Por una grabación obtenida del iPod del exjefe paramilitar Salvatore Mancuso, extraditado a los Estados Unidos, se supo que el entonces Representante a la Cámara Musa Besaile Fayad se reunió en el 2003 con el jefe paramilitar para solicitarle recursos y autorización para hacer campaña en zonas controladas por ellos para elegir gobernador de Córdoba. El candidato era Juan Carlos Aldana y necesitaba los votos en sus aspiraciones en derrotar a Libardo López Cabrales, quien pertenecía a la familia que había controlado el departamento desde los años 60.
La reunión fue confirmada por el propio Miguel De la Espriella, tan cercano a Mancuso que por orden suya hizo pública la lista de los firmantes del llamado Pacto de Ralito que tuvo consecuencias judiciales, incluida detención de la mayoría de los asistentes.
El testimonio llevó a que la Corte Suprema de Justicia le abriera un expediente judicial en el 2007. Su abogado era Luis Ignacio Lyons, tío de Alejandro Lyons, quien actuó como abogado suplente junto a Luis Gustavo Moreno -quienes renunciaron al poder en 2011-, y el mismo que le aconsejó la estrategia fallida de victimizarse frente a los sobornos pagados a los magistrados de la Corte para cerrar su proceso, uno de los más antiguos y que está abierto desde el primero de noviembre de 2007. Consciente de las consecuencias que este hecho tendría en su carrera política, en 2015 Besaile, ya un senador empoderado eje de la coalición de gobierno Santista, buscó la manera para que la investigación en su contra no prosperara. En ese escenario apareció la trinca Moreno-Ricaurte-Bustos, y para este caso, muy probablemente Gustavo Malo, quien terminó con el expediente en sus manos.
Los señalamientos de Mancuso eran gruesos. Contó como para las elecciones para la gobernación de Córdoba en 2003 se creó una alianza entre Julio Manzur, Eleonora Pineda, Miguel Alfonso De la Espriella, Reinaldo Montes, Zulema Jattin y Musa Besaile que fue conocida como ‘El Sindicato’. “El grupo del Sindicato vienen donde mí y me piden que los apoye políticamente para la elección del candidato que ellos estaban proponiendo (...) Entonces yo les dije a ellos, vean, yo quisiera buscar un acuerdo con sus opositores políticos y el acuerdo consiste en que nosotros les pedimos a ustedes que nos cedan a nosotros dos secretarías que históricamente son las que presentaban más corrupción en Córdoba. Ellos dijeron que bueno, que no había inconveniente, pero que no entregaban Educación y Salud, sino Hacienda y Salud”, dijo Mancuso en sus declaraciones.
Ese pacto se acordó tanto con El Sindicato como con la familia López. Al final, Libardo López ganó la gobernación y el cuñado de Mancuso, Manuel Troncoso, fue puesto en la secretaría de Salud. Además, la versión fue confirmada por otros jefes paramilitares desmovilizados como Carlos Andrés Padilla González, alias ‘Visaje’. Éste declaró el 15 de marzo de 2010 ante la Corte Suprema de Justicia dentro de la investigación contra Musa Besaile, asegurando que a su campaña habían entrado dineros provenientes del paramilitarismo, tal como lo ya lo había dicho Mancuso.
El expediente pasó por el escritorio de varios magistrados de la Sala Penal como Julio Enrique Socha Salamanca, Augusto J. Ibáñez Guzmán o Eyder Patiño Cabrera, y finalmente terminó en el despacho de Gustavo Malo Fernández. En 2014 hubo un revolcón en la alta corte después de que eliminaran la comisión de la parapolítica, y tanto reparto del folio de Besaile entorpeció la investigación que tenía los méritos para abrirse formalmente, hecho que nunca sucedió.
José Luis Reyes, entonces magistrado auxiliar de Malo y hoy investigador de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala junto a Iván Velásquez, considerado el magistrado estrella de la parapolítica, quiso acelerar el proceso contra Besaile. Sin embargo, en 2015, cuando Reyes ya tenía la investigación adelantada y estaba ad portas de abrirle un proceso formal tras 7 años de pocos avances, su superior el magistrado Malo frenó estratégicamente la investigación.
Malo les pidió la renuncia formal a todos sus auxiliares, pero solo aceptó la de José Luis Reyes. Tendrá que explicar la posible relación de esta actuación con la engavetada del proceso contra Musa. Según el mismo Reyes, quien declaró en el caso ante la fiscal delegada Sandra Patricia Ramírez desde Guatemala, él le insistió a Malo de la importancia de continuar y profundizar la investigación contra Besaile. Claramente fue en ese momento que Musa puso a circular el dinero en la Corte. En la entrevista que le concedió a Vicky Dávila para la W, reconoció haberle pagado $ 2.000 millones de pesos para atajar la orden de captura que había sido proyectada por José Luis Reyes.
Por estas declaraciones Malo entró a estar en el ojo del huracán junto a Leonidas Bustos, Camilo Tarquino y Javier Ricaurte, circunstancia que forzó su solicitud de licencia en respuesta a la solicitud de sus colegas magistrados de renunciar a la Presidencia de la corporación y alejarse del cargo como magistrado.
Malo, también cartagenero, entró a la corte como magistrado auxiliar de Ricaurte, quien a su vez es padrino de uno de los hijos de Malo. Según las declaraciones de Besaile, fue Ricaurte quien le aconsejó contratar a Luis Gustavo Moreno para resolver su situación de su proceso ante la sala penal, que estaba en manos de su amigo el magistrado Malo.
Por solicitud de la red de veedurías ciudadanas, la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes le abrió una investigación a Gustavo Malo por sus presuntas relaciones en los sobornos a las altas cortes. Hoy, después de conocerse que Musa Besaile está prófugo de la Justicia, Malo pidió una licencia por dos meses a partir del 1 de octubre, cuando se esperaba que hubiese sido solicitada de inmediato. Justificó estos tres días en su despacho diciendo que se ocupará de organizar los procesos que lleva para que sean redistribuidos en la sala penal. ¿A dónde irá a para el Musa?
