La pusilánime izquierda colombiana: un truculento camino hacia la presidencia

La pusilánime izquierda colombiana: un truculento camino hacia la presidencia

"Si Petro va a ser el presidente de los colombianos, pues ya es hora de que estos se vayan preparando para lo que se viene"

Por: Jamal Said
julio 19, 2021
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La pusilánime izquierda colombiana: un truculento camino hacia la presidencia
Foto: Twitter @petrogustavo

Hace más o menos dos semanas un buen amigo mío que trabajó como misionero en Cuba, en uno de esos saludos fraternales que me acostumbra a dar, me puso al tanto de lo que viene aconteciendo en la isla de José Martí y de otros grandes hombres que nos han alegrado la existencia. Me dijo lo siguiente: “el pueblo cubano se cansó y está pidiendo libertad, pero libertad en todos los sentidos posibles”. Esto me lo dijo unos días antes de que los noticieros y las redes sociales, cumpliendo con su deber comunicativo, sacaran a la luz pública lo que realmente está pasando en el país caribeño. Como era de esperarse, no podía faltar el debate con tintes políticos en nuestra clase dirigente: por un lado, la derecha que condena la represión del régimen comunista; y por otro, la izquierda que socarronamente quiere hacerle creer a la gente que en Cuba no está pasando nada.

Llama la atención, si analizamos las opiniones de los representantes de la izquierda (también llamada por unos como un simple progresismo bananero), la interpretación más que desacertada de la situación cubana. Bueno, es de saber que Gustavo Petro y Gustavo Bolívar, entre otros lagartos que se hacen llamar el Pacto Histórico, no quieren que se les vincule estrictamente con el comunismo que tiene de rodillas a varias naciones latinoamericanas, concentrando sus energías en la contienda electoral del 2022. Sin embargo, estos no dudaron en decir que se debe imponer un dialogo social, justificando así la presencia de un régimen que tiene a varias generaciones de cubanos sumidas en la más desastrosa pobreza. Han pasado sesenta años, con los Castro supervisando la debacle social, y realmente nada ha cambiado en la isla.

Si Petro va a ser el presidente de los colombianos, pues ya es hora de que estos se vayan preparando para lo que se viene. ¡Ojo, pues! Su estrategia no va a ser otra que la de enfrentarse al libre mercado, entiéndase por este el sistema que mal que bien no nos tiene como Cuba o Venezuela; apoyar, siempre con justificaciones mentirosas, a los regímenes totalitarios; y promover, de la manera que lo viene haciendo, una lucha de clases sin sentido, atacando fervientemente todas las bondades del mundo capitalista, el cual lamentablemente ha sido malinterpretado por nuestros gobernantes y empresarios. Nadie que tenga tres dedos de frente desconoce que es un comunista, que lo único que le importa es revivir la ruta que alguna vez tuvo el M-19, y que está empeñado en llevar al país a una crisis sin precedentes. Está más que claro: Petro y su caterva de tontos apoyan a los Castro.

Entonces, si esto es así, para que hacerlo nuestro gobernante. Debemos repensar muy bien el poder que algunos le quieren otorgar, porque una vez que esté gobernando la guerra va a ser otra: se va a pelear por la libertad, la comida y el futuro de los que nos hemos preparado para vivir dignamente. Cómo es posible que llame la atención una política de la pobreza, de la inercia que se vive dentro y fuera de Cuba –los que están en el exilio igualmente se sienten impotentes al no destronar a esa mafia de comunistas que ahora comanda Miguel Díaz-Canel–, justificada por un régimen que vive de nostalgias revolucionarias a expensas de la degradación de su gente. Repito: pensemos muy bien las cosas, porque nuestra izquierda pusilánime, esa que apoya (y no apoya cuando le conviene) a los gobiernos comunistas, nos va a generar una confrontación que terminará desangrando a todo el territorio nacional.

La ñapa. Se sabe que Petro y Gustavo Bolívar han financiado a los de la Primera Línea –un grupo de delincuentes con tintes anarquistas que buscan reconocimiento internacional–, así más de uno diga que se lo está difamando al vincularlos con el paro. Sin embargo, hasta la fecha no hay un solo funcionario de la fiscalía que tenga los cojones bien puestos como para imputarlos y hacerlos responder por el daño que le han ocasionado a la sociedad colombiana. De verdad, amigo lector, que es triste la falta de autoridad que reina aquí, como también es lamentable la inercia de un presidente que le da miedo imponer su poder gubernamental, con el fin de responderle a la gente que lo eligió y mantener como debe ser los principios del orden. No me cabe la menor duda que todo lo vivido durante el paro se debe a la cobardía de un gobierno fracasado, por lo tanto, es menester del libre pensador no perder el rumbo y condenar el desastre social que la izquierda quiere imponer e internacionalizar.

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