Un Gobierno "del pueblo para el pueblo" prometió el nuevo gobernante de los peruanos, el izquierdista Pedro Castillo.
Durante su discurso de posesión que coincidió con los 200 años del país, el mandatario reiteró su postura de presentar un proyecto de ley ante el Congreso para conformar una Asamblea Constituyente.
Según el nuevo jefe de Estado, es necesario cambiar la actual Carta Magna para acabar con la corrupción y modificar el modelo económico de la nación con el fin de impulsar beneficios para todos los sectores de la población, especialmente para las personas más vulnerables.
No obstante, el presidente prometió hacerlo dentro de las normativas del país. "Insistiremos en la propuesta siempre en el marco de la ley con los instrumentos legales, nunca se hará tabla rasa de la legalidad. Tendremos que conciliar posiciones con el Congreso porque será aquí donde se tendrán que aprobar las normas correspondientes", aseguró.
Una nueva Constitución es una de las propuestas bandera de su campaña política, una promesa que despertó temores frente al nuevo Gobierno de izquierda. Constitucionalistas del país han advertido que el texto vigente no permite convocar a una Asamblea, algo que Castillo reconoció este miércoles durante su discurso.
Sin embargo, el líder de Perú Libre destacó que la propuesta luego será sometida a un referendo para contar con el respaldo de los ciudadanos. Resaltó que el grupo encargado de la redacción de la Carta Magna deberá ser plurinacional, paritario y no solo con candidatos de partidos políticos.
Castillo asume la Presidencia con poco tiempo para recuperar el aliento tras un torbellino político que llevó al país a tener tres presidentes en los últimos meses y mientras la nación lucha contra el brote de coronavirus con más muertes por cada 100.000 habitantes a nivel mundial. Enfrenta asimismo tensiones en su partido, Perú Libre, y poco apoyo en un Congreso altamente fragmentado.
Entre sus prioridades de gestión, el gobernante prometió acelerar la vacunación contra la pandemia del Covid-19 en Perú, una nación que ha registrado la mayor tasa de mortalidad per cápita del mundo por el virus.
"Frente a una tercera ola de contagios, tenemos a la fecha un 16% de la población vacunada con dos dosis y un primer nivel de atención muy débil. Esto significa el enorme desafío de llegar a fin de año a más del 70% de la población vacunada y lograr a protección comunitaria", apuntó.
Castillo subrayó que las miles de vidas que la emergencia sanitaria ha cobrado en su país no pueden quedar en vano. Señaló que en memoria a los fallecidos, preservar la salud y la vida será su primera gran tarea. "Esto no ha terminado", dijo al referirse a las nuevas cepas del virus.
El mandatario se comprometió a garantizar un servicio de salud público, universal y gratuito para los peruanos, con su propuesta de descentralizar el sistema para ofrecer cobertura de calidad a los ciudadanos en todas las regiones de la nación, sin necesidad de desplazamientos hasta la capital para obtener atención médica.
Castillo anunció la construcción de decenas de nuevos hospitales, para lo que convocó a los gobernadores de las regiones e indicó que resultarían beneficiadas si se trabaja de forma articulada con el Gobierno con el fin de ampliar la infraestructura sanitaria.
"Es un derecho fundamental, el Estado debe garantizar la salud física y mental (…) Al término de mi mandato entregaré hospitales especializados por región, entre los cuales priorizaremos hospitales materno infantil, hospital neoplásico, hospital clínico quirúrgico, hospital de medicina tropical y hospital de salud bucal", prometió.
Castillo refuta las acusaciones sobre temidas expropiaciones
En un intento por desmentir algunos de los mayores temores que despertó su campaña política, el izquierdista afirmó que no habrá expropiaciones, respetará la propiedad privada y la inversión extranjera, pero que buscará acabar con los monopolios económicos.
Tras estos señalamientos, todas las miradas también están puestas en sus decisiones en materia económica.
