Soy cristiano y voté no en el plebiscito, ¿por qué?

Soy cristiano y voté no en el plebiscito, ¿por qué?

"Para que exista verdadera paz, debe haber verdadera justicia. Es claro que la paz de Santos no promueve una verdadera paz"

Por: Julio González Pico
julio 18, 2017
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Soy cristiano y voté no en el plebiscito, ¿por qué?

Como cristiano soy un hombre de firmes convicciones, no porque yo las posea, sino porque ellas me poseen a mí. Precisamente estas convicciones cristianas me imposibilitaron votar por el SÍ en el pasado plebiscito del 2 de octubre.

Recordemos que con este mecanismo de participación política se buscaba la aprobación por parte de los colombianos de legitimar y apoyar los Acuerdos de la Habana entre el gobierno Santos y la guerrilla de las Farc.

Como politólogo, analista de la situación política del país, tuve mis dudas en relación al manejo de la guerra en Colombia. De acuerdo al DIH un conflicto interno es definido como una confrontación militar entre un Estado legítima y legalmente organizado y una fuerza disidente que se levantaba contra ese régimen por una causa política y social.

La primera decisión que tomó el presidente Santos para una posible negociación de paz con las Farc fue declarar que en Colombia había un conflicto interno, yendo en contravía de la decisión que anteriores expresidentes habían tomado de no declarar tal cosa. Este fue un hecho transcendental que generó desconfianza en una parte de la sociedad colombiana, ¿la razón? La causa política de las Farc; el reconocimiento político y social de la guerrilla y su guerra contra el régimen establecido como una causa que representaba un sector de la sociedad en el cual sus principios ideológicos tenían aceptación.

Existen dos razones por las cuales no apoyé el SÍ en el pasado plebiscito del 2 de octubre. En este artículo voy a exponer la primera de estas, la cual fue fundamental para muchos en Colombia a la hora de votar NO.

Estas razones fueron generalizadas y vale la pena traer a memoria la primera de ellas que está relacionada con la impunidad que trae el acuerdo y que va en contravía de la noción retributiva de la justicia. Como cristiano creo:

  1. Para que exista verdadera paz, debe haber verdadera justicia

Si hubo una razón que generó rechazo al Acuerdo de la Habana era el concerniente a la justicia. Estoy seguro que de a partir de este principio se desencadenan muchos males para este país y que están contemplados en este acuerdo. Durante la campaña por el NO de la cual fui participante teníamos claro que con el proceso de paz se le daba un indulto histórico a la a las Farc. Muchos colombianos indignados manifestaron que no era posible tal cosa. La guerrilla había cometido durante décadas y años muchos crímenes que son tipificados por el DIH como de Lesa Humanidad. Son denominados así porque atentan contra la existencia humana. Entre estos delitos podemos encontrar el secuestro, la toma de rehenes, el sometimiento sexual, las mutilaciones, la tortura y  la desaparición forzosa. Estos crímenes según el Estatuto de Roma el cual ratificó Colombia por medio de la ley 742 de 2002  denomina tales delitos como imprescriptibles, es decir que no caducan y pueden ser perseguidos y condenados en cualquier momento.

Como cristiano este hecho era intolerable. Por un lado, como ciudadano que vive en un país marcado por la guerra, había un anhelo Nacional lícito y legítimo de que se acabara la guerra en Colombia, pero al ver la propuesta que el presidente Santos presentó para tal fin se generó muchas dudas y cuestionamientos en mí.

La Biblia habla de la justicia retributiva como un castigo que se le aplica a alguien que ha infringido la ley como contraprestación al daño que ha cometido. Es decir, que el castigo es proporcional al mal que el infractor comete. Teniendo en cuenta este fundamento al malo no se le debe indultar, ni mucho menos premiar, si no castigar severamente, incluso con la muerte.

Algunos versículos de la Biblia que hablan de la Justicia retributiva son:

Cuando no se ejecuta rápidamente la sentencia de un delito, el corazón del pueblo se llena de razones para hacer lo malo. Eclesiastés 8: 11 (versión NVI)

Porque Dios «pagará a cada uno según lo que merezcan sus obras».

Romanos 2:6

Según el acuerdo de paz, Las Farc no pagaran cárcel, solo bastó con un tibio perdón público por parte de uno de sus comandantes. Por el contrario dentro de los beneficios que la guerrilla tendrá por haber dejado la guerra y decidirse por la paz, según el gobierno Santos están la participación política asegurada para ellos, que les permite tener curules en la cámara de Representantes y en el Senado de Colombia.

De acuerdo a Rushdoony en este punto, es interesante traer uno de sus postulados en relación a la Justicia sin Dios desde un enfoque netamente humanista. Este parece ser el caso de este acuerdo que compromete al Estado Colombiano.

Rushdoony dice:

El estado moderno está negando el cristianismo y adoptando leyes humanistas. Está presentándose como la única fuente verdadera de la ley. Niega que exista un Dios cuya ley sea obligatoria para todas las naciones, y estas deben obedecerlas para que no se les envíe castigo. La consecuencia del humanismo moderno es que el estado se pone en el lugar de Dios.

Juan Calvino en relación a los gobernantes y su función dijo lo siguiente:

Los gobernantes son constituidos como protectores y conservadores de la tranquilidad, honestidad, inocencia y modestia públicas (Rom. 13,3), (Ellos) deben ocuparse de mantener la salud y paz común… es decir, no disimular ni consentir ninguna iniquidad de ninguna clase, sino detestar a los impíos, calumniadores y soberbios, y buscar buenos y leales consejeros en todas partes. Y como no pueden cumplir esto si no es defendiendo a los buenos contra las injurias de los malos, y asistiendo y socorriendo a los oprimidos, por esta causa son armados de poder, para reprimir y castigar rigurosamente a los malhechores, con cuya maldad se turba la paz pública.

Claramente vemos que el acuerdo de paz no busca castigar el malo, sino premiarlo; aplicando una ley que es restaurativa.

Este acto parece loable pero es abiertamente dañino y anticristiano porque como dice Rushdoony y Calvino niega el propósito de la ley esencialmente cristiano de castigar proporcionalmente al malo según su maldad. Es claro que el Acuerdo de paz en Colombia es un acuerdo de impunidad total, y creo firmemente en relación a la función de la ley Civil que el castigo  es pasado por alto en este proceso.

Finalmente, en relación a la impunidad que nos deja el acuerdo de paz Santos – Farc creo que se está pretendiendo sanar la herida superficialmente dejando visiblemente una cicatriz que oculta un problema peor: El dolor apaciguado de una guerra que no ha cesado.

La primera razón por la que decidí votar NO es porque para que exista verdadera paz, debe haber verdadera justicia. Es claro que la paz de Santos no promueve una verdadera paz, ¿por qué? Porque no está basada en la justicia retributiva.

 

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