El rock colombiano anda de parranda y está más vivo que nunca

El rock colombiano anda de parranda y está más vivo que nunca

Hoy palpita en las venas de esta nación una escena musical diversa, grupos que narran y crean caminos, audiencias importantes y amplias que están dispuestas a darlo todo

Por: Diego Felipe Dorado Collazos
febrero 18, 2019
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El rock colombiano anda de parranda y está más vivo que nunca
Foto: Pixabay

Hace algunos meses, leí en esta plataforma un artículo que llevaba por título la pregunta ¿Se acerca la muerte del rock colombiano?, donde se planteaba la posibilidad del fin del género musical en Colombia, una idea catastrófica desde su inicio y con una sentencia bastante exagerada.

La daré una respuesta: ¡No!, un no rotundo. El rock colombiano está muy vivo, evolucionando, paso tras paso y dejando una huella de fusiones, folclores y ritmos mezclados con lo más profundo de la colombianidad.

Sucede que, en el contexto actual de nuestro país, es conveniente para el poder gobernante, titulares de esa dimensión, cuando artistas como Edson Velandia y Adriana Lizcano contraponen y hacen un uso prodigioso de la libertad de expresión y crítica sana con canciones como “Su madre patria”, que ponen el dedo en la llaga en el convulsionado y perturbado estado en que se encuentra la nación. Claro, desprestigiar el rock es desprestigiar todos estos movimientos musicales, todas estas letras y todas estas expresiones sanas y de buen ritmo que lo que buscan es entender al país.

Pero si a artistas vamos y si se rumorea que ya no hay, nombraré algunos de los muchos que hoy trabajan por y para el rock en Colombia:

Juan Pablo Vega, cantautor, guitarrista, arreglista y productor musical bogotano ha resignificado el nombre del rock colombiano en el mundo, ha permitido que artistas nacionales como Monsieur Periné, Esteman y Chocquibtown puedan gozar de participación y de tarimas internacionales además de premios y galardones obtenidos por su talento y creación musical propia de nuestra región, encontrando siempre un estilo entre las vertientes del rock y la idiosincrasia colombiana.

En este punto, algunos pensarán que lo anterior no es rock, que el rock es pesado y con guitarras estridentes y que eso es lo que no hay, (aunque equivocados), también puedo nombrar los nacientes artistas que hoy llevan la bandera de un rock más heavy y ligado a la vieja escuela rockandrollera.

Oh'laville me parece un ejemplo espectacular de cómo hemos evolucionado y como nuestra Colombia a partir del legado de grandes bandas nacionales y leyendas importantes del género, buscan nuevos caminos. Cercanos a ellos, está Diamante Eléctrico que en su trayecto discográfico ha hecho un importante recorrido musical. Atrás no se queda Árbol de Ojos, una banda que crece a pasos agigantados en medio de solos de guitarra y escenarios independientes. Lo anterior, es un poco de la nueva e importante escena musical que dicen “va a morir”, y aquí podría alargarme lo que quisiera, podría desglosar y hablar de Los Nepentes, de 1280 Almas, Telebit, Delavil, La Pestilencia y muchos más.

Debo nombrar también la escena independiente, porque nos damos el lujo de tener una, con artistas como: Mabiland, Crudo Means Raw antioqueños ambos, Las Yumbeñas del Valle del Cauca, Quemarlo Todo Por Error de Bogotá.

En este ambiente de nuevos estilos y propuestas, también regresan con estrenos radiales los grandes precursores, reforzando y volviendo a dar norte. Aterciopelados estrenó en mayo del 2018 el álbum Claroscura, Superlitio también se vistió de gala y lanzaron el álbum: La Sultana: Bailando en la Revolución, La Derecha de Mario Duarte estrenó película y dio a luz a Malaya, canción estrenada también en 2018, Bajo Tierra grupo antioqueño importante en la escena nacional, volvió a los escenarios tras un largo receso en los mismos.

Y la muerte no se le puede declarar a este ser vivo que se mueve constantemente por los canales que le dan vida, emisoras como Radiónica y Radioacktiva mantienen viva la llama. Además, festivales como Rock al Parque, Estéreo Picnic con 80.000 asistentes y 74 artistas en su última edición en 2018 (es decir que por público tampoco existe un panorama catastrófico), Jamming Festival, Almax Colombia, entre otros, han permitido catapultar y servir de cuna a nacientes bandas, grupos y artistas que hoy tejen y refuerzan nuestro rock. Si es por canales de difusión, la muerte está lejos.

Como se observa, hoy se palpita en las venas de esta nación una escena musical diversa, grupos que narran y crean caminos, audiencias importantes y amplias en nuestro folclor, juventudes y generaciones que le apuestan a contarnos, conocernos y sentirnos a través de la música, a través de un rock que está más vivo que nunca.

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