Una señal clave será la elección para presidir la cartera de Economía. Fuentes cercanas a Castillo indican que designaría a Pedro Francke, un economista de izquierda moderada, que ha ayudado a suavizar la imagen del candidato y a calmar el nerviosismo entre los últimos meses.
Asimismo, los productores de cobre han visto con temor sus planes de aumentar los impuestos a la minería para financiar reformas de salud y educación y renovar la Constitución.
En respuesta a estos señalamientos, el nuevo mandatario sostuvo que es necesario mejorar el modelo económico, que en su opinión ha causado las grandes brechas económicas y sociales en su nación durante décadas. "Ningún Gobierno escuchó el malestar de la mayoría", dijo Castillo, quien señaló que las diferencias sociales se han visto aumentadas por la crisis financiera producto de las restricciones por la pandemia.
No obstante, insistió en que impulsará cambios en esta materia, afirmó que sus medidas no implicarán poner en riesgo los logros de los peruanos. "Es posible realizar estos cambios con responsabilidad, respetando la propiedad privada, pero poniendo por delante los intereses de la nación, queremos un país más próspero, más justo, donde la riqueza y el bienestar se distribuyan de manera equitativa entre todos los peruanos", aseveró.
Para ello, el gobernante anunció que de inmediato promoverá proyectos como la creación de un millón de nuevos empleos en su primer año de mandato, aunque no especificó cómo lo haría; la facilitación de créditos bancarios para las pequeñas empresas y la transferencia inmediata de 700 soles, alrededor de 178 dólares, a las familias vulnerables, fuertemente golpeadas por la emergencia sanitaria.
El jefe de Estado además deberá intentar un equilibrio entre el poderoso sector minero en el segundo país productor de cobre del mundo y la necesidad de aumentar los impuestos para aliviar la creciente pobreza y cumplir las promesas a su base rural, que lo impulsó lo que parecía un improbable ascenso a la Presidencia.
"Castillo necesita unir el núcleo duro de su partido, pero tiene que hacerlo sin destruir la imagen que la gente tiene de él, que es que está en contra del radicalismo", explicó Jeffrey Radzinsky, un experto en gobernanza con sede en Lima.
El abrupto éxito en la campaña presidencial de Castillo, un exmaestro rural de 51 años e hijo de campesinos que llega al Ejecutivo fuera de los conglomerados políticos tradicionales centra la atención en sus promesas para erradicar la corrupción.
En su discurso de posesión, Pedro Castillo resaltó el caso Lava Jato, en el que salieron salpicados al menos tres expresidentes peruanos, y aunque destacó la rendición de cuentas por parte de algunos funcionarios, aseguró que los empresarios implicados también deberán enfrentar la Justicia.
"Tenemos que desterrar la corrupción, pero debemos sancionar con dureza y firmeza a todos los que participen en ella, en el caso mencionado vemos a muchos funcionarios incluso hasta tres expresidentes del país implicados. Dos de ellos han sido detenidos, pero paradójicamente no vemos preso a ningún empresario. Algunos lo estuvieron unos días, pero ahora ya están libres y hasta fuera del país. Esto no es correcto", apuntó.
Castillo llega a la Presidencia tras vencer en las urnas a la candidata de la derecha Keiko Fujimori, quien alegó un presunto fraude, sin pruebas según la Justicia peruana. Aunque finalmente su triunfo fue oficializado, el presidente tendrá que lidiar con un Congreso fragmentado donde carece de apoyo para sus promesas clave, así como tensiones con el ala de extrema izquierda de su propio partido político, encabezada por el médico marxista Vladimir Cerrón.
Ahora todas las miradas estarán puestas en la composición de su gabinete de ministros, aún en secreto en medio de un enfrentamiento entre el ala más radical de Perú Libre y asesores y aliados más moderados.
Te puede interesar:
Pedro Castillo, el maestro de la izquierda que conquistó a Perú
