Silvia, la admirable tía de Juanfer Quintero

Silvia, la admirable tía de Juanfer Quintero

Aunque diferentes actores armados le desaparecieron a tres familiares, incluido el papá del futbolista, ella no se rinde y lucha por las víctimas

Por: Andrés Felipe Ríos Fernández - www.porlosderechoshumanos.com
abril 08, 2019
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Silvia, la admirable tía de Juanfer Quintero

Silvia Quintero lleva 24 años de trabajo con población víctima. Hace parte de la Mesa Departamental de Antioquia, conocida como la Mesa de la Sociedad Civil, desde donde incidieron en las propuestas para el proceso de restitución de tierras que se consolidó como ley de víctimas y restitución mediante 1448 de 2011; y en el proceso de paz en La Habana. Actualmente hace parte de la Mesa Municipal de Participación Efectiva de las Víctimas de Medellín y del proyecto Des: destechados, desaparecidos, desescolarizados y desplazados.

A esta mujer le desaparecieron tres familiares por parte de diferentes actores armados del conflicto colombiano: de la guerrilla, del Ejército Nacional de Colombia y los paramilitares.

Anteriormente cuando observaba por televisión el conflicto, lo veía como algo muy lejano que era muy difícil que le pudiera suceder, sin embargo, su experiencia le ha demostrado que como en este país el conflicto está en el devenir y la cotidianidad de las personas, a cualquiera también le puede pasar, por eso insiste en que hay que trabajar con solidaridad y en que el conflicto es una realidad política.

En el año 1992 fue desaparecido su hermano mayor: salió para una fiesta de amor y amistad en Bello, pero nunca regresó. Él viajaba mucho y trabajaba en algunas ocasiones en el municipio de Cocorná, por eso empezaron a buscarlo y en un mes lo encontraron en la morgue de Bello donde iba a ser enterrado como un NN. Llegaron, lo reconocieron y tenía rasgos de tortura de quien se presume que fue asesinado por parte de las Farc.

A su padre, quien trabajaba en el Magdalena Medio en una finca, los paramilitares lo desaparecieron en la carretera Medellín-Bogotá, región donde enterraron muchos cuerpos de los que no se sabe su paradero, aunque haya fosas en el río, en la carretera y en fincas. En un pueblo llamado San Miguel también le tocó padecer los embates de la guerra al padre de Silvia, lugar que era tierra del comandante Ramón Isaza, quien lideraba las Autodefensas Unidas de Colombia.

En el año 1995, Jaime Enrique Quintero, el hermano menor, se presentó el 1 de marzo a la IV Brigada en Medellín para prestar servicio militar en Medellín. Tenía 23 años y jugó en las inferiores de Nacional. Luego de que se fue no tuvieron comunicación con él por un tiempo y se preocuparon. Entonces sus hermanos le mandaron una carta y la persona que llevé la misiva lo buscó por todas partes en las instalaciones de la Brigada XII. Preguntó al capitán de la compañía de instrucción y él decía que no tenía el nombre de esa persona en la compañía, que no lo conocía pero los soldados le contaron que sí lo conocían porque tuvo un problema con el capitán.

Después el capitán les dijo que al pelado del problema, él mismo lo había llevado personalmente, aunque posteriormente se percataron que había sido mentira, dado que el soldado Edison de Armas Avilés fue quien lo llevó al aeropuerto (soldado que también se encuentra desaparecido). En ese entonces el capitán aseguró que Jaime debería estar en Medellín.

Luego acudieron a la IV Brigada para seguir preguntando por él en este distrito. Cuando llegaron los familiares, los militares se miraron asombrados y les respondieron que a él (padre de Juan Fernando Quintero) se lo entregaron para que lo montara en un bus de Sotraurabá un 9 de marzo de 1995.

Después de dos meses de ir a la IV Brigada, les manifestaron que se fueran para la casa y que no fueran tanto, que ellos se comunicarían con la gente de Uniban para que lo ayudaran a buscar y luego les avisarían si lo encontraban, para que no se presentaran tanto a incomodar por allá. En ese momento es cuando les empezaron a hacer seguimientos al dirigirse a la IV Brigada, pero no desistían porque querían saber qué pasó con su familiar.

