Unilago: cada vez más lejos de ser el referente de tecnología en Bogotá

Unilago: cada vez más lejos de ser el referente de tecnología en Bogotá

"Los asesores que buscaban darle una amalgama de posibilidades al usuario se convirtieron en un tinglado de oportunistas que buscan vender sin ofrecer garantía"

Por: Juan Carlos Ochoa
junio 29, 2018
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Unilago: cada vez más lejos de ser el referente de tecnología en Bogotá
Foto: Captura de pantalla Google Street View

Hace un par de semanas visité Unilago, otrora lugar indiscutible para los bogotanos que lo identificaban como el espacio ideal para hacer compras de tecnología. En los 90 se distinguía su atención por asesores que conocían la tecnología, que la importaban y que estaban al tanto de los últimos avances y productos que llegaban al país. Cuando llegaba alguien a Bogotá y preguntaba en qué lugar podía adquirir tecnología de calidad, el referente por excelencia era Unilago. De hecho, no es arriesgado afirmar que la mayoría de ventas masivas de tecnología informática para la clase media bogotana llegaron de la mano de este icónico lugar.

La que se podría llamar la cúspide llega en el año 2003, cuando se inaugura el centro de alta tecnología, edificio de locales comerciales anexo a Unilago y que complementaba la oferta con marcas que cualificaron el clúster y le continuaron apostando a una zona que se había posicionado con éxito.

Pero de aquel lugar hoy queda una imagen cuando menos lamentable. Al tratar de identificar qué pasó, se puede mencionar el evidente deterioro que durante varios años ha sufrido la carrera 15 bien sea por la invasión del espacio público o la inseguridad del sector, también se puede indicar la competida oferta con los almacenes de grandes superficies que le han quitado una alta cuota de mercado a costa de ofertas masivas que los comerciantes de Unilago seguramente no pueden equiparar, o quizás se trate de un lugar que olvidó una de sus raíces fundamentales, la razón por la que los clientes preferían sus servicios.

Hoy Unilago es un Sanandresito de tecnología, se fueron los expertos y llegaron los timadores que ofrecen mejores precios a un riesgo elevadísimo de obtener un producto remanufacturado, robado o reutilizado que se oferta como nuevo. Se fueron los productos de alta tecnología y llegaron los protectores de celulares y portátiles. Los asesores que buscaban darle una amalgama de posibilidades al usuario se convirtieron en un tinglado de oportunistas que buscan vender sin ofrecer algún tipo de garantía.

Ahora bien, ejemplificaré con un caso que viví hace tres semanas, porque este lugar no es el mismo de antes. En la visita con la que inicia este relato, estuve en Unilago con la expectativa de adquirir lo que llaman algunos como 'híbrido' entre un ordenador portátil y una tableta. Encontré uno, y el resultado fue nefasto: permítame contarle por qué.

En primer lugar, la atención en todos los lugares es displicente, grosera y oportunista. Abundan las preguntas que evidencian el desconocimiento, seguidas de alguna oferta que nada tiene que ver. Tras un recorrido de búsqueda más bien extenso, en un lugar donde ofrecían algunos productos cercanos a lo estaba buscando, me dicen que el precio depende de si necesito o no la factura. Me presentan el dispositivo y no se encuentra sellado, pregunto por la garantía y tras un sospechoso silencio, indican que es directamente con ellos y que tiene una duración de un año.

Finalmente, después de buscar el mismo producto en otras tiendas y tras no encontrarlo,  regreso y me arriesgo a comprarlo aunque no dejaba de tener algunas sospechas. El vendedor me presenta los contenidos de la caja y en el mismo momento la persona que está realizando la transacción se me acerca y no me permite prestar atención. Vaya sorpresa me llevo en casa cuando encuentro que el lápiz óptico no está en la caja y que el producto ya había sido utilizado por otras personas. Regreso al siguiente día para solicitar garantía y me dicen que vuelva en tres días, porque van a buscar un lápiz óptico "en la bodega", pero que esté tranquilo, que ellos responden. Después de que pasa el tiempo indicado, regreso (tercera vez que regreso al local por una compra) para saber qué ha pasado y me preguntan si no quiero cambiar el equipo por algo que tengan en la tienda, finalmente el lápiz no apareció y me entero a través de lo que hablan, que el dispositivo lo habían prestado a un tercero.

Alterado por la situación les exijo, como indica la ley, que hagan la devolución del dinero porque el producto no satisfacía ninguna condición de calidad, era usado y tenía los componentes incompletos. A regañadientes aceptan y salen con la sorpresa de que van a girar un cheque, más sospechoso aún. Sin ganas de pelear más, situación que jamás debería ocurrir cuando uno adquiere un producto y habiendo perdido por lo menos dos horas en mi tercera visita a la tienda, me retiro con el cheque y devuelvo el equipo que había adquirido.

En la tienda me habían dicho que en la tarde del siguiente día, después de las 3, ya podría reclamar el dinero a través del cheque. Llegada la hora, me acerqué a la sucursal del banco solo para llevarme otra sorpresa (la primera fue que el producto venía incompleto y en mal estado, la segunda que me quisieran cambiar el producto por algo que no tenía ninguna relación de utilidad), la cuenta no tenía fondos.

En ese momento llamé indignado al administrador de la tienda para decirle que acababa de salir del banco y el cheque había rebotado. Empieza a decir mil excusas, que ha estado enfermo, que no ha tenido un día fácil, que por favor lo entienda. En medio de todo le indico que voy a ir junto con la policía y lo voy a denunciar por estafa. Ahora el señor parece cambiar de actitud y me dice que me va a devolver en efectivo el dinero inmediatamente y que puedo pasar a la tienda directamente (cuarta visita).

Finalmente llego a la tienda, le indico la mala reputación que le está dando a la marca de Unilago y el Centro de Alta Tecnología, parece importarle poco. Me devuelve, finalmente y después de más de una semana, el dinero. Perdí tiempo, dinero y sobre todo cualquier expectativa de volver a un lugar en el que se maltrata de una manera sistemática al cliente.

Dos perlas finales para que entiendan todo lo que está mal en este lugar: 1) solicito hablar con el administrador del Centro de Alta Tecnología y me indican que ninguno estaba disponible para ese tipo de casos, que bien puedo dejar una nota indicando qué pasó; 2) la cuarta vez que regreso al local comercial por mi dinero estaba de nuevo en exhibición el producto por el que perdí una semana entre viajes, incomodidades y disgustos. Allí estaba, a la espera de que otro incauto lo compre y comience de nuevo el ciclo de la estafa.

Una semana después de esto fui directamente a la filial de tecnología en Bogotá que tiene el producto que estaba buscando, gasté más dinero en esta compra pero todo funcionó perfecto. El producto estaba correctamente sellado, fue una compra segura, incluía todos los componentes y funciona de acuerdo a lo anunciado.

La próxima vez que vaya a comprar tecnología piense si quiere pagar un poco más, pero ahorrarse un dolor de cabeza tramitando devoluciones, quejas y reclamos en un lugar en el que nadie lo va a escuchar excepto que sea para entregarle su dinero.

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