¿Por qué Trump quiere la paz en Ucrania?
Opinión

¿Por qué Trump quiere la paz en Ucrania?

Esta es la pregunta que pocos analistas se hacen y sin embargo es crucial para entender lo que realmente está pasando

Por:
marzo 11, 2025
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

El diálogo telefónico que durante hora y media mantuvieron Putin y Trump desencadenó una autentica tormenta política y mediática a ambos lados del Atlántico que aún no cesa. La llamada puso fin a un periodo de duros enfrentamientos y de condenas a rajatabla de cualquier acercamiento del Occidente colectivo a Rusia que dejó absolutamente desconcertados a quienes se habían comprometido a defender a Ucrania, “hasta el último ucraniano”, como afirmó en su día y con total desparpajo el beligerante ex premier británico Boris Johnson.

Desconcierto al que siguió la indignación por este giro de 180º en la política en el país eslavo mantenida durante la presidencia de Biden por Washington con respecto a Rusia y la guerra de Ucrania.  Como todos sabemos, porque no nos queda más remedio, los medios hegemónicos occidentales acusaron a Trump poco menos que de “traición” a sus aliados occidentales. Y líderes como el británico Keir Starmer y el francés Enmanuel Macron, compitieron entre sí para encabezar la oposición a la política de diálogo con Rusia y de búsqueda de un compromiso con ella para poner fin a las hostilidades en Ucrania.

Pero la ira, aparte de mala consejera, enceguece por lo que ni aquellos medios ni estos lideres se han preocupado por preguntarse porqué Trump decidió cambiar de tercio y ofrecerle a Rusia la posibilidad de una salida negociada del conflicto de Ucrania. A mí no me satisface la respuesta de que Trump actúa así porque es un autócrata al igual que Putin y los autócratas, por serlo, se apoyan mutuamente. Macron y el propio Zelenski merecen igualmente el calificativo de autócratas, dado que el primero tiene su mandato caducado hace 9 meses y no da muestras de querer convocar elecciones.  Y el segundo, gobierna desde hace esos mismos meses, en contra de la mayoría de la Asamblea nacional y del rechazo mayoritario del pueblo francés.  Es evidente que, para que cualquiera que conserve un poco de juicio, estos autócratas juegan hoy juegos políticos muy distintos y hasta opuestos.

Por qué el viraje de Trump con respecto a Rusia y a la guerra de Ucrania. Y la respuesta que es esta: lo ha hecho porque no tenía más remedio que hacerlo

Yo, en cambio, me he aplicado a buscar una respuesta racional a la pregunta de por qué el viraje de Trump con respecto a Rusia y a la guerra de Ucrania. Y la respuesta que es esta: lo ha hecho porque no tenía más remedio que hacerlo, porque sin este viraje toda su estrategia de hacer América grande de nuevo se habría quedado en agua de borrajas. Permítanme explicarlo, empezando como debe ser por la economía. El mantenimiento de la OTAN y de la guerra en Ucrania ha supuesto hasta la fecha para Washington un gasto ingente - USA paga el 70% del presupuesto de la OTAN y ha gastado hasta la fecha al menos 200.000 millones de dólares en la guerra de Ucrania. Gastos que sufrirían un incremento exponencial si dicha guerra continúa, debido a que las fuerzas armadas ucranianas están al borde del colapso y para evitarlo Washington tendría que gastar muchísimo más de lo mucho que ya ha gastado.

Trump o sus asesores deben recordar lo que pasó en la Guerra del Vietnam. Cuando las fuerzas armadas del sur de Vietnam estuvieron en un momento igualmente al borde del colapso, el presidente Lydon B. Johnson tomó la decisión de elevar hasta 700.000 efectivos el número de combatientes norteamericanos en suelo vietnamita, con el consiguiente crecimiento exponencial del gasto militar. Los resultados son bien conocidos: tamaño esfuerzo no fue más que un desperdicio. Richard Nixon, que sucedió a Johnson en la presidencia, se vio obligado a abrir negociaciones con el Vietcong y a pactar con él la retirada de Vietnam. Y, no lo olvidemos,  a suprimir la convertibilidad del dólar en oro.

Cierto, la tesis de que Trump y su equipo se ha inspirado en las lecciones ofrecidas por la derrota en Vietnam para tomar la decisión que han tomado con respecto a Ucrania puede ser puramente especulativa. No lo es en cambio el hecho de que la hacienda pública norteamericana enfrenta una coyuntura critica. Está al borde del default por causa del monto verdaderamente monstruoso del servicio de la deuda pública. En el presupuesto del 2024 este monto igualó al del presupuesto de defensa por primera vez en la historia. Y fíjense que, con sus más de 900 mil millones de dólares, este último presupuesto es igualmente el más grande de la historia. Supera con creces la suma de los presupuestos militares de sus dos rivales estratégicos: China y Rusia. 

