Una oda al 5 de diciembre es lo que muchos habríamos querido escribir de solo pensar y soñar ver a Mars en concierto. En cambio hoy, después de una semana de sinsabor por no haber podido comprar entradas, solo hay energía y cabeza para seguir pensando cómo es que después de tantos fraudes aún no se ha desarticulado esa mafia.
A pesar de que la preventa inició el 25 de septiembre, ni siquiera los de grupo Aval pudieron en muchos casos acceder a boletas. Como siempre la página se cayó, colapsó, etc. Lo raro del tema fue que el único comunicado que dieron TuBoleta y Ocesa fue que se habían agotado las localidades altas y bajas de las tribunas oriental y occidental del estadio El Campín, por lo tanto la venta de la boletería era solo para usuarios del Grupo Aval.
Ahora bien, no es la primera vez que intento comprar boletas online para un concierto. Es normal que las páginas sean lentas, que el aforo se llene, que las boletas se vendan en su totalidad, pa’ eso son finalmente. Lo que no es normal es que a dos horas de abrir boletería (para los cristianos del común como este pecho), no se encuentren más sino unas cuantas en Platino, y, que de inmediato salgan páginas como studhub.com a revender de la forma más descarada hasta 10 boletas por persona, a precios absolutamente inflados, como lo muestran las imágenes.
Entonces estamos hablando que aunque la boleta Platino estaba en 657 mil pesos, cómodamente la venden ahora a más de dos millones de pesos. Cabe decir que esta página terminó con un buen porcentaje de boletas a la venta, no solo de esta localidad sino de absolutamente todas, de las cuales aún “nadie sabe cómo las obtuvieron”. Se supone que tampoco quedaban por ningún lado, es decir en TuBoleta.
Hoy el sinsabor no es por no poder ver a Mars en concierto, es por tener que seguir dependiendo de zorros avarientos que hacen parte de las más grandes empresas, que crean mafias para seguir manipulando y robando. Esto, porque saben que en el fondo del corazón de un fiel seguidor no hay más sed que la de ver su artista favorito y al estilo de Bart Simpson, si pudiera, hasta su alma vendería por poder ver a su popstar favorito en acción.
A los que la lograron, que lo disfruten. A ti Mars, de verdad, desde el fondo de mi corazón, te quise ver, pero la mafia no me dejó.
