Orangutanes con sacoleva
Opinión

Orangutanes con sacoleva

Con ocho mil millones proveniente de cualquier comisión fácilmente se compra el mejor y más vistoso traje

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enero 20, 2017
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Colombia se sacude las cenizas que queda después de cada escándalo de corrupción y, en vez de cambiarse de vestido mantiene el de siempre con aquellos residuos de hollín grisáceo en las solapas. Se repite hasta el cansancio aquello de la república bananera, aunque tal calificativo no le cae bien en el tema de la corrupción si tenemos en cuenta que tal mal se repite sin cesar en decenas de países que calificamos del mundo desarrollado o primer mundo. A pesar de lo anterior, siempre es bueno recordar lo que relataba el periodista Antonio Caballero, quien con su fina ironía nos recuerda que la diferencia radica en el porcentaje. Algo así como que allá se roban el diez por ciento de la obra del hospital, cuando por estas tierras la tajada del político de turno es bastante más sustanciosa.

Aquí, y en muchas otras partes, es un asunto del pan de cada día, permanente y circular, del cual, sin ahondar en el espinoso tema y para calentar el alma, vale bien la pena recordar frases puntuales y hasta mágicas provenientes de Darío Echandía proferidas ya hace bastantes años.

Tenía él una frase magnífica y didáctica en donde definía nuestra democracia algo así como un engendro tan mal hecho que parece un orangután con sacoleva. Y no se equivocaba, ya que es fácil imaginar que con ocho mil millones proveniente de cualquier comisión fácilmente compramos el mejor y más vistoso traje.

 

Una frase bastante fuerte y en la que también incluye
a los millones de colombianos de bien, trabajadores y honrados, y que decía:
“Colombia, país de cafres (perdón por los cafres)”

 

Una frase bastante fuerte y en la que también incluye a los millones de colombianos de bien, trabajadores y honrados, y que decía: “Colombia, país de cafres (perdón por los cafres)”.

Se preguntaba, tal vez melancólico y respondiendo maquiavélicamente miles de dudas y preguntas de quienes estudian las ciencias políticas:  El poder, ¿para qué?

Y cerrando este muy corto escrito, e íntimamente ligado con la corrupción, una gran duda que es igualmente válida para nuestra Constitución vigente de 1991: "Lo importante es romperle una vértebra a la Constitución de 1886. ¿Cuál? La que coloca el derecho individual por encima del interés social".

Y hablando de…

Y hablando de Odebrecht y otras maldades, creo que no hay que ser ciegos y ver que la Fiscalía de hoy, a diferencia de todas las anteriores, parece que está tomando al toro por los cachos.

 

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