“Yo no sabía que era malo matar indios”: el día que masacraron a 16 indígenas en Arauca

“Yo no sabía que era malo matar indios”: el día que masacraron a 16 indígenas en Arauca

Unos llaneros decidieron darles sancocho y luego, a garrotazos, los mataron. El desprecio hacia los indígenas en Colombia se extiende hasta hoy

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junio 14, 2023
“Yo no sabía que era malo matar indios”: el día que masacraron a 16 indígenas en Arauca

Decimos que no somos un país racista y claro que lo somos. Hasta hace relativamente poco habían monstruos que mataban impunemente a indígenas. Así ocurrió en la hacienda La Rubiera, en plenos Llanos orientales. Mataron a 16 indígenas que no les habían hecho nada. Tomo empezó el 25 de diciembre de 1967 cuando dos hombres llamados Anselmo Aguirre y Marcelino Jiménez pescaban en el rio Capanaro. Entonces vieron llegar varias canoas con indios entre los que se contaban además varios niños. Según Germán Castro Caycedo los hombres sintieron cosquillas en el estómago y sintieron unas ganas terribles, incontenibles de matarlos. Sin embargo no lo podían hacer allí porque podrían escaparse. Entonces urdieron un plan.

Se acercaron y los invitaron a comer un sancocho en la hacienda la Rubiera. Cuando los indígenas ya se empachaban en la sopa salieron de sus escondites siete hombres con garrotes y pistolas. En un extraordinario relato del maestro Germán Castro Caycedo narran los detalles de lo que sucedió. Uno de los testigos le contó esto al cronista:

“La comida se les sirvió en la mesa en un platón, porque ellos no necesitan cubiertos, comen con la mano y si es caldo se lo tragan a boca de olla”.

Sólo uno de los indígenas tenía un cuchillo para defenderse. A una niña le pegaron siete machetazos. La niña tenía apenas seis años. Cuando se les acabaron las balas usaron piedras, macetas para triturar a los indios que quedaban vivos.

En relato publicado en 1972 en El Tiempo uno de los asesinos cuenta:

“Regresé a la casa y me encontré con otra que iba saliendo por la esquina del alambre de la palizada y la alcancé también y le di un macetazo (garrotazo) por la nuca y también cayó al suelo y en el suelo le di cuatro más y ahí murió. Esa no se quejó. Del primer macetazo que le di quedó quieta. Tenía como unos 18 años. Tenía vestido amarillo y calzones negros. La primera que maté cargaba guayuco. Luego me sirvieron la comida y me fui a acostar”.

Unos llaneros decidieron darles sancocho y luego, a garrotazos, los mataron. El desprecio hacia los indígenas en Colombia se extiende hasta hoy

Los muertos según el relato de Castro Caycedo fueron: Ramoncito, de 30 años de edad; Luisito, de 20; Cirila, de 45; Luisa, de 40; Chain, de 19; Doris, de 30; Carmelina, de 20; Guafaro, de 15; Bengua, de 14; Aruse, de 10; Julio, de 8; Aidé, de 7; Millo, de 4; Alberto, de 3 y un niño que aún no tenía nombre, quien estaba en compañía de su madre.

Dos cosas hacen terrorífica esta masacre, incluso más que cualquier otra en un país lleno de masacres: que las mujeres y los niños que cocinaban permanecieran en la cocina mientras todo sucedía y los relatos de los asesinos ante un juez en Villavicencio. Uno de ellos dijo: “Yo no sabía que era malo matar indios”

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