Las aventuras de Sherlock Montealegre
Opinión

Las aventuras de Sherlock Montealegre

Por:
noviembre 29, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

—Que exhumen el cadáver de Gaitán…, digo, de Pizarro, —ordenó mientas su cuerpo ladeaba a causa de cualquier curva.

—¿Y?, —habrá preguntado algún tercer secretario del Gran Fiscal.

—Pues lo exhuman y averiguan qué arma lo mató.

—¿Y?, —habrá preguntado nuevamente aquel tercer secretario mientras andan raudos por las calles bogotanas en siete u ocho Toyotas bien grandes e intenta responder en su celular algún importante mensaje.

—Pues nada, me manda un oficio con la vaina y ya, —dijo el Gran Fiscal mientras a punta de pitadera evadían todos los semáforos en rojo.

El tercer secretario se limitó a expresar

—Ajá, doctor.

—Pero antes de cualquier vaina, le avisan a los medios lo de la exhumada, para que vean cómo estamos trabajando y no vayan a pensar queme la paso poniéndole zancadilla  al tal proceso de paz.

—Ajá doctor, —habrá respondido  aquel tercer secretario mientras lograba subir de nivel en su Candy Crush.

A Jorge Eliécer Gaitán lo asesina de uno o varios tiros un tal Juan Roa Sierra y a pesar de esconderse en una farmacia e imagino que gritar por su inocencia, la gente lo saca a las bravas, y mientras es arrastrado por las muñecas, poco a poco le llega la muerte gracias a los miles de golpes recibidos. De haber estado tal caso en manos del Gran Fiscal Sherlock Montealegre, imagino que la orden de exhumación habría recaído en el cuerpo de líder político.

—Hay que saber qué arma acabó con su vida.

—Ajá doctor —habría respondido su tercer secretario.

Lo de Gaitán ocurrió en 1948, y tras aquella locura el país  ha vivido decenio tras decenio en una violencia perpetua con altibajos y cada vez que se produce un grito o una alarma simplemente alguien ordena que se accione el gatillo. Y suelto nombres al azar, nombres que llegan a la memoria: Rodrigo Lara Bonilla, Guillermo Cano, Luis Carlos Galán, Jaime Pardo, Héctor Abad, Álvaro Gómez, Jaime Garzón y me detengo ya porque si no, no termino.

La lista es larga, muy larga, aunque más larga será la cara de cualquier interesado cuando se le diga que de esos homicidios pareciera no haber investigación, como que el país pasa la página y dirá ya vienen tiempos mejores. Habrá uno que otro autor material tras las rejas, tal vez, pero la regla es que quien no quiere que el país avance es muy fuerte, grande, con poderosos vínculos con el poder y nunca se sabrá judicialmente quienes son los malos.

Y así la Fiscalía da pasos de ciego con lo de Pizarro, con lo de Gómez Hurtado, y siempre el tercer secretario hará el mandado y dirá obedientemente ajá doctor, mientras pasa con éxito otro nivel del jueguito aquel de las bolas que explotan.

Parece que estamos crudos en eso de investigar.

… y hablando de…

Y ya que estamos con palabras mudas, oigo de la llamativa campaña de Hollman Morris para la Alcaldía de Bogotá: “Al odio una sonrisa”. No sé si me gusta más la llamativa “Bogotá Humana” del alcalde Petro. Pobre ciudad…

Y hablando de papeles, leo en las redes sociales los alaridos por la decisión de la familia  de Gabriel García Márquez para que muchos documentos valiosos del nobel estén en la Universidad de Texas. ¿Qué porqué no en su tierra?, vociferan los patriotas. Pues mejor sitio que el escogido es difícil, y no hay que olvidar que ahí mismo se guarda importante material de escritores como Borges, Faulkner o Joyce. Y son documentos que no son útiles para una visita turística, sino destinados a investigadores en temas literarios.

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Por suerte casi los mato

Por suerte casi los mato

Celos de hombre (II)

Celos de hombre (II)

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--