Sobre las relaciones de tango y cine (1933 - 1998)

Sobre las relaciones de tango y cine (1933 - 1998)

Según el teórico André Bazin la humanidad busca maneras de escapar al tiempo, la muerte y el olvido y esto se materializa en la tradición oral, literatura y plástica

Por: Laura Cecilia Bedoya Ángel
marzo 27, 2023
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Sobre las relaciones de tango y cine (1933 - 1998)

Según el teórico de cine André Bazin, la humanidad ha buscado maneras de escapar al tiempo, a la muerte y al olvido. El hecho está materializado en la tradición oral, la literatura, la plástica y en la práctica de algunos pueblos que embalsamaban a sus muertos, lo que conduce a pensar que fue un intento de llevarlos hasta alguno de los bordes de lo que puede significar y simbolizar vida, se podría pensar lo mismo del retrato, de la fotografía y del cine.

Es importante recalcar que cuando se habla de imágenes, concretamente del retrato hecho por artistas usando óleo, acuarela o cualquier otra técnica, es clara la diferencia con el resultado de una fotografía que guarda fidelidad al objeto real, no obstante, el hecho será más importante aún cuando esa imagen tenga movimiento y más tarde voz.

Por otra parte, dejando a Bazin, aunque el tema es extenso y digno de un ensayo, mi tema central es el cine y dando una mirada retrospectiva, la gran pantalla ha reproducido objetos y hechos reales y poco a poco fue recibiendo cambios hasta llegar a convertirse en lenguaje, puesto que ha sido un transmisor de ideas a través de las imágenes.

Una corta expedición a través de la historia del cine muestra que ha sido fuente de acopio, de evocación, de imaginación y un transmisor de conocimientos y de modelos, es decir, un elemento muy influyente. También se puede mirar el revés de la moneda, la manipulación de ideas, la creación de mundos irreales, la exaltación del triunfo de lo espantoso. El mensaje siempre va depender de las manos en que se encuentre para bien o para mal.

Ahora bien, si se toma el cine como medio de conservación y de difusión de imágenes, ese punto de partida será el indicado para hablar de tango y cine. Es sustancial la contribución del tango al imaginario social cuya proyección se ha extendido a distintos ámbitos.

Asunto relevante para este relato de tango y cine es la crisis económica originada en Estados Unidos a partir de 1929 por la caída de la bolsa de valores de Nueva York y que se prolongó durante la década de 1930, se le llamó “Gran Depresión” y el hecho tuvo repercusión en algunos países, entre ellos Argentina.

En 1930 se inicia la “Década infame” en Argentina con el golpe de estado que el general José Félix Uriburu dio al presidente Hipólito Yrigoyen. A propósito dice la historiadora Carmen Bernand: “En adelante, los militares son los árbitros de toda decisión”. Se llamó así por el regreso a las viejas prácticas de corrupción, falta de transparencia en el gobierno y al fraude electoral.

Las características de esta época fueron el desempleo, la pobreza que se acentuó en las clases menos favorecidas, se acabaron los ahorros de las familias, los precios de las exportaciones bajaron, se redujo el consumo y la mayoría de los pensamientos estuvieron cubiertos por el desencanto.

Es en este contexto en el que apareció la película “Tango” de Luis Moglia Barth (1933) que inauguró el largometraje argentino, con una cualidad, tenía sonido, hecho que marcó la época de oro del cine argentino, eso sí con la aprobación social del tango, lejos ya de la censura que recibió en su nacimiento.

Habrá que pensar en las instancias que enriquecieron la producción del cine, las novelas entregadas por folletines, el teatro, el tango como fuente de inspiración porque bebieron temas en sus letras, los lugares como las orillas o el arrabal, los artistas y en fin todo el universo que abarca el tango.

El film de Luis Moglia, “Tango,” cuenta la nostalgia de un amor malogrado y mientras se desarrolla la historia hay canto donde sobresalen Azucena Maizani, Tita Merello, Libertad Lamarque, Mercedes Simone y Alberto Gómez; también hay baile para que se luzca la figura mítica del El Cachafaz con su pareja Carmencita Calderón y demás bailarines, dando lección de la forma de bailar el tango en aquella época.

Debemos pensar que el tango es un género urbano, por lo tanto en el film se ve El Riachuelo, el cabaret con la orquesta de señoritas, “Academia de baile con corte y sin corte” y el barrio. Puede ser una ilustración de la época el duelo a cuchillo por el amor de una mujer, la cárcel, el viaje a París considerado la meca del triunfo de los artistas. Es de mi interés resaltar que Azucena Maizani al finalizar la película sale cantando vestida de hombre.

Pasados sesenta y cinco años se estrena la película a color “Tango” en 1998, bajo la dirección de Carlos Saura, la entiendo como una reflexión del paso del tiempo en la médula del tango, donde brota lo primordial de su historia y de sus letras, la llegada de los inmigrantes al puerto poniendo el tono de un momento emocionante con un pasaje del Va pensiero de la ópera Nabucco de Giuseppe Verdi.

El lugar común de los temas de tango ya mencionados, el amor dolido por lo perdido se recrea con los títulos Quién hubiera dicho y el vals criollo Flores del alma con hombres apesadumbrados, sin contención ante el sufrimiento , un ser que busca un desesperado amor.

Se proyecta el barrio La Boca y el fondo musical Quejas de Bandoneón de Juan de Dios Filiberto quien creció allí mismo, luego da cuenta de la infaltable milonga en una confitería, hecho que me hace recordar a Borges, “El truco y la milonga son las dos conversaciones de los argentinos”. Es admirable el corte del color para pasar al blanco y negro con la proyección de Gardel cantando Arrabal amargo y Se dice de mi interpretado por Tita Merello, a la vez que hacen visibles los nombres de aquellas mujeres que cantaron en la película de 1933.

El bailarín del Siglo XX, Juan Carlos Copes, desempeña un papel importante, el del maestro bailarín que siempre fue y su interpretación con Cecilia Narova de un tango con el horizonte de fondo y la presencia de los inmigrantes cargados de nostalgia, forjadores del tango simbolizado en el tango de los tangos La Cumparsita.

Brilla el duelo del cuchillo con la ilustración de su evolución desde el largo facón del gaucho hasta el cuchillo acortado del compadrito, momento de suspenso que evoca la figura retórica del combate como danza. Así mismo, el tango y el cine son una manera de reconocer la memoria de la historia reciente de la dictadura, la tortura con el fondo musical de tango, las fosas comunes y los desaparecidos.

Uno de los diálogos finales hace referencia al mandato de la memoria, que tanto incomoda al poder, memoria que impera sobre la tentación del olvido.

"Soy el mate, soy la brisa, soy el sol de la mañana.

Busco el árbol, busco el río y el motivo de esta sed.

Por mi pecho rueda un sueño y un murmullo sin palabras

que me acuna desde lejos, sin espejos de papel.

Esta puerta que me llama, necesito atravesarla.

Sé que hay alguien que me espera, sé que siempre me buscó,

que tiene aquella respuesta que enciende luz en la sombra.

El latido y la memoria corazonan la razón..." (Soy, Tango con letra de Marcela Bublik)

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