Ojo con el entrampamiento del Pacto Histórico. En defensa de esta irrepetible oportunidad

Ojo con el entrampamiento del Pacto Histórico. En defensa de esta irrepetible oportunidad

Está fuera de toda lógica que Petro esté buscando los votos de los narcos y delincuentes de cuello blanco cuando fue él quien los puso allí por sus denuncias

Por: Tiberio Gutiérrez Echeverri
abril 20, 2022
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Ojo con el entrampamiento del Pacto Histórico. En defensa de esta irrepetible oportunidad
Foto: Nelson Cárdenas

“La Comisión de la verdad y la Justicia Especial para la Paz cumplen precisamente con ese papel de justicia restaurativa que Petro está reclamando con su “perdón social”. (El Colombiano -17-4-2022).

Con motivo de esta discusión filosófica y política, que ahora adquiere resonancia electoral, quiero proponer algunas reflexiones de lo que, a mi parecer, se está cocinando en realidad con el manido cuento de la supuesta “propuesta de rebaja del 20% de la pena a los delincuentes de cuello blanco, narcotraficantes y paramilitares”

Carece de sentido común y está fuera de toda lógica elemental que Petro esté buscando los votos de los narcotraficantes, paramilitares y delincuentes de cuello blanco en las cárcel les de Colombia, cuando fue quien, en gran medida, los puso allí gracias a sus denuncias en el Congreso de la República.

Además, se viene el diario de marras con el cuento irrisorio de que, como ninguna encuesta le da más de un 37% y la media está en un 35%, pues le quedarían faltando el 15% para ajustar la mitad más uno de los votantes que se requieren para ganar la presidencia en la primera vuelta, por lo cual no le queda otro camino que salir a buscar los votos en las cárceles de Colombia con la propuesta de “perdón social”, para poder así romper el techo de las encuestas electorales.

No obstante, la estupidez y la grosería de algunos medios de comunicación con sus periodistas y columnistas al servicio del establecimiento, es indiscutible que, con sus comentarios envenenados, han dado un golpe publicitario contra la campaña electoral de Gustavo Petro.

Es innegable que han aprovechado la “papaya” para desorientar la opinión pública de los indecisos que solo podrán calibrar la realidad de los hechos con las explicaciones pacientes, y con encuestas y entrevistas que vendrán a medir en los próximos días, los efectos perversos de la mentira en la intención de voto de los indecisos.

El daño que han hecho con el escandalo hay que enfrentarlo inmediatamente con la movilización de masas, explicando en las redes sociales el verdadero sentido político de la estratagema utilizada por el enemigo principal de la campaña del Pacto Histórico, incluyendo las declaraciones vacilantes de algunos personajes del llamado “centro esperanza”, y de otros “demócratas, profusos, difusos y confusos”, que en la práctica se han alineado con el fascismo en Colombia.

En el fondo se trata de la guerra electoral entablada por el establecimiento económico, político y mediático contra el único candidato opositor al modelo de desarrollo neoliberal; de un entrampamiento muy bien manejado por los J.J. Rendón, expertos y especialistas en el manejo de la opinión pública a través de la manipulación de los sentimientos, las pasiones y las emociones de las gentes del común, que reaccionan instintivamente ante los estímulos de especialistas en el manejo de las redes sociales, sin el análisis de la situación política y mucho menos sin medir graves consecuencias que pueden traer los comportamientos de una oligarquía desesperada por el afán de continuar disfrutando sus privilegios.

La guerra de los entrampamientos está claramente planteada contra la campaña del Pacto Histórico, contra su candidato presidencial Gustavo Petro y su candidata vicepresidencial, Francia Márquez, de una manera brutal, sin escrúpulos morales ni éticos de ninguna clase; con la única tabla de salvación que tienen para hacer política con el todo vale, con el miedo, la mentira y la violencia, ejercidas sin miramientos por los bajos fondos de la lumpen-burguesía dominante.

Una guerra que no expresa otra cosa que la profunda descomposición moral y política de la clase dominante; el profundo miedo que tiene la élite del poder a los cambios políticos, económicos y sociales que necesita el pueblo colombiano, para poder salir de la profunda crisis que lo tiene sobreviviendo de milagro.

Una guerra de entrampamientos y estratagemas que se va agudizar en este mes de mayo de una manera mucho más profunda, descarada y cínica después de los sermones de Semana Santa sobre el “Perdón Social”.

Guerra frente a la cual, a los sectores democráticos y progresistas no les queda otra alternativa que enfrentar a la camarilla narcotraficante dominante con el lema invencible de la lucha por la paz; la mejor defensa es el ataque con el movimiento de masas y con el manejo oportuno de las redes sociales.

Y sobre todo con consignas y declaraciones públicas que se conviertan en llamamientos fogosos, en proclamas apasionadas por la defensa de la democracia; en convocatorias a la ciudadanía para que salga a las calles y plazas de Colombia a defender la democracia avanzada y a manifestar su repudio e indignación ante tanta infamia de los traficantes del poder.