Instauraron una denuncia en Fiscalía y continuaron realizando seguimientos y llamadas amenazantes. “Después nos dijo un señor en la Procuraduría que el que lo montó al bus, o sea el agente del B2, de nombre Édison de Armas Avilés, también se encontraba desaparecido. Eso hace 24 años. Ese que conoce todo lo relacionado con la desaparición de Jaime Enrique Quintero, el padre Juanfer Quintero, ha venido ascendiendo y es mayor general. Silvia dice: "Jamás me imaginé que El ejército hacía ese tipo de cosas. Ese tema de la justicia Penal Militar es una forma grave de garantizar la impunidad porque se juzgan entre ellos”.

Lo que han podido averiguar es que cuando Jaime estaba en el Ejército durante la época de las masacres y enfrentamientos entre guerrilla y fuerza pública, se dormían a las dos de la mañana y a las cinco los despertaban. Cuentan que él no escuchó la “diana” o alarma para despertarse, por lo cual el capitán lo haló del camarote hacia el piso y lo despertó, lo que hizo que él agrediera al capitán. Este parece ser el motivo por el que asesinaron al padre de Quintero.

Ellos argumentaban que él vivía trabado. Lo que más les molestó a los familiares es el discurso del Ejército, pues siempre tienen unos argumentos extraños, pero otra cosa es lo que realmente ocurrió. Y para ellos no se puede justificar una grave violación a los derechos humanos con un discurso sin piso jurídico como la drogadicción en el Ejército Nacional. La fuerza pública y el médico en las instalaciones de dicha Brigada nunca pudieron comprobar su argumento de consumo de alucinógenos, como tampoco manifestaron qué hicieron con él.

El señor Eduardo Enrique Zapateiro Altamiranda ha recibido varios ascensos desde que su hermano está desaparecido, se ha casado y ha tenidos hijos, contó la lideresa. “Cuando la selección Colombia llegó del mundial a Bogotá, este señor estuvo en el recibimiento junto con sus hijos. Silvia se pregunta qué pudo haber sentido Juan Fernando cuando los hijos de este señor pidieron una foto junto al crack, pero Quintero es noble y sabe que los hijos del señor Altamiranda no tienen la culpa sobre lo que ocurrió con su padre”.

“Una anécdota que marca las injusticias en este país fue cuando me llegó una notificación de mi hermano, y uno de los análisis era que Juan Fernando (el futbolista de la Selección Colombia) hacía parte de la historia de este país, es decir, que si Silvia no fuera familiar de él sería una anónima y entonces este caso pasaría desapercibido, pero como el futbolista es parte de la historia del país, este caso no se puede borrar”, relató Silvia Quintero.

Para ella es muy contradictorio todo porque el papá de Quintero era militar y fue desaparecido, dado que estaba en una organización de izquierda (Asfaddes), desde esta argumentaban que él no tenía por qué haberse presentado como soldado.

“Muy doloroso que una organización conformada por casos de desaparición forzada de personas, sean tan crueles con los familiares así como fueron conmigo”, expresó Silvia. Debido a esto soportó once años en la organización Asfaddes (Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos) en medio de malos tratos y juzgamientos por lo que tuvo que hacer resistencia en una organización que trabaja en medio del dolor y por los derechos humanos. Se entregó a la causa y a la labor de la población víctima como en su caso, pero la misma organización le enseñó a resistir, insistir y nunca desistir.

La vida de Silvia en la comuna trece

Un día venía caminando junto a unos familiares y observó un vecino con una actitud muy extraña en la entrada de su casa, ese día la saludó de manera hipócrita y muy sospechosa (nunca la saludaba); pensó que dispararía pero no sabe qué pasó y no lo hizo. Después en una reunión, una conocida de los “muchachos” se embriagó y le dijo a Silvia que la iban a asesinar por su trabajo con la población víctima, por lo cual entre lágrimas le expresó que se fuera del barrio, porque tenían planeado atentar contra su vida, pero ella no demostró miedo aunque ya lo habían visto asesinar a otras personas en la cuadra. Le dijo que antes de asesinarla averiguara qué son los derechos humanos.

Como consecuencia de esto estuvo desplazada desde el año 2009, luego de realizar unas capacitaciones en panadería, peluquería y electricidad a unos jóvenes del barrio en el cual quedó de llevar unos documentos.

