Bogotano, bachiller de San Bartolomé y abogado de la Universidad Nacional. Militante de la Unión Patriótica, tras graves amenazas de muerte, decidió unirse a las Farc en 1987. Miembro de la Comisión Temática adjunta a la Mesa de Diálogos en el Caguán, asesor político del Bloque Oriental, participó al lado de Timoleón Jiménez en las negociaciones de paz que culminaron con la firma del Acuerdo Definitivo en noviembre de 2016. Autor de la novela “A quemarropa” (2014) y el libro de cuentos “La luna del forense”. Columnista de opinión en el portal de las Farc, en su espacio llamado “La pluma de Gabriel Ángel”.
El país nacional le apuesta a que el Acuerdo de Paz logre su aprobación en el Congreso y una correcta implementación. El país político, en cambio, sigue insistiendo en hacerlo trizas
Ezequiel Martínez salió de La Habana al monitoreo tripartito en Chocó. Un desliz burocrático lo excluyó de las listas de las Farc, dejándolo en una dramática situación. Como a muchos otros
Solo gente cizañera puede endilgarle al nuevo partido responsabilidad en la decisión individual de un exmilitante Farc, y armar barullo en torno a las listas de los guerrilleros prisioneros
En el Centro de Convenciones estaba naciendo un partido político nuevo en Colombia: se había ganado el derecho a pensar, a hablar, a trabajar libremente en política
Las Farc nos jugamos los restos en esta apuesta contra el viejo país. Si Colombia logra que los Acuerdos sean una realidad, habremos dado un verdadero salto al futuro