Esta es la hora de llamar a las bases democráticas y progresistas a la movilización en defensa de la democracia y contra el fascismo ultramontano y feroz; de convocar a la organización y movilización de las masas para la defensa del Programa Democrático del Pacto Histórico, y para cubrir los resultados electorales del 29 de mayo que quieren escamotear y desconocer los prevalidos del régimen.

Solamente se ha presentado una entrevista del periodista Daniel Coronel en la revista Cambio, donde anuncia una nueva presentación para el domingo 24 de abril a las 11 de la mañana con Gustavo Petro, para desbaratar todas las patrañas, emboscadas, asechanzas y estratagemas que la oligarquía le quiere poner a la campaña por el cambio: Colombia, potencia mundial para la vida, y que los medios de comunicación se han encargado de silenciar prudentemente, para no destapar la olla podrida de su corrupción pestilente, ni a sus becerros de oro con sus privilegios de clase.

Es hora entonces de enfrentar y destapar la trampa, la estafa, el dolo, el engaño y el fraude, (un millón y medio de votos fue la diferencia entre el pre-conteo y el escrutinio, en las elecciones del 13 de marzo, según declaración del Registrador Nacional), enfrentarlas con una actitud valiente, serena, organizada y combativa; con consignas y proclamas imaginativas y creativas; con iniciativa y audacia política; para no quedarnos a la expectativa, esperando reaccionar ante el próximo golpe matrero de la oligarquía fascista.

No podemos permanecer con los brazos cruzados esperando el próximo entrampamiento que ya lo están anunciando para el lunes 18 en las redes sociales, con el fin de acabar políticamente al candidato del cambio por la vida; esperando a que vengan los salvadores celestiales a resolver los problemas del pueblo.

Si no conocemos las verdaderas entrañas homicidas y criminales de la oligarquía dominante no estaremos en capacidad de responder adecuadamente a la política ofensiva del establecimiento fascista; sólo con mucha disciplina y con mucha organización.

Con serenidad y claridad de nuestro proyecto político; conociendo muy bien a nuestro enemigo de clase, la oligarquía del establecimiento dominante; solo en esta forma podremos construir y desarrollar el movimiento de masas que ya está dando sus primeros pasos y que por lo mismo quieren ahogarlo en la cuna.

No podemos permitir que, por impotencia, por falta de claridad política, por miedo, o por falta de iniciativa y de audacia, el Pacto Histórico vaya a convertirse en otra frustración para las esperanzas del pueblo colombiano; debe quedar muy claro para la opinión pública democrática y sobre todo para los militantes y simpatizantes del Pacto Histórico, que sólo el pueblo salva al pueblo, y que sólo el pueblo unido, jamás será vencido.

Lo que se viene es la guerra electoral donde puede pasar cualquier cosa; por supuesto que ya empezaron haciendo “trizas” el Acuerdo de Paz, pero ahora van incentivar y profundizar el odio, el miedo, la mentira y la violencia, tal como lo había previsto el profeta del infierno y del apocalipsis: “Ojo con el 2022”.

Y no es que le estemos metiendo miedo a la opinión pública democrática; todo lo contrario: la estamos armando políticamente para que los acontecimientos no la cojan con los brazos cruzados, en una actitud contemplativa, suplicante y menesterosa, la estamos llamando a combatir el miedo con la movilización colectiva de masas.

La estamos llamando a la defensa de la democracia avanzada en el terreno que nos plantee el enemigo de clase; en el escenario que nos presente la historia, y con las formas de lucha a que nos obligue el enemigo del pueblo.

Ahora lo primordial es defender no solo teórica y políticamente, táctica y estratégicamente, la lucha por la democracia, sino también, y de una forma práctica, la lucha por el control real de los resultados electorales del 29 de mayo, con los testigos y escrutadores electorales, que será a no dudarlo la primera línea de combate en este escenario electoral; lo importante es que todo el que pueda se inscriba para defender la democracia contra los heraldos negros del fascismo.

Es el primer combate político de fondo por la democracia avanzada que le toca enfrentar y definir al Pacto Histórico en su primer año de vida; no podemos ser inferiores a la responsabilidad histórica con nuestro pueblo trabajador, no podemos ser inferiores con el compromiso ante las nuevas generaciones; debemos trascender las elecciones sea cual fuere su resultado electoral.

En esta situación, los entrampamientos que vendrán serán la piedra de toque para definir qué es el Pacto Histórico; dónde estamos parados y para dónde vamos; si no tenemos claro cuál es nuestra visión y misión políticas, pues estaremos desconcertados en medio de las circunstancias, entrampados y acorralados en un laberinto sin solución.

Por eso hoy más que nunca tenemos que dar el paso con pie derecho, firmes en la acción, unidos en el propósito, y optimistas con el pensamiento de la victoria popular.

A la juventud del pueblo, a los demócratas del país, a toda la gente honrada, honesta y trabajadora de Colombia, “ni un paso atrás”, como decía el comunero, “y lo que ha de ser que sea”

Este pueblo no se rinde, carajo. Colombia, potencia mundial para la vida.

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