Es lamentable que, en la capital del país, se destinen recursos con el objetivo de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, pero se presenten constantes incumplimientos en los términos contractuales. Estos problemas no solo afectan la correcta implementación de las obras, sino que también vulneran los derechos laborales de los empleados, quienes se ven sometidos a reiteradas faltas al Código Sustantivo del Trabajo.
En días recientes, se conoció un caso preocupante: cerca de 70 obreros del consorcio encargado de las obras del parque de Usaquén quedaron sin recibir sus salarios. A este caso se suma ahora la situación del consorcio responsable del lote 2 del proyecto Corredor Verde. Tras la suspensión de la obra —una situación que, lamentablemente, se repite con frecuencia debido a la desorganización en los estudios preliminares y en la ejecución de los contratos—, varios trabajadores fueron desvinculados bajo la figura de "terminación por mutuo acuerdo". Esta medida se justificó con el argumento de la suspensión y el cumplimiento parcial, hasta en un 80 %, de las obligaciones contractuales.
Lo más grave es que estos empleados, que salieron hace más de un mes, aún no han sido liquidados correctamente y, pese a sus reiteradas gestiones, son ignorados tanto en sus correos electrónicos como en las llamadas que realizan en busca de respuestas. Esta falta de comunicación y resolución por parte del consorcio agrava aún más la situación de quienes han quedado en el limbo laboral.
Este tipo de acciones no solo evidencia una preocupante falta de planeación, sino también una desprotección sistemática a los derechos laborales de quienes, con su trabajo, hacen posibles estas obras para la ciudad.
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