El 16 de este mes, el candidato presidencial y actual senador de Dignidad, Jorge Enrique Robledo, lanzó su “propuesta anticorrupción 2022”, que tiene como eje central: “Crear un muy representativo y poderoso Comité Nacional Anticorrupción, presidido por el propio jefe del Estado, que encabece las acciones para lograr, entre otros cambios, que fiscal, contralor y procurador no representen a los mismos con las mismas..., para que puedan jugar un papel clave en el diseño y ejecución de la estrategia antifraude, sin complicidades ni alcahuetería”. A Robledo hay que creerle porque desde que llegó al Senado en 2002 ha realizado más de 218 debates de control político, sacudiendo los cimientos de sectores de la gran burguesía cleptómana enquistada en el Estado, no solo para saquear sus recursos con formas burdas y vulgares, sino también sofisticadas mediante la expedición de normas hechas a su medida, de tal manera que se puedan apropiar de los recursos por la vía legal.
El candidato presidencial de Dignidad, Jorge Robledo, con su labor en el Congreso, ha ayudado a los colombianos a comprender y escudriñar cómo se “tumban” los recursos con cada una de las leyes impuestas como métodos sofisticados, “armando el negocio” en las mismas leyes. Fueron notorios sus debates sobre Agro, Ingreso Seguro; el de volteo de tierras, en el que se asocian propietarios de predios, alcaldes y concejales para cambiar las normas de usos del suelo; el de las zonas francas;. Igual ocurrió con las corruptelas de Reficar y los Bonos Carrasquilla, que contrataron gasto público con normas de contratación privada. Parecido pasó con Odebrecht, Saludcoop, Cafesalud y Medimás. En casi 20 años en el Congreso, Robledo no tiene ni un solo puesto burocrático: “Vivo con sueldo de profesor y el resto lo dono a las causas que considero justas”, dijo. Como Julio César a Pompeya: "La esposa de César no solo debe ser honesta, sino parecerlo". Robledo es de esos escasos políticos anticorruptibles por los cuales “se puede meter la mano a la candela”.
Robledo categoriza la corrupción de Colombia –de cerca de $50 billones anuales– como algo sistémico por las “alianzas entre políticos, funcionarios públicos y particulares... Por lo cual tiene origen en un Estado clientelista en las tres ramas del poder público y en todos los niveles de la Administración, lo que además les asegura a sus beneficiarios poder gobernar contra el progreso nacional y aun así ganar casi todas las elecciones, con lo que se niega la base mínima de toda democracia, que se supone fundamentada en que no se reelige a quienes gobiernan mal. Y esta descomposición se cocina desde hace sesenta años, porque nació con la antidemocracia bipartidista del Frente Nacional y continúa con el oligopolio político del duquismo... A tanto han llegado en su descaro estos carteles público-privados de nacionales y extranjeros, que pasaron de hacerles trampas a las leyes a aprobar leyes que contienen las trampas, con lo que... crearon la corrupción legal”. En esta última se pueden incluir los Tratados de Libre Comercio y la anexión a la Ocde, compromisos supranacionales que pusieron el interés particular por encima del de la nación.
Un respaldo amplio al candidato presidencial de Dignidad, Jorge Enrique Robledo, colocaría la piedra angular para la derrota del endémico flagelo de la corrupción. ¡Con Robledo se derrotará a la corrupción!