¡No sé por qué lo hago!
Opinión

¡No sé por qué lo hago!

Por:
diciembre 07, 2014
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Nací en una época donde se daba por hecho que el matrimonio era de por vida; que un trabajo, o más exactamente la vinculación a una empresa, duraría hasta que llegara la pensión. Una época donde el carro, la licuadora y el amor no se cambiaban cada año y donde la palabra dada, así como el honor, se mantenían por encima del dinero y el poder.

Mas no he seguido al pie de la  letra dichos paradigmas —excepto el último—, más bien parezco en los nuevos, ya que no he permanecido en ningún empleo más de cinco años, lo que me ha dado un panorama muy amplio del ejercicio de la medicina y la administración en salud. (Los jóvenes vanguardistas no tienen preocupación por renunciar a un empleo si no les satisface o si ven nuevos rumbos. Las empresas se han tenido que adaptar a ello).

Tampoco el primer matrimonio fue de por vida, duró quince años hasta que las metas de vida, la forma de vivir, los intereses no fueron más compartidos y por tanto cada quien debía tomar un rumbo independiente. Creo firmemente que el matrimonio solo debe durar mientras ambos estén haciendo un crecimiento personal conjunto, paralelo. Matrimonio y Amor son dos cosas que no siempre van juntas.

No se por qué lo hago o por qué lo he hecho así. Cuando iba a escoger profesión cambié de repente de agronomía a medicina, fue un impulso, no hubo razón. Decidir separarme de mi primera esposa también fue un impulso, así las razones —que en ese momento se llamaban hijos— no apoyaran este sentir. No se por qué, aunque sí sée que fue un nuevo amor el que me llevó a cambiar de ciudad y de ejercicio profesional hace 18 años, nuevamente el sentimiento, el impulso, se posicionaron por encima de la razón.

Hace once meses tampoco supe por qué dejé de ejercer la medicina alopática que había sido mi vida por cuarenta años, también el llamado interior primó sobre cualquier consideración. La medicina del Alma —en gestación— tomó todo el lugar en mi vida.

Por ello tampoco hay razones para haber vendido “mi santuario”, como lo llamaban en la familia; o para hace pocos días haber iniciado un nuevo estilo de vida, con cambio de ciudad incluido. El llamado interior a hacerlo, igual que en todo lo relatado en este escrito, ha sido la razón de la sinrazón, o sea la corazonada. Hasta ahora me ha ido bien, pero muy bien, lo que no quiere decir que haya sido o sea fácil.

Como no todo es tan “profundo o fundamental”, tampoco se por qué comencé a aprender un nuevo idioma, uno en que la gente hace cara de extraño y pregunta: “¿Y eso para qué?”, el Latín. Solo se que me dio una gran alegría el día que conocí a mi profesor aquí en Santa Marta hace casi un año. Tampoco tengo razón (aunque la gente diga que la hay) para que mi amada y adictiva Coca-Cola me haya dejado, yo no la dejé, fue ella la que me abandonó, ya no siento su necesidad —veremos cuando vuelva el estrés—.

“Sentí que así debía ser...”, es con toda frecuencia mi respuesta cuando me interrogan ¿Por qué…? a cambios súbitos e imprevisibles de opinión o decisiones fundamentales. Las personas quedan en general despistadas al no hallar una “razón valedera”, excepto las sensibles. Termino con una frase que está en perfecta concordancia con mi actuar en la vida:

medic

[email protected]

 

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
Manejo médico en el hogar del covid-19

Manejo médico en el hogar del covid-19

Medicina, un nuevo panorama

Medicina, un nuevo panorama

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--