Natalia y el Fiscal: ¡qué confusión, qué caos!
Opinión

Natalia y el Fiscal: ¡qué confusión, qué caos!

A Natalia Springer la han puesto en la picota pública, el fiscal Montealegre pierde credibilidad por estos y otros contratos, y la gran víctima es la verdad

Por:
septiembre 22, 2015
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Las personas que hemos conocido a Natalia Springer en foros académicos, en discusiones sobre la paz, siempre la hemos visto como una persona seria y competente. Entró a esos círculos de poder en Colombia donde no es nada fácil llegar: columnista permanente de El Tiempo y parte del equipo de comentaristas de RCN La Radio, entre otros. A su vez, el fiscal Montealegre desde antes de ocupar esta alta posición, tenía el reconocimiento del país como un gran jurista, absolutamente competente para ocupar este y otros altos cargos del país. La pregunta que muchos nos hacemos es cómo dos personas de este nivel se convierten o las convierte el país en actores de semejante torbellino que no cesa de ocupar páginas y páginas de los medios escritos; para luego pasar a la radio y llegar a la televisión.

Desafortunadamente, lo más increíble es que lejos de esclarecerse el tema lo que abundan en esos corrillos que le fascinan a los dirigentes de este país —llenos de hombre con pocas mujeres—, son chismes y más chismes. Si algunos de estos rumores fueran verdad, el escándalo tomaría otras dimensiones, mientras que otros son tan absurdos que no merecen la pena. Lo que verdaderamente inquieta —porque se refiere al comportamiento de la sociedad colombiana—, es que cada día estamos más lejos de la verdad que acabaría con las especulaciones que crecen por segundo.

Por el bien de este país y sobre todo de esta población bogotana, es fundamental tratar de entender cómo se llega a semejante enredo sin que se haya podido salir de la total confusión sobre este escándalo de los contratos. Pero como Natalia ha sido la más señalada, es importante tratar de analizar su caso. Sin duda, se han cometido errores por parte de los protagonistas pero también de un país que está listo para destrozar la vida de quien, como se dice en Colombia, de papaya. Empecemos por Natalia, haciendo la salvedad de que es muy fácil analizar ex post los hechos y además verlos de lejos, sin estar involucrados directamente.

Errores de Natalia: 1. Haberse demorado tanto en salir a explicar su conducta. Si lo hubiese hecho de inmediato, de pronto esta bola de nieve no habría llegado a los niveles actuales, porque muchos reconocen que en su entrevista con la W Radio, se mostró serena, segura y generó dudas entre quienes la habían juzgado antes de manera dura; 2. Atacar descalificando al fiscal Alejandro Ramelli, quien puso en duda la calidad de su trabajo. Natalia como defensa afirmó que Ramelli había salido del cargo en la Fiscalía porque su labor había sido insuficiente; 3. No ha logrado aclarar si el trabajo en cuestión ya se terminó o no y por consiguiente no se sabe si se entregó a la Fiscalía o no. 4. Lo anterior se relaciona con la afirmación de Natalia de que no ha recibido un solo peso. Conclusión: confusión, más confusión.

Errores del fiscal Montealegre: 1. Iniciar su defensa atacando a sus predecesores, lo cual se asocia con debilidad de sus  argumentos. 2. Demorarse en reconocer que sí puede ser evaluada su gestión —aunque aún no es claro por quién—, lo que ha dejado la sensación de que se siente intocable lo que causa rechazo en la opinión; 3. Más arrogancia que argumentos para defender el trabajo de Natalia. 4. Vacíos en la defensa de la capacidad de profesional de ella. La buena fe no es argumento que convence en medio de semejante discusión. Conclusión: confusión, más confusión.

Lo peor de este triste espectáculo es que hoy cuando a Natalia Springer la han puesto en la picota pública y el fiscal Montealegre —antes tan respetado— ha perdido credibilidad por estos y otros contratos, la gran víctima es la verdad porque lo único que hay es confusión. Y esta es una profunda falla de nuestra sociedad: canibalismo, felicidad con el daño ajeno, y sobre todo, ligereza de los actores y de sus críticos. La verdad como siempre es lo que se requiere de inmediato.

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