En la Florida pretenciosa, justo en el norte de Miami Beach, está Indian Creek, una isla pequeña de una sola calle, donde solamente hay 41 casas lujosas. Una isla casi irreal. Indian Creek está rodeada por un agua que a veces parece demasiado azul verdosa para ser natural. Indian Creek no es solo una isla; es un mito, es también una fortaleza. Indian Creek es un secreto casi perfecto. En su único kilómetro cuadrado viven algunas de las personas más ricas del planeta. Y entre ellas, desde hace algunos años vive allí el banquero colombiano Jaime Gilinski y su familia.
Lea también: Los 12 hoteles con los que Decamerón conquistó el turismo en Colombia
Aunque es complicado saber exactamente cómo fue que los Gilinski llegaron a esta isla, porque primero, para poder comprar hay que tener mucho dinero, que él lo tiene, y segundo, ser invitado por alguien que ya esté viviendo allí.
Jaime Gilinski, nacido en Cali y educado en Harvard, había construido su imperio financiero a base de comprar y transformar bancos en América Latina y de administrar eficientemente las empresas familires. A finales de la década de 2010, con su riqueza consolidada y su influencia multiplicada, decidió que era hora de establecerse en un lugar que estuviera a la altura de su fortuna. Indian Creek, también conocida como "el búnker de los multimillonarios", fue su destino.
Lea también: Hoteles de lujo, otro de los meganegocios de Luis Carlos Sarmiento Angulo
Fue en 2019, cuando el banquero colombiano compró una de las pocas propiedades disponibles en la isla. Pagó alrededor de 24 millones de dólares por su casa, una cifra que podría parecer astronómica en casi cualquier lugar del mundo, pero que en aquella isla es apenas el precio de entrada.
En Indian Creek no hay espacio para la discreción. Las mansiones son gigantes y deslumbrantes. Son palacios modernos al frente de un mar mágico. Sus enormes fachadas de vidrio, piscinas que se confunden con el océano, y jardines que parecen recién sacados de una revista de catálogos. La mansión de Jaime Gilinski no es una excepción.
La vida en esta isla de la Florida es un ejercicio de exclusividad. Allí solamente hay 41 terrenos bien delineados y cada uno de ellas alberga una residencia y solo puede haber una casa. En Indian Creek no hay edificios de apartamentos. No hay hoteles. No hay tiendas ni comercio alguno. Las casas, diseñadas por algunos de los arquitectos más renombrados del mundo, son una exhibición de opulencia, pero también de seguridad.
Indian Creek cuenta con su propio departamento de policía. Hay 13 agentes designados para cuidar la a unos 80 residentes. El acceso a este espacio de confort y exclusividad está controlado con todos los sistemas de seguridad existentes en la tierra. Allí solamente se puede llegar en yates o a través de un puente vigilado las 24 horas que no está abierto a los turistas.
Entre los vecinos de los Gilinski están Tom Brady, el legendario quarterback de la NFL y su familia, allí también vive la supermodelo Gisele Bündchen. Ivanka Trump, hija del recién posecionado presidente de Estados Unidos también tiene casa allí. Jeff Bezzos, el magnate dueño de Amazon es también uno de los residentes de Indian Creek.
Las casas en esta isla son casi imposibles de comprar. No solo por los precios, ya que la más económica supera los 20 millones de dólares, y las más costosas los 50 millones, sino porque el acceso a la comunidad está rigurosamente controlado y casi nunca hay una casa vacía. Además los compradores antes de poder hacerse dueño de una propiedad allí tiene que ser aprobado por un consejo de residentes que aparte de evaluar las capacidades financieras también analizan su adaptación al costoso estilo de vida del lugar. Pareciera la llegada una poderosa sociedad ultrasecreta.
La llegada de Gilinski a Indian Creek fue un evento notable en el mundo financiero y empresarial. Un colombiano en este enclave de multimillonarios, casi todos norteamericanos, fue inusual. Pero el poder y la riqueza de la familia Gilinski, su estilo reservado y su habilidad para moverse en los negocios con muchos dólares los llevó a encajar. Desde su lujosa residencia con vista al mar en una isla cerrada al mundo, Jaime Gilinski sigue en la ruta para expandir su imperio y su fortuna.
Indian Creek es un lugar donde el lujo, la privacidad y el poder se mezclan en dosis perfectas.