Durante la Alcaldía de Elkin Bueno Altahona, en Barrancabermeja, Santander, se firmó un contrato para la construcción y ampliación del Centro de Desarrollo Infantil (CDI) Semillitas, que llevaba tres años estancado y que la Contraloría General de la República recuperó, beneficiando así a 188 niños.
El contratista seleccionado para ejecutar la obra, construcción y ampliación de esa infraestructura fue la Unión Temporal CDI Semillitas, que tenía como representante legal a Carlos Arturo Cantero Miranda; y por parte de la Alcaldía apareció Angélica María Suárez Serrano, actuando a nombre de la Secretaría de Educación del Municipio de Barrancabermeja.
En el camino, la Unión Temporal CDI Semillitas le ganó la licitación a los Consorcios Idaco S. A. S., Consorcio Piljam 22 y Consorcio CDI 2015. El contratista seleccionado debía manejar un presupuesto de $ 1.879.256.51 con un plazo de ejecución de 8 meses. La construcción final debía garantizar la educación, el cuidado y la nutrición de niños y niñas.

Después de tres años de estar enredada la dotación y gracias a los esfuerzos de la Contraloría General de la República, hoy el Centro de Desarrollo Infantil Semillitas en Barrancabermeja está prestando servicio a 188 niños y niñas.
La idea con estas obras de remodelación era beneficiar a 188 niños de la Comuna 7. Con el proyecto en marcha se pensaba también en la posibilidad de ampliar la cantidad de cupos para atender a más niños del municipio donde está la sede del complejo industrial de refinación petrolera más grande del país.
Para dar una idea, en 2024, la Refinería de Ecopetrol en Barrancabermeja que atiende cerca del 80% de la demanda interna de combustibles fósiles del país empleó 1.500 personas directas aproximadamente.
Los retrasos en las obras del Centro de Desarrollo Infantil Semillitas
A medida que avanzaron las obras planeadas, los constructores se encontraron con la necesidad de reubicar la red eléctrica que terminó siendo de Ecopetrol y para avanzar, requerían un certificado Retie (Reglamento Técnico de Instalaciones Eléctricas) sin el cual no se podía instalar la luz en el CDI.
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Otro imprevisto fue la falta de recursos. La Unión Temporal CDI Semillitas debió parar las remodelaciones por unos días pues, aparecieron sobrecostos e imprevistos que los llevaron a esperar la llegada del cheque para continuar la labor.
En total, se registraron dos suspensiones. Por ambos retrasos, los constructores pararon la obra. No obstante, y superados esos obstáculos, lograron avanzar en el desarrollo de la infraestructura, pero no en aspectos relacionados con dotación y permisos de funcionamiento ante el Icbf.
De hecho, la obra de infraestructura concluyó, pero el CDI entregado no cumplía con los lineamientos exigidos por el Icbf y como consecuencia de esos reparos, durante tres años el edificio no pudo atender a los niños en forma satisfactoria.
De ese tiempo muerto y una obra estancada quedaron en total dos actas de suspensión, tres actas de modificación y la orden de liquidar el contrato el 25 de septiembre de 2019 durante la Alcaldía de Darío Echeverri Serrano.
En ese contexto apareció la Contraloría General de la República y junto con la Veeduría Ciudadana lograron evitar que habitantes de calle se apoderaran de la sede del CDI, aseguraron la dotación de las sillas para los niños y destrabaron el abandono de la infraestructura.
El salvavidas de la Contraloría para el CDI Semillitas en Barrancabermeja
Como la obra física del CDI Semillitas en Barrancabermeja la había entregado la Alcaldía en 2019 y en los tres años siguientes no se puso en funcionamiento por no cumplir con los requerimientos del Icbf, la Contraloría General de la República lideró durante 13 meses el seguimiento para hallar soluciones.
Al respecto, la contralora Provincial de Santander, Gina Gómez, encontró que, para poner la obra al servicio de la comunidad, se requerían obras complementarias, seleccionar un operador y también “la necesidad de dotarlo y actualizar normas que debían ir ajustadas (…)”, explicó la Contralora provincial.
La Contraloría garantizó la llegada de los materiales faltantes, escuchó a la comunidad, coordinó con los veedores y contratistas y logró que se cumplieran las exigencias del Icbf; las mesas de trabajo comenzaron en 2022 y culminaron en septiembre de 2024.

En abril de 2024, la Contraloría General de la República puso en marcha el CDI y también se logró firmar el comodato pendiente en septiembre de 2024 para que los 188 niños del municipio pudieran disfrutar del Centro, cuya construcción estuvo estancada durante varios años.
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