Para evitar el default, tiene desde luego varias opciones. La primera no la va usar nunca: elevar los impuestos a las corporaciones y a los megáricos. Él es, dígase lo que se diga de él, un neoliberal que, además, reafirma enfáticamente su creencia en el dogma de la única manera de atraer las inversiones extranjeras es con la exención de impuestos, en un momento en que dicha exención es uno de los incentivos que ofrece a los empresarios que quieran trasladar a Estados Unidos sus fábricas. El otro incentivo son los aranceles.  Además, esta sería una solución a mediano plazo y la Reserva Federal se encuentra abocado a pagos de intereses a corto plazo, debido a los préstamos de urgencia contraídos durante la pandemia y el confinamiento.

También tiene la opción de que la Reserva Federal baje las tasas de interés, pero esta opción, que tendría efecto a mediano y a largo plazo, no resuelve el problema de los vencimientos de la deuda en el corto plazo y agravaría el problema de la inflación que por ahora sigue incontrolada. Además, no depende de él, sino del Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal que sigue negándose a la baja de los intereses.

Le quedan entonces la opción de reducir el gasto público, incluido el de defensa. De allí que le haya dado a Elon Musk una motosierra como la de Milei para que reduzca al mínimo posible la burocracia en el menor plazo posible. Trump le exigió que para mayo redujera el gasto en 4.000 millones de dólares. Pero ese recorte no es suficiente.  De allí que está intentando reducir o por lo menos controlar el gasto militar. Por lo que no se puede permitir el lujo de que se dispare el gasto en la guerra de Ucrania, que sería inevitable si la guerra sigue. En este contexto tiene sentido que haya declarado en varias ocasiones que lo que se ha gastado en esta guerra habría sido mejor invertirlo “in the Navy”, que bien que lo necesita. Declaraciones hacen eco de las preocupaciones de la cúpula de la marina de guerra estadounidense, que lleva un buen tiempo llamando la atención de Washington sobre el hecho de que actualmente no dispone de recursos suficientes para renovar una flota cada vez más obsoleta y sin la capacidad de enfrentar el enorme desafío que representa el crecimiento exponencial de la marina de guerra de China.

Otra reducción del gasto público concierne a la OTAN. De allí su exigencia de que sus aliados europeos eleven hasta el 5 % de sus respectivos PIB el gasto militar.  Con lo que consigue, en primer lugar, una reducción sustancial del gasto en el mantenimiento de la alianza transatlántica. Consigue, en segundo lugar, que dicho incremento compense al complejo industrial militar estadounidense la reducción del presupuesto militar del gobierno federal.  Por eso las bravatas de Macron y Starmer clamando por la “autonomía estratégica de Europa” que solo se podrá conseguir continuando la guerra contra Rusia en Ucrania, no le hacen mella a Trump. Por el contrario, le satisface la aprobación por el Consejo de Europa de la propuesta de Úrsula von der Leyen de incrementar el gasto militar de la Unión Europea hasta la cifra récord de 800.000 millones de euros. Encaja perfectamente en sus planes, que las potencias europeas se hagan cargo del frente europeo de Rusia. Siempre hay que contar con un As en la manga cuando se negocia con los adversarios, y lo cierto es que Rusia es y seguirá siendo un adversario de Estados Unidos por mucho que se llegue a un acuerdo con ella que ponga fin a la guerra de Ucrania. O la meta en el congelador, en una solución a la coreana. Trump quiere que las potencias europeas se hagan cargo de dicho frente, pero eso sí, sin que sus acciones comprometan a Washington. Por lo que ha dejado bien claro que, si ellas se deciden finalmente a enviar tropas a Ucrania, no esperen contar con el paraguas nuclear norteamericano.

Y en tercer y último lugar: las compras masivas de armamento norteamericano por parte de los europeos, contribuirá significativamente a reducir el abultado déficit comercial que los Estados Unidos tiene con Europa. Otro de los objetivos claves de su política económica: reducir el gigantesco déficit comercial estadounidense. 

Del mismo autor: Un general en el gabinete de Petro

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Ucrania: el ruido y las nueces

Ucrania: el ruido y las nueces

Un general en el gabinete de Petro

Un general en el gabinete de Petro

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--