Gustavo Petro y Alejandro Gaviria en la segunda vuelta
Opinión

Gustavo Petro y Alejandro Gaviria en la segunda vuelta

Lo único que necesita Gaviria para estar en segunda vuelta es no dejarse manosear de Uribe, ahora la incógnita es con quién gobernaría Gaviria y con quién Petro

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septiembre 01, 2021
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Tres razones fuerza para ser optimistas hoy, luego del lanzamiento de la candidatura de Alejandro Gaviria: 1) no va más el pantano, es decir, Sergio Fajardo pronto renunciará y seguirá viendo ballenas; 2) el uribismo, con Zurriaga o Zuluaga, quedará de tercero y durante los debates de segunda vuelta, entre Petro y Gaviria, la opinión pública se olvidará del legado de odio que ese mesianismo había inculcado; 3) la paz y la reforma rural integral, adicional a la lucha contra la corrupción, por adaptarnos al cambio climático, y por la equidad, con seguridad harán parte de ideario del próximo gobierno.

Lo único que necesita Alejandro Gaviria, para estar en la segunda vuelta, es no dejarse manosear de Uribe. Tanto la extrema izquierda como el uribismo –este por sus medios retorcidos– intentarán demostrar que Alejandro Gaviria sería la reencarnación de Duque, pero culto. Los centros de pensamiento de derecha dirán que si Alejandro Gaviria no se une al legado uribista y hace un pacto con ellos, abierto o soterrado, Petro ganaría en primera vuelta. Y si Gaviria cae en esa trampa, pues Petro de verdad puede ganar en primera vuelta.

Ya es un lugar común decir que el principal enemigo de Petro es Petro mismo. En verdad nadie duda de que pasará en la primera vuelta, si logra mantener la paciencia y además se acerca de forma creíble al centro. Ya en la izquierda no tiene contendor, ese espacio es suyo. Robledo hace tiempo es parte del fajardismo.

Hoy, repito, en agosto de 2021, la gran incógnita es con quién gobernaría Gaviria y con quién Petro. Parece que Gaviria no sacará lista propia al Congreso. Le tocaría gobernar entonces, como siempre, con el Partido Conservador, el Partido Liberal del otro Gaviria, y con lo que quede de Cambio Radical, el Partido de La U y los muchachos Galán. De seguro los protestantes, pentecostales y otros fundamentalistas lo condenarán. Creo que en ese caso el mayor apoyo para la agenda progresista que esgrimió Alejandro Gaviria en sus 60 puntos, sería la bancada de izquierda que resulte electa al Congreso el año entrante.

Ahora, si en la segunda vuelta gana Petro, sacar adelante el programa de la Colombia Humana depende de que logre más del 30 % del Congreso y que sus propuestas sean razonablemente aceptadas por el centro. Si no hay un mandato claro en ese sentido por parte de la opinión pública, la agenda política de nuevo la retomaría el uribismo, como cuando el Plebiscito, y mi optimismo terminaría.

Un escenario lamentable sería el de Petro como presidente y un Congreso emperrado en impedir sus propuestas transformadoras. No me atrevo a imaginar lo que puede pasar, justo porque hoy estoy vestido de optimista.

En suma: con Gustavo Petro y Alejandro Gaviria en la segunda vuelta electoral, en el 2022, gana de verdad Colombia, pierde el pantano y se supera el protagonismo mesiánico del uribismo: el “embrujo autoritario”. Pero las elecciones de Congreso ahora son más definitivas que nunca. Es solo aritmética: un Congreso con una bancada de izquierda y progresista mayoritaria le permite, a Gustavo o a Alejandro, cumplir lo que hasta el momento han prometido y necesitan las próximas generaciones (Acuerdo de Paz, reforma rural integral, equidad, adaptación al cambio climático, transición energética, acceso universal a educación de calidad y a salud, combate a la corrupción, etcétera). De lo contrario, si reeligen a los Macías, los Manguito, los Aguilar, las Cabal, las Merlano… apague y vámonos.

Adenda: Escrita y remitida esta columna a Las2Orillas, escuché las declaraciones de Alejandro Gaviria sobre el nombramiento de Alberto Carrasquilla como codirector del Banco de la República, donde dice: “Probablemente Carrasquilla es la persona que más sabe de política monetaria en el país” (…) “Tuvo un paso polémico por el Ministerio de Hacienda…”. Tengo que agregar al respecto dos consideraciones:

 

  • En 2001 escribí un artículo en un portal de la Universidad Internacional de La Florida (FIU) cuestionando la propuesta de Carrasquilla de acabar con el peso como moneda en Colombia y dolarizar la economía. Si Gaviria tiene razón y Carrasquilla es el que más sabe de política monetaria en Colombia, es porque los economistas colombianos somos muy ignorantes. Proponer dolarizar un país es dejarlo sin capacidad de hacer política monetaria y cambiaria. Y lo del “paso polémico” por el Ministerio de Hacienda… pues esa “polémica” ya dejó muchos muertos, y me temo que los muchachos ahora la emprenderán contra el Banco de la República (Res-Pública) por haberse convertido en antro del uribismo, sin autonomía alguna.
  • Con esta salida en falso, Alejandro Gaviria posiblemente está cayendo en la trampa retorcida que le puso el uribismo. No sé cómo puede salir de allí.
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