Estimado Pala. Vos y yo somos médicos, egresados de la misma Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.
No somos periodistas, aunque vos tuviste la opción de dedicarte a la música que tanto amas, pero yo seguí ejerciendo el oficio que aprendí. Por eso, voy a tratar de escribir lo mejor que pueda no un artículo, sino una reflexión luego de leer lo que escribiste sobre el Papa Francisco. No lo hago en nombre de los médicos, ni de los psiquiatras (ya que como alguna vez te conté, soy un feliz psiquiatra infantil que trabaja con niños de escasos recursos en nuestra Medellín). Tampoco me declaro vocero de los católicos (aunque lo soy, y no realmente uno de los buenos). Solo que al leer tu artículo, sentí que "te me metiste al rancho", a mí y a un montón de gente que pensamos que Francisco es un buen hombre.
De pronto por desconocimiento, cuando atacas a la Iglesia como una estructura retrógrada y monolítica, se te olvida que cambiar 2.000 años de tradiciones que a veces no compartimos no es fácil. Pero a diferencia de la Historia Oficial tan parcializada, la Iglesia que resultas atacando en tu artículo, ha tenido papas que no son tan malvados como siempre los dibujan. Durante el Medioevo, hubo varios que atacaron duramente las estructuras caducas y desiguales que imperaban en la Curia de ese entonces. Incluso uno -Celestino V- era un monje que no aguantó la dificultad para cambiar esta estructura y por eso renunció para volver a su gruta de eremita. Y cuando lo hizo, no se dedicó a destruir lo que no pudo cambiar (y por su "cobardía", Dante lo envió al infierno en su Divina Comedia). León XIII, bastante conservador por cierto, en las postrimerías del siglo XIX fue un artífice de movimientos sindicales que lograban compaginar la fe y la razón de manera armónica. Paulo VI, quien fue el continuador de la inmensa labor reformadora de Juan XXIII (tan parecido al Papa actual) se enfrentó a la necesidad de cambiar esa Iglesia tan llena de defectos y por esto muchos lo acusaron hasta de "Papa Rojo" por sus posturas que según ellos lo acercaban de manera sospechosa a la tolerancia con el odiado enemigo comunista, pero otros lo atacaron por blando y temeroso con sus reformas. Reformas, que incluso siendo "tibias", generaron el cisma Lefevbriano que llevó a la salida de la Iglesia a un montón de fieles y sacerdotes que en sus posturas extremas de corte conservador no veían con buenos ojos los cambios que se daban.
Ahora atacas a Francisco, y para mostrar tu descontento utilizas insultos como bobo, narciso, patético, y otros que no creo justo merecer una persona valiente que se ha atrevido a dar pasos impensables. Abrir la puerta a la posibilidad de la contracepción en una Iglesia que no toleraba ni siquiera su discusión es un paso inmenso. Cuando tú lo atacas, es como cuando la mamá furiosa regaña a su hijo adolescente que nunca ayudaba en los oficios del hogar y ve con sospecha que por fin alguna vez lavó los platos diciéndole "pero no están tan bien lavados, es que mejor que no los hubiera lavado". Que ese joven por fin comenzara a hacerlo, es un paso inmenso.
Es claro que hay que cambiar muchas cosas. El uso del condón salvaría muchas vidas. La contracepción razonable y sobre todo, una sexualidad madura, responsable y matizada por el amor; no solo son necesarias si no que son éticas. Pero se te olvida que el Papa tiene que lidiar con el equilibrio entre lo ético y lo moral. Y él no solo opina para periodistas o médicos artistas libre pensadores. También lo escuchan personas que no piensan como vos o como yo.
Umberto Eco, tan lúcido y tan sabio, escribió un libro a cuatro manos con el Cardenal Martini. Eco, un hombre ateo pero profundamente ético; no tuvo reparos en escribir un maravilloso libro que se llama "En que creen los que no creen", que muestra como la razón no se basa en insultos para demostrar sus argumentos y hace gala del respeto por otras razones, incluso si éstas están cimentadas en algo tan difícil de razonar como la fe.
Así pues Pala, yo a vos te aprecio mucho. Qué lástima que uno de los médicos más notables que la UPB formó dejara la medicina. Vos hubieras sido uno de los mejores de nuestra época. Pero bajale a la intolerancia. Vos que sos un artista, que sabe comprender los matices de lo que es hermoso y de lo que es verdad.
