Es una fucking rockstar. No necesitó salir con una banda para que la idolatremos con fervor, para que la recordemos socavando la anquilosada moral colombiana de los noventa con sus provocadores desnudos sobre caballos negros, con los artículos transgresores publicados en su revista Shock, en ideas como la Tele que puso patasarriba a la farzándula criolla.
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