La decisión del presidente Gustavo Petro de viajar a Haití para pedir perdón en nombre de Colombia por el homicidio del presidente Jovenel Moise fue duramente criticada. Por un lado, ciertos sectores no vieron conveniente realizar ese acto en medio de la crisis que se está viviendo en el Catatumbo y por el otro, las familias de los 17 colombianos acusados de cometer el crimen recordaron que ellos aún no han sido condenados y aseguraron que esas palabras del mandatario les hacen mucho daño.
Desde que se dieron los hechos en 2021, los 17 exmilitares y presuntos mercenarios están detenidos en Haití, al parecer en condiciones deplorables, mientras que solo uno, Mario Antonio Palacio, fue judicializado y recibió cadena perpetua. Así pues, los familiares van a completar cuatro años denunciando falta de garantías y pidiendo que estas personas sean trasladadas a Colombia.
Durante gran parte de ese tiempo, ellos han tenido bastantes dificultades al no tener a alguien con quien interlocutar directamente, puesto que aún hoy, Colombia permanece sin una Embajada en Haití y el Consulado en Puerto Príncipe solo se abrió en 2023 por decisión del presidente Petro y de su entonces canciller Álvaro Leyva. Desde entonces, los familiares de los exmilitares presos en Haití han podido contar con una aliada como Vilma Rocío Velásquez Uribe, quien ha sido la encargada de atenderlos y de buscar que los detenidos tengan buenas condiciones.
Vilma Rocío Velásquez es licenciada en Bellas Artes de la Universidad de Gotemburgo de Suecia y desde muy joven está interesada en la cultura de Haití, lo que la llevó a hacer su tesis sobre este tema y a viajar constantemente a ese país en el que ahora vive y en el que se mueve a sus anchas gracias a su vasto conocimiento de hasta cuatro idiomas, incluyendo el creole.
Además del arte, la otra gran pasión que ha tenido Velásquez en su vida es la defensa de los derechos humanos, la cual nació en 1986 a raiz de la desaparición de su esposo Rafael Valencia Muñoz, quien era profesor de la Universidad Nacional y militante del M-19. Esto la ha llevado a sentir de cerca las necesidades de los colombianos en Haití y particularmente las de los exmilitares detenidos.
Dos décadas sin representación diplomática en Haití
Cuando Álvaro Uribe llegó a la Presidencia por primera vez en 2002, una de sus primeras decisiones fue hacer un gran recorte de nómina en la Cancillería, que durante ese gobierno fue dirigida por Carolina Barco. El recorte incluyó el cierre de diez Consulados y de catorce Embajadas, entre las que se encontraba la de Haití y optó por delegarle la representación diplomática al Embajador en República Dominicana, hoy en manos del exmilitante del M-19, Darío Villamizar.