En un pequeño pueblo cerca de Múnich, un rumano convirtió una barbería en refugio de futbolistas. Él es el barbero de confianza de varias figuras del FC Bayern München, incluido Luis Díaz, y su historia vale tanto por su talento como por su humildad.
En Geretsried, un pequeño pueblo al sur de Múnich, hay una barbería que desde fuera parece una más. No tiene letreros llamativos ni vitrinas de lujo. Pero basta entrar para notar que algo diferente ocurre allí: fotos de jugadores, camisetas firmadas y una energía que mezcla humildad con talento. Ese es el reino de Alex Giurgiu, un rumano que hace unos años llegó a Alemania sin saber que, con el tiempo, se convertiría en el barbero de los futbolistas más reconocidos de Europa.
Su historia empieza lejos del glamour. Migró a Alemania, trabajó en varios empleos hasta que encontró su lugar detrás de la silla de barbero. Con el tiempo abrió su propio local, apostó por el oficio, aprendió cortes, degradados y técnicas de estilo, y ganó clientes. Lo que no sabía era que esos clientes serían futbolistas de elite.
El rumano que se convirtió en el barbero preferido de Luis Díaz y otras estrellas del fútbol
El giro llegó cuando sus cortes llamaron la atención de jugadores del Bayern. Su técnica: simple, precisa y sin pretensiones. Con jugadores como Jamal Musiala, Alphonso Davies o Karim Adeyemi ya en la silla, llegó la recomendación hacia Luis Díaz. “Mi objetivo es que mis clientes se sientan cómodos”, confesó Giurgiu al diario Bild.

Lo curioso es que su negocio en un pueblo tranquilo se convirtió en punto de encuentro de élites. En la barbería de Alex han estado jugadores de la Selección de Alemania, del Bayern y de Portugal; nombres que muchos ya reconocerían. Y sin embargo, él se mantiene con la misma filosofía que cuando comenzó: humildad, precisión, trato cercano.
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Hoy, mientras Luis Díaz anota goles, aparece con un look que resalta tanto como su juego, y Giurgiu sigue afilando sus herramientas, el barbero recuerda de dónde viene. Su historia muestra que no todos los héroes de la fama están en la cancha: algunos están detrás del espejo, con tijeras en mano, listas para el corte que define un estilo.
Eso si, el rumano en el que Luis Díaz deposia su confianza, siempre busca ofrecerle una experiencia única, en la que él, se sienta tan cómodo como en casa. Quizás es por eso que el guajiro y sus compañeros de equipo siempre deciden volver para verse bien en la cancha y fuera de ella.
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