Daniel Rojas dejó la Sociedad de Activos Especiales (SAE) hace casi un año, pero la gestión hecha allí parece seguir intacta en él. Ahora como ministro de Educación, continúa entregando edificios a universidades públicas como si aún tuviera bajo su control los bienes incautados por el Estado. La última beneficiaria fue la Universidad Pedagógica Nacional, que recibió una nueva sede en pleno centro histórico de Bogotá.
Algunas de las universidades beneficiadas han sido la del Quindío, la Industrial de Santander, la Distrital, entre muchas otras
Durante los dos años que estuvo al frente de la SAE, Rojas convirtió la adjudicación de predios incautados —muchos de ellos provenientes del narcotráfico— en una estrategia para fortalecer la educación superior pública, una de las banderas más visibles del gobierno de Gustavo Petro. Bajo su gestión, universidades como la del Quindío, la Industrial de Santander, la Distrital, entre muchas otras, recibieron inmuebles que se convirtieron en residencias estudiantiles, nuevas facultades o sedes administrativas.
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El estilo de entrega era siempre el mismo: eventos multitudinarios, estudiantes como público, discursos de compromiso con la educación y, por supuesto, la foto del funcionario con las llaves del edificio. Ahora, como ministro, Rojas repite la fórmula.
La Universidad Pedagógica Nacional —que tiene como rector a Helberth Choachí— acaba de recibir una estructura de 2.342 metros cuadrados ubicada en el centro de Bogotá. Allí funcionará a partir de ahora su Facultad de Artes, con capacidad para albergar a más de 1.200 estudiantes.
A diferencia de los predios entregados por la SAE, este no era un bien incautado a estructuras criminales, sino un edificio abandonado que el Ministerio de Educación decidió recuperar. Para ponerlo en funcionamiento, la cartera invirtió $7.962.800.000. La inversión, según el Ministerio, permitirá que la universidad se ahorre $2.650 millones anuales en arriendo de otra sede. Rojas, uno de los escuderos más cercanos al presidente Petro —a quien acompañó el pasado 1 de mayo en las manifestaciones—, parece decidido a mantener el mismo enfoque con el que manejó la SAE: usar los recursos públicos, no solo para ampliar la infraestructura universitaria, sino también para visibilizar políticamente las promesas cumplidas del gobierno. Aunque ya no tiene las llaves de los bienes incautados, todavía reparte edificios.