Presidente Duque, deje a un lado la soberbia, renuncie

Presidente Duque, deje a un lado la soberbia, renuncie

Si ama a Colombia debería buscar el bien para todos, lo que incluye tomar medidas sabias y parar con todo el caos

Por: Renán Fontalvo Donado
noviembre 28, 2019
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Presidente Duque, deje a un lado la soberbia, renuncie
Foto: Twitter @infopresidencia

Protestar en contra del paquetazo de Duque es la actividad que tiene paralizada a toda Colombia. Las distintas manifestaciones que se vienen gestando desde hace una semana, se organizaron bajo un objetivo claro: hacer una huelga nacional con el fin de exigir cambios en la política social y económica del gobierno.

Sin embargo, algunos vándalos empañan las movilizaciones por generar caos en el orden público, y en respuesta a dichos desmanes los miembros del Esmad cometen errores como agredir brutalmente a los manifestantes que hoy tiene como víctima a Dilan Cruz, estudiante de bachillerato, y Arnoldo Veru, policía gravemente herido con una papa bomba por un encapuchado, el paro dejó el fin de semana a 351 manifestantes y 182 policías heridos. El ministerio del Interior reporta tres muertes. La de Dilan sería la cuarta.

Quien puede parar esas escenas de agresión entre la población civil y los miembros de la policía y el Esmad es el presidente Duque. Es él quien debe tomar decisiones que minimicen el inconformismo en el pueblo, es él quien debe tomar el control en medio de tanto caos y calmar los ánimos. La gran mayoría quiere que retire sus reformas políticas para que todo acabe lo más pronto. Otros por su parte, afirman que el presidente Duque debe renunciar, así lo declaró el exministro de justicia Fernando Londoño, uribista de pura cepa, quien sugirió que para que toda esta tormenta política culmine, el presidente Duque debe renunciar, esa es la opción más viable, dejar su cargo pidiendo una licencia para sentarse a conversar hasta el mes de marzo.

Quizá para muchos suene muy prematura la idea, pero es sin duda alguna una de las opciones que tiene el primer mandatario del país, renunciar y dejar su cargo; los protestantes del paro del 21 de noviembre y los participantes de las seguidas manifestaciones que desde ese día continúan marchando, lo piden a voz en cuello. Es una de las peticiones del pueblo, que el presidente Duque renuncie porque no sabe gobernar.

Los estudiantes, representantes de sindicatos, centrales de obreros y trabajadores informales no están conforme con las políticas sociales y económicas que el presidente y sus ministros de hacienda y de trabajo ha querido imponer. A todo pulmón muchedumbres de personas de distintas razas, colores e ideologías, se movilizan por diferentes calles, plazas y ciudades para pedir a gritos que no vulneren sus derechos.

Sin embargo, la respuesta que ha ofrecido el presidente a la ciudadanía inconforme es combatirlos con la fuerza pública. Pareciera que su único objetivo es reprimir a través del Esmad, el derecho a la protesta, esa respuesta soberbia y terca de querer controlar todo a la fuerza, podría ser el inicio de una guerra civil entre las élites políticas y la población.

Todas esas escenas de violencia que hoy vemos entre la población civil y los miembros de la policía y el Esmad me hacen evocar lo sucedido el 9 de abril 1948, cuando el pueblo inconforme, se volcó por el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, dicho asesinato marcó el inicio de una época de violencia organizada y dirigida por el gobierno hacia la población, dejando como resultado la organización de pequeños grupos de autodefensas conformados por campesinos para protegerse de la persecución del gobierno, esos grupos fueron las primeras guerrillas liberales o comunistas del país.

Si el presidente Duque no quiere que se organicen nuevas guerrillas, debe renunciar, tiene que dejar a un lado la soberbia. Tiene que tomar medidas sabias y parar con todo el caos antes de que se organicen grupos al margen de la ley, conllevados por el inconformismo, el resentimiento y el odio hacia la extrema derecha que nos gobierna desde años. El presidente Duque debe renunciar para evitar la conformación de grupos al margen de la ley, si ama a Colombia debería buscar el bien para todos los colombianos.

La pregunta es si el presidente renuncia, ¿quién asumiría el cargo? Marta Lucía Ramírez es una mujer sesgada que habla mucho y escucha poco y dentro de su gabinete hay muchos que no tienen mayor popularidad. ¿Quién se le medirá a tomar la papa caliente de saber gobernar en Colombia? Y si no renuncia, ¿qué medidas debe tomar? No podemos tener un presidente que mientras conversa, el Esmad nos bombardea.

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