El gran testigo ocular
Opinión

El gran testigo ocular

Hernán Díaz registró grandes personajes de su tiempo, sus imágenes tienen gran fuerza como la mirada de un presidente, o la soledad de un hombre. Muestra en El Museo

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febrero 24, 2024
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Hernán Díaz, el más reconocido fotógrafo de su tiempo. Foto:BADAC

En la sala de proyectos de la galería El Museo en Bogotá hay una muestra de Hernán Diaz quien fue el fotógrafo de su tiempo. Hernán Díaz (Ibagué, 1929 – Bogotá, 2009) es uno de los fotógrafos colombianos más reconocidos. “Nació en el departamento del Tolima, creció en Bogotá y en 1954, a los 25 años, entró a estudiar en la Photographers School de Connecticut, en los Estados Unidos, donde recibió la influencia del trabajo fotográfico del francés Henri Cartier Bresson y de los estadounidenses Irving Penn y Richard Avedon, de quienes aprendió técnicas vanguardistas para la obturación de retratos, paisajes y la realización de reportajes gráficos. Fue miembro de la American Society of Magazine Photographers. En los años sesenta sus fotografías empezaron a publicarse en revistas internacionales como Life y Time, y en Colombia las principales revistas y periódicos, como Cromos y El Espectador, reprodujeron diferentes facetas de su trabajo. Su libro Seis artistas contemporáneos colombianos (Bogotá, 1963), en colaboración con Marta Traba, fue el primero de una serie de publicaciones con las que logró la difusión masiva de sus imágenes, dice el comunicado de prensa y es más que suficiente para saber el artista que era.

Foto: cortesía galería El Museo

Trabajé con él en la revista Cromos. Su director era Alberto Zalamea y él se inventó una sección donde Hernán Diaz realizaba la foto de un personaje semanalmente y yo escribía el perfil. Y así fui conociendo la ser humano que podía ser amable y divertido como iracundo y alterado. Era sensible a las órdenes y en particular a las decisiones de nuestro jefe. Cuando no estaba de acuerdo el camino se hacía incómodo porque él no dejaba de refunfuñar un solo instante tanto que varias veces pensé que se botaba del carro. Unas veces tomaba las fotos, otras veces no. Pero cuando llegábamos a trabajar él se convertía en otro. El monstro era amable. Agarraba su equipo con todo el cuidado y una vez tenía la cámara en la mano era todo un artista con la mayor disposición para lograr encontrarle al personaje su mejor punto de vista.

Foto: cortesía galería El Museo

Hernán Díaz registró personajes de su tiempo que hicieron historia.   Sus imágenes tienen una gran fuerza como la mirada de un presidente, la fachada húmeda  La Casa de la Inquisición, el gesto decisivo de un pintor, la luz de su querida Nueva York, o la soledad de un hombre.

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