica los medios); semiprofesionales, personajes que son funcionales, cumplen una utilidad práctica, son aprovechados para fines determinados, ocupando cargos estratégicos; aficionados, son aquellos que quieren hacer una carrera política, pero por su falta de experiencia, conocimiento, son fáciles de manipular.

Tienen un gran valor en la política, el cual es proporcional, de acuerdo con los votos que pueda conseguir.

A esta altura nos podríamos preguntar ¿la política pública es un negocio o su razón de ser es atender las necesidades de la sociedad?

Las empresas políticas son partidos que se asocian para mantener el poder, estableciendo un turno fijo y repartirse los cargos estatales (prebendas). Hoy las llaman coaliciones. Las propuestas por partido y la visión de vida comunitaria ya no tienen valor, son parecidas. La clave está, como se dice popularmente, ¿cómo se reparten el pastel?

Quien hace política, de hecho, aspira al poder, como medio para la consecución de unos fines. Es un “poder para” o un “poder sobre” (dominación). En otras palabras, ese político vive para la política o vive de la política (la “o” es conjuntiva; un valor, el otro, o ambos). La diferencia está en lo económico (de qué se vive) y en la visión de vida social (construir un futuro en conjunto).

Lo anterior da a entender que se entra en conflicto, pues se vive del botín, robo, confiscaciones, contribuciones, contratos, cohecho, estafa, mala gestión fiscal, nepotismo, engaño, impunidad, etc.; o se vive para mejorar las condiciones de vida de una sociedad, donde las acciones individuales como colectivas entran en armonía y se disminuyen (ojalá se acabe) las problemáticas comunitarias.

¿Cómo hemos visto nuestros políticos 2021-2022? Cuando se reúnen para exponer sus propuestas, este escenario no es de debate (defensa argumentativa de sus posturas frente a la problemática social), sino son discusiones, intercambio de opiniones, sentimientos, percepciones de orden subjetivo.

Elaborando una analogía, esto se parece a las formas de actuar de Ptolomeo, en Egipto, que peleaba contra sus compañeros para mantener su trono. En este caso, su prestigio o imagen. Pero detrás de todo esto lo buscan es dominar el razonamiento emocional de sus escuchas.

En consecuencia, no responden al objetivo del debate, que es que los escuchas, sean conscientes, a través de las sustentaciones objetivas, como de los juicios, que expresan, supuestamente, obtenidos de la realidad social, como de los planteamientos para dar solución y materializados en sus programas de gobierno, se perciban reales y no fantasías. Todo lo anterior permite a la audiencia tomar la mejor decisión para su elección.

Por lo tanto, los contenidos de las discusiones son de orden ególatra (trastorno narcisista de personalidad), que de hecho muestran la no empatía con el resto de personas o interlocutores. A esas otras personas, las señalan y califican mal, por su presentación personal (apariencia), clase social, actitud (señalándolo de enemigo de la sociedad), modos de expresarse (dicen que es ofensivo), etc.

De su contrario o competidor hablan e intensifican sus incidentes, errores, fallas, del pasado y ocultan sus éxitos, logros, resultados destacados, etc. Denigran sus opiniones, como sus valores, actitudes.

Fomentan la desaprobación social, generalizando situaciones. Plantean hechos sin significación, pues son descontextualizados, lo que lleva a que la construcción cognitiva del oyente, para él sea verdadera, con falsa información. Sus afirmaciones, carecen de contenidos reales (fantasía).

Se dan a conocer, que personas como ellos, no hay en este mundo. Son el nuevo salvador, el hombre señalado por una deidad. Creen ser los solucionadores de los problemas.

Y que en sus manos se encuentra el cambio del país, sustentando de hecho, que, en las manos de los demás seres humanos, no se puede encontrar los factores y causas del porvenir.

Proponen soluciones, más de orden delirante, alucinante o aberrante, por encima del razonable, objetivo. El conflicto que pretenden resolver no es el real sino el imaginario (caricaturista), visión unidimensional.

Los problemas son interpersonales, intergrupales, vistos al interior de los grupos políticos y no los que se encuentra en la mente particular de las personas, del ciudadano del común, que los ha vivenciado.

Esos contenidos, representaciones mentales, que vivencian los ciudadanos, deben ser la fuente de conocimiento, materia prima para explicar la realidad, elaborar sus proyectos, en los cuales debe ir incluida la solución.

En lugares donde no se presentan debates el “político” recurre al periodista, sin moral, que junto con un abogado, publicistas y medios de comunicación (abiertos y cerrados), arman los escenarios, como contenidos de los discursos, con previo estudio estadístico (encuestas e investigación: documental, de campo, experimental), para que de manera demagógica, con un buen discurso elaborado en su contenido y formas de expresión, den a entender que conocen la problemática, sus autores, victimas y espacios donde se presentan.

De esta manera pueden escapar de las críticas sociales y lograr su aceptación, como su “buena imagen”.

Conocen perfectamente que los valores de vida, como la sensibilidad del ser humano, son sus elementos claves, para conseguir la dominación.

¿Cuál es la grandeza de un político? ¿Cómo se debe medir?

La grandeza de un conquistador es la geografía. El atlas es su evidencia; la de un escritor, el número de libros, sus contenidos y lectores; la de un científico, sus descubrimientos y beneficios; la de un campesino, sus cosechas; la de un político, deben ser sus obras, en beneficio de las masas.

Gustave Le Bon definió la masa como: "Una agrupación humana pensante con los rasgos de pérdida de control racional, mayor sugestionabilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de omnipotencia y anonimato para el individuo".

Este personaje (político) no debe ser importante per se, sino por lo que puede materializar, a partir del conocimiento extraído de la realidad, el contexto, los involucrados, las clases de problemas, y sus diferentes formas de solución, justa.

Nuestro político debe ser un político en abstracto, es decir, sus condiciones personales, intereses, descendencia, prestigio, formas de externalizar sus propios conflictos psíquicos (proyecciones), sentimientos, motivaciones personales, etc. deben estar ausentes en sus programas políticos.

Estos programas deben ir alimentados, como se viene dando a entender, del sentir ciudadano y de los métodos y técnicas de registro de la información social, que adelantan las diferentes instituciones del estado, como de las organizaciones privadas.

El mundo de los datos, sin su manipulación, nos deben llevar a la solución de nuestros dolores, problemas, ausencia de conocimiento, y por qué no, anticiparnos al futuro (algoritmos).

Hoy día, mediante la información que se registra en las redes sociales, se pueden identificar patrones de comportamiento, que las ciencias como la sociología, la psicología social, psicología del consumidor con el uso de metodologías como las matemáticas y estadística, permiten conocer, los gustos, temas de consulta, medios de comunicación, personajes consultados, tendencias comportamentales y hasta aparece el corrector ortográfico, etc.

Este político en abstracto, debe predicar con el ejemplo. No basta con decir señor, señor. Esto es pura carreta, oratoria que no transmuta en existencia, realidad, hechos, beneficios.

Es como un influencer, que solo ilusiona y él es quien gana.

Debemos es conocer los hombres por su conducta, por su conjunto de actos, su contexto e historia de los mismos. Sus títulos (se la pasan estudiando o los compran), condecoraciones (obtenidas, por dar otras, a sus aliados, contraprestaciones), prestigio (pagado, por medios abiertos y actividad de grupos o comités de aplausos), escritos, etc., no lo hace eficiente.

Alguien dijo por tus obras te darás a conocer; otros, el árbol se conoce por sus frutos y popularmente se escucha que se debe tener mucho cuidado con los mentirosos, pues viene disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces (Mateo 7. 15-20).

Este hombre político no lo debemos interpretar desde sus características personales como su personalidad, carácter, rasgos físicos, estatus social, genero, prestigio, popularidad, etc., sino desde sus propuestas validas, confiables, reales, que deben estar establecidas en su programa de gobierno; bitácora de vuelo, que debe ser controlada y evaluada por los grupos sociales y la población en general.

El pensamiento racional como el emocional, no deben estar impregnados de la maldad, impulsos corruptos. Pues si lo está, todo lo que piense, siente y haga, de hecho, es malo. (¿Pecado original?).

Para finalizar son contados los políticos que dan a conocer sus programas de gobierno a la ciudadanía.

A la fecha conozco una cartilla titulada “referentes programáticos para transformar a Colombia: Bases para la reflexión ciudadana del programa de las listas al Senado y Cámara de Representantes”.

Los temas son trabajo, productividad, sustentabilidad ambiental, vida digna, oportunidades sociales, crisis climática, paz, democracia, reconocimiento y sus diferentes bifurcaciones.

Interpreto estos temas, a partir del análisis causa raíz (diagrama de espina de pescado), donde busca determinar las causas y los ¿por qué? de la problemática social en Colombia y en ese orden de análisis plantean las mejores alternativas de solución.

La decisión está en la verdadera información, que obtengas.

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