Los dos atentados violentos de los que se salvó Víctor Carranza como si estuviera rezado

Los ataques que casi acaban con el zar de las esmeraldas revelan la red de enemigos que lo rodeó y la idea de que estaba protegido por algo más que la suerte.

Por:
noviembre 21, 2025
Los dos atentados violentos de los que se salvó Víctor Carranza como si estuviera rezado

Víctor Carranza pasó buena parte de su vida midiendo el peligro. Quienes lo conocieron recuerdan que nunca se movía sin varios escoltas, que revisaba cada ruta y que no confiaba en quienes aparecían con promesas de amistad o negocios. Tenía razones de sobra. Había amasado una fortuna enorme alrededor del negocio de las esmeraldas y había extendido su influencia desde las montañas de Boyacá hasta las planicies del Meta. Era un hombre poderoso en una región donde el poder siempre fue disputado. Con esa mezcla de riqueza, territorio y relaciones, era inevitable que aparecieran enemigos. Algunos eran viejos rivales del gremio esmeraldero, otros pertenecían a grupos armados que se consolidaron en los Llanos Orientales tras la expansión de las autodefensas y el narcotráfico. Había tensiones, deudas, rencores y alianzas que cambiaban a la velocidad del conflicto. Todo eso se respiraba alrededor suyo cuando, en dos ocasiones, intentaron matarlo.

Lea también: El brutal asesinato de Mercedes Chaparro, la empleada más querida de Víctor Carranza

La primera emboscada ocurrió una noche de julio de 2009, en la carretera que une Puerto López con Puerto Gaitán. A esa hora, el tráfico es mínimo y el llano parece una enorme plancha oscura y silenciosa. Carranza viajaba en una camioneta blindada, acompañado por un guardaespaldas y dos colaboradores. Venían de una reunión y avanzaban sin sobresaltos cuando, en un punto de la vía, un carrotanque atravesado les bloqueó el paso. El conductor intentó maniobrar, pero no pudo evitar chocar contra una cerca al borde de la carretera. Lo que siguió confirmó que no se trataba de un accidente. De la parte de atrás del camión salieron varios hombres encapuchados, armados hasta los dientes. Llevaban fusiles, granadas y ametralladoras. Dispararon sin preguntar. Sabían que dentro de la camioneta estaba su objetivo: Víctor Carranza.

El vehículo resistió los impactos, pero el ataque fue tan intenso que obligó a los escoltas a responder. Mientras los hombres del zar trataban de ganar tiempo, Carranza salió por la puerta trasera y se arrastró por una zanja, alejándose todo lo posible del intercambio de disparos. Logró moverse por un tubo de alcantarilla y llegar a un pequeño caserío donde se escondió hasta que el combate cesó. Dos de sus guardaespaldas murieron allí, en la carretera oscura, mientras otros quedaron heridos. Para sorpresa de muchos, él salió solo con raspones.

Lea también: El día en que Víctor Carranza encontró a Fura una de las esmeraldas más grandes del mundo

Ese atentado provocó una ola de especulaciones. En los Llanos, nadie ignoraba que los grupos paramilitares que habían dominado la región tras la desmovilización de las AUC seguían operando bajo otras estructuras. También se sabía que algunos narcotraficantes, fortalecidos por la riqueza de la zona, querían controlar rutas, tierras y aliados políticos. A eso se sumaban los conflictos heredados del negocio de las esmeraldas: viejas guerras, disputas por minas y tensiones entre familias con poder en Boyacá. Cualquiera de esos frentes podía haber estado detrás. Lo cierto es que el ataque dejó claro que alguien, o varios grupos, habían decidido desafiar abiertamente a Carranza.

Pero lo más sorprendente ocurrió menos de un año después. En marzo de 2010, cuando las versiones sobre posibles responsables aún no se esclarecían, Carranza volvió a estar en el lugar equivocado. Viajaba hacia Villavicencio en una caravana de cinco camionetas. Ese día, por un cambio de rutina, no iba en el primer vehículo. El grupo avanzaba con tranquilidad cuando, en una zona conocida como Murujuy, apareció de nuevo un carrotanque robado. Esta vez, los hombres que lo conducían lo lanzaron contra la camioneta que encabezaba la caravana. La embistieron con tal fuerza que la hicieron volcar. Apenas el vehículo quedó de lado, surgieron varios hombres armados que comenzaron a disparar y lanzar explosivos.

La camioneta donde iba Carranza alcanzó a frenar y quedó atravesada en la vía. Sus escoltas salieron a repeler el ataque mientras él ordenaba retroceder a toda velocidad. Los agresores se dieron cuenta de que su objetivo estaba en otro carro y comenzaron a dispararle con armas más pesadas. Aun así, la camioneta logró escapar entre ráfagas y explosiones. Carranza se resguardó en una finca cercana y, de nuevo, salió ileso. Uno de sus escoltas murió horas después.

La repetición del método, el uso de un carrotanque y el número de hombres involucrados en el segundo intento mostraron que contra Carranza había una operación planificada, bien patrocinada con acceso a armas y vehículos robados, e información clara y concisa sobre los movimientos del zar. Con el avance de la investigación, las autoridades encontraron indicios que apuntaban a vínculos entre los atacantes y funcionarios del DAS en el Meta. También aparecieron pruebas de que algunas armas pertenecían a unidades militares. Esos hallazgos abrieron más preguntas que respuestas. ¿Quién tenía tanto poder como para organizar un atentado de esa magnitud sin temor a las consecuencias?

Lea también: La mansión abandonada de Víctor Carranza que mandó a construir en la cima de una montaña

En el bajo mundo comenzaron a circular nombres. Algunos señalaban a Daniel Barrera, un narcotraficante que había levantado un imperio en los Llanos y que mantenía tensiones con Carranza por negocios y alianzas. Otros mencionaban a Pedro Oliverio Guerrero, conocido como Cuchillo, jefe de una de las estructuras armadas más temidas de la región, que había chocado con Carranza por el control territorial. También aparecía el nombre de Pedro Nel Rincón, un hombre fuerte del mundo esmeraldero que mantenía viejas diferencias con él. La versión más repetida hablaba de una alianza entre esos tres para sacar del camino al zar esmeraldero.

Nada de eso se comprobó plenamente, pero en los Llanos la gente no dudó en unir los hechos. La región llevaba décadas habituada a historias de venganzas, deudas, ajustes de cuentas y pactos rotos. Lo que ocurrió en esos dos atentados parecía encajar en ese patrón. Aun así, la falta de certezas alimentó otra idea, menos política y más popular: la de que Carranza tenía una protección que lo mantenía vivo. No era extraño escucharlo en los pueblos ni en las fincas: decían que estaba rezado, que no había bala capaz de alcanzarlo, que era imposible matarlo mientras siguiera protegido por esas oraciones o pactos que circulaban entre mito y superstición.

Carranza, sin embargo, nunca habló de esas creencias. No daba señales de ser supersticioso y repetía que el riesgo era parte de su vida. El zar siguió moviéndose con cautela: limitaba sus rutas y aumentó las medidas de seguridad. Sabía que esos atentados eran más capítulos de una película que entremezclaba negocios legales e ilegales, viejas rivalidades y nuevos poderes emergentes.

A pesar de todo, el hombre que sobrevivió a dos emboscadas de gran escala terminó muriendo años después por un cáncer que lo fue debilitando lentamente. En el llano, muchos interpretaron su muerte como una prueba de que no cayó por las armas, sino cuando la enfermedad quiso. La frase que más se repitió fue que, al final, no pudieron matarlo. En una tierra donde la violencia ha marcado generaciones enteras, esa coincidencia alimentó la leyenda de un hombre que parecía destinado a esquivar la muerte