Las razones por las que la paz con el ELN esta vez sí puede ser una realidad

Las razones por las que la paz con el ELN esta vez sí puede ser una realidad

Los diálogos entre el gobierno Petro y esta guerrilla se han dado en Caracas y México, Carlos Velandia, quien fue guerrillero 35 años, da motivos para ser optimistas

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octubre 26, 2023

Carlos Velandia pasó 35 años de su vida en la guerrilla del ELN a la que se vinculó cuando era estudiante de la Universidad Industrial de Santander. Su nombre de guerra fue Felipe Torres. Estuvo preso diez años y en la cárcel se convirtió en vocero de distintos intentos de diálogos de paz. Han sido ya cinco los intentos de diálogo con el ELN: Salió al exilio y vivió en distintas ciudades europeas y regresó al país cuando vio la oportunidad para la paz en el gobierno Santos.  

Ha seguido al detalle la actual negociación del gobierno Petro con el ELN que ha avanzado hasta declarar un cese bilateral del fuego bilateral el pasado 3 de agosto de 2023 que irá hasta el 29 de enero de 2024. Desde entonces Carlos Velandia ha hecho un seguimiento al milímetro de su cumplimiento por las partes que registra a diario en su cuenta X @CarlosVelandiaJ.

Juan Manuel Ospina: Nadie mejor que Carlos Velandia para hablar del ELN y del proceso de paz que han iniciado con el gobierno Petro desde el año pasado. Son varios los procesos que ha vivido, incluso como vocero desde la cárcel, ¿Cuál es la diferencia con éste que ha seguido al detalle, incluso llevando una bitácora diaria del cumplimiento del Cese al Fuego? Esta vez hay mayor optimismo, o ¿estoy equivocado?

Carlos Velandia: En mí se juntan varias cosas: el querer que las cosas ocurran, el observarlas y el compararlas con otras realidades, y puedo decir que las cosas perfilan bien. Tengo un optimismo que recomienda ser moderado, no es momento de echar campanas al vuelo, pero es conveniente saber que la esperanza nos alienta a dar pasos importantes. Tampoco se arranca de cero. Acá los cinco procesos anteriores dan un soporte.

El país de ahora no es el de hace cuatro años, la situación ha venido cambiando rápidamente, en el 2016 se disolvió la guerrilla de las Farc, la más antigua del continente. Sólo quedó el ELN colgando que pasó a ser la más antigua; una guerrilla guevarista con el faro de la Revolución cubana. Entre los años 60 y 70 se fundaron 90 grupos guerrilleros en América Latina y el ELN es el último que queda en armas; por eso es necesario superar ese conflicto. Eso lo sabe la guerrilla y Petro también. Hay que reducir el fenómeno de la violencia al mínimo, de eso se trata la Paz Total. Soy optimista, pero con mucha racionalidad.

JMO: Has visto demasiado para ser ingenuo. Cuál es la novedad, cuáles serían las razones para que el país sea optimista. ¿Cuáles son los puntos de novedad para lograr unas negociaciones exitosas?

C.V: En estos tiempos se conjugan cosas; el fracaso del Estado en las lejanías que ha posibilitado que surjan otras formas de Estado que las asumen organizaciones ilegales, que llenan los vacíos. Una para estatalidad que sustituye las guerrillas o los grupos armados y crean estados autoritarios; las normas no son las del consenso nacional, se imponen (con las armas) y esas organizaciones se convierten en los nuevos poderes. Se desarrollan allí las economías ilegales que alimentan los poderes territoriales. La clave está en el territorio y esto lo tiene en cuenta esta negociación.

J.M.O: Hay desconfianza del estado central con las comunidades y viceversa, porque no hay conexión, ni vínculo. Hay dos elementos que creo diferencia al ELN de otras guerrillas: el sentido del territorio en el que se encuentra con planteamientos de Petro que revindica el sentido del territorio incluso en el Plan de Desarrollo y la segunda es la fuerza de las comunidades que los habitan que quieren participar.

C.V: Estás apuntando donde es, el ELN con sus acumulados, se juntan con el pensamiento de Petro en esos dos elementos, el territorio y la gente participando. No en balde el M-19 se la jugó por el concepto de la democracia participativa, y esto es participación. Teniendo en cuenta que esto no se ha desarrollado plenamente en la Constitución, se busca que en los territorios la gente haga pactos, conciba las soluciones, hagan acuerdos, programas; que diseñen el desarrollo a su propia escala con el propósito de superar el fenómeno de la violencia y por eso el gobierno promueve este tipo de pactos.

JMO: Esto es fácil de decir, pero en esta realidad es difícil que se pueda materializar. Cómo se puede garantizar que este proceso con las comunidades no sea interferido por las violencias circundantes. Y cómo manejar esas formas de ilegalidad – narcotráfico, la minería ilegal- que confluyen allí.

C.V: El ELN es el fiel testimonio de un conflicto que no se resuelve, los tiempos cambian, se juntan cuatro generaciones en las filas del ELN. Si escuchas el discurso de Beltrán, de Pablo García, es político, ideológico, pero si escuchas a los jóvenes comandantes es diferente. Sobre un viejo conflicto se instalan las nuevas guerras que ya no son por ideología sino por la disputa de territorios y de economías ilegales. El discurso en el ELN sigue siendo ideológico, pero en la práctica en las estructuras hay vínculos con las economías ilegales. Antonio García no vive este tipo de situación de manera específica, está la realidad del discurso histórico y otro el del día a día.

JMO: En ese sentido el tiempo apremia y tal como lo vemos, el discurso va por un lado y la práctica por otra. Esto contamina; es el mundo en el que vivimos.

C.V: Reconocer este tipo de realidades ayuda y se puede enfocar mejor las soluciones. En el momento en el que se hagan los grandes acuerdos van a haber desacuerdos, tiene que haber una sincronía, pero hay que interpretar este nuevo tipo de realidades.

JMO: El mundo de hace veinte años es distinto al mundo de hoy. No nos podemos quedar congelados con los problemas que fueron históricos. Lo del ELN es muy específico, muy propio.

C.V: Es muy específico, pero creo que, resolviéndose este conflicto interno con el ELN, el país puede socavar el fenómeno de las demás violencias; puede dedicar más sus fuerzas políticas y enfrentar otros problemas de una mejor manera. Creo que no estaríamos lejos en el tiempo; quizás en 10 años podamos ser un país normal sin tener que aceptar o discutir un conflicto armado que ya se habría superado.

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