El cambio que muchos querían: un villano llamado Gustavo Petro

El cambio que muchos querían: un villano llamado Gustavo Petro

Como decía el escritor Robert Musil: "La gran villanía de hoy no consiste en cometerla, sino en despreocuparse de ella; esta crece en el vacío".Petro sabe esto...

Por: Jamal Said
julio 18, 2023
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El cambio que muchos querían: un villano llamado Gustavo Petro

Robert Musil, según mi humilde opinión, fue de los pocos escritores europeos que, sin ser sociólogo o historiador, claro está, se anticipó a la decadencia del mundo contemporáneo. Nos regaló una frase que a mi parecer se ajusta a lo que viene aconteciendo en Colombia, cuando dice que “la gran villanía de hoy día no consiste en cometerla, sino en despreocuparse de ella; esta crece en el vacío”.

Lo que dice el venerable autor austriaco es acertado, en la medida que se conoce la magnitud del mal, pero injustificadamente se persiste en él. Quiere que entendamos que, si el daño es palpable, lo más justo es atacarlo o contrarrestarlo. Porque si lo vemos crecer, sin inmutarnos por su hostil presencia, es por la sencilla razón de que lo queremos ver reinar en la sociedad.

Partiendo de esta idea creo que Petro sabe que no es sano ser tan indulgente con el terrorismo, cuando este se sostiene en el día a día de su agenda nacional; que es consciente de que las zonas urbanas y rurales se le salieron de las manos, como consecuencia de una delincuencia desmedida que su gobierno ha envalentonado; y que muchos compatriotas piden a gritos autoridad, antes de tomar por cuenta propia el camino de las armas justificando su propia seguridad.

Sin embargo, a nuestro presidente –al que solamente pudo elegir una horda de incautos– le importa muy poco que las cosas estén desbordadas, ya que su intención es dejar que la villanía, esa que no se ataca cuando es debido, crezca en el vacío a la manera que lo plantea Robert Musil. Desea que esta estalle por donde quiera o haga de las suyas para solamente justificarla, como resultado de la desigualdad que siempre pregona. Una simple romantización del delito.

Su gran crimen no solamente consiste en permitir que el caos que nos agobia crezca o se mantenga, sino que también desee que los colombianos pierdan con el pasar del tiempo la voluntad, y se sometan a una lumpenización en la que no tengan otra opción que aceptar el desmadre en el que se ha convertido su gobierno. Busca que nos sometamos a la zozobra socialista: la de permitir la degradación total del pueblo trabajador.

En este orden de ideas, resulta inaudito que su ministro de defensa les diga a los miembros de la fuerza pública y a los civiles que no den papaya para que no los secuestren; que sus funcionarios se beneficien con contratos cuyos montos son impensables; que vea que vamos de culo pal’ el estanco y, sin embargo, no se inmute de la verdadera realidad social en la que hoy están sus gobernados. En fin, resulta pernicioso que culpe a la prensa de lo que no es cuento chino, sino una verdad que todo mundo conoce: en Colombia hoy reina la delincuencia.

Pero no solamente esa delincuencia que coloca bombas, roba a mano armada y prolifera en las grandes ciudades, sino esa delincuencia que ofrece cargos, se inventa ministerios y quiere pagarles a los bandidos para que no sigan matando. En otras palabras, una mafia politiquera que sostiene con nuestros impuestos, y que no tiene otro proceder que el nepotismo.

Si usted votó por Petro pensando en el cambio, pues déjeme decirle que ya tiene el cambio que quería, ese en el que se persigue la riqueza para instaurar la pobreza como epítome de vida; el que justifica la violencia y la premia con subsidios que no se pueden sostener. En conclusión, eligió democráticamente a un completo villano, aunque siga creyendo que lo peor que pudo tener este país fue Álvaro Uribe Vélez.

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