Aunque quien la amenazó ya no está en el barrio, en ese momento le aseguró que la orden ya estaba planeada contra ella, por eso tuvo que salir de San Javier; recientemente volvió pero cree que se tendrá que desplazar de nuevo. Frente a este hecho menciona que no le llegó la ayuda humanitaria por parte de la Uariv (Unidad de Atención y Reparación Integral de Víctimas), solo le dijeron que se la habían consignado pero que como no la fue a reclamar, la había perdido. Por eso resaltó “Si eso no le sale a uno que tiene cierto conocimiento, cómo será con los demás campesinos que vienen desplazados y no saben de leyes ni trámites”.

Hace un año regresó a la comuna trece, sale en la mañana y vuelve en la noche. Hasta el momento a la familia de Quintero no le ha ocurrido nada. La comunidad en general tiene admiración y aprecio porque Silvia y el famoso futbolista. Ellos se dirigen mucho a los jóvenes para que salgan adelante y vean su caso de resiliencia un ejemplo a seguir.

“Volví a la trece porque yo realmente no estoy haciendo nada malo, ser lideresa social no es un delito, delito lo están haciendo quienes asesinan a otras personas” contó Silvia Quintero.

Aunque Silvia Quintero es estilista capilar, combina su profesión con lectura jurídica, de actualidad para estar bien informada y poder realizar un mejor trabajo por las víctimas.

Percepciones sobre el proceso de paz y el tema de víctimas

“Aunque se hizo un acuerdo de paz con las Farc, todos sabemos que hay diferentes grupos armados y que están generando más víctimas. Apostamos al proceso de paz para que a otros no les pasara lo mismo que nosotros tuvimos que vivir. Hicimos propuestas sobre participación de personas dadas por desaparecidas y sobre la Comisión de la Verdad a través de la Mesa Municipal de Víctimas de Medellín”.

“Las Farc no toda se desmovilizó, algunos dicen que fue una estrategia política. Lo que yo vi es que el Estado le incumplió a las Farc, como empezar a judicializarlos sin empezar la JEP (Justicia Especial para Paz). Ellos entregaron las armas, pero cuando les empezaron a incumplir ellos hicieron lo mismo. Ellos por la vía armada como vieron que no tenían opción, quisieron intentar políticamente, y ahí están”.

“Este no fue como el proceso de Justicia y Paz que hubo falsas desmovilizaciones, ellos mostraron su voluntad, pero ellos tienen sus intereses también y quieren asumir el control del país políticamente”.

“El tema de víctimas es tan complejo que en el Registro Único de Víctimas hay muchas personas que han sido recibidas y aceptadas sin tener esta condición, así como hay unas que sí la tienen pero que no han podido ingresar. El tema de la ley de víctimas anteriormente tenía mucha cooperación internacional, hoy el Estado dice que es una ley desfinanciada y que no tiene presupuesto para ello”.

“El nuevo director dice que van a cambiar esta ley políticamente, pero con reparaciones colectivas. A esto se suma que el tema de la corrupción es impresionante y en la parte jurídica también ocurre lo mismo”.

“Un general se presentó a alguna de las audiencias de la JEP con el uniforme y las medallas, esto es una humillación para las víctimas, recibiendo premios e insignias a causa de nuestro dolor”.

“La anterior directora, Paula Gaviria, tenía un cargo político, porque ella es nieta de Belisario Betancur, ella fue la persona con más derechos de petición y tutelas en la historia del país. Salió sin cumplir como si nada”.

“Un día unos desconocidos pusieron una bomba a la organización Asfaddes (Asociación de Familiares Detenidos y Desaparecidos) cuando estábamos acompañando casos de desaparecidos y sobrevivimos a este ataque, porque querían borrar los documentos”.

“Hay funcionarios públicos que les han dado tierra a otras personas, el tema de restitución de tierras es el más espinoso que hay. En la historia de la humanidad el problema siempre ha sido por la tierra. Lo complejo es que para que les restituyan sus tierras y les den un proyecto productivo debe demostrar que esas tierras son suyas y además de que tienen con quien trabajar ¡Demuestre pues eso!”

“El posconflicto y el sistema está afectando políticamente a las víctimas desde el Plan Nacional de Desarrollo”.

“Hay varias oficinas de tramitadores al frente de la Unidad de Víctimas. Hay personas con una “orrografía” impresionante, ellos hacen el trámite, entonces eso tiene que ser que un mismo funcionario de adentro les hace la gestión, porque a estos sí les llega la indemnización”.

“La ley de víctimas dice que el Estado nos debe reparar y dejar en mejores situaciones, pero estamos en peores condiciones”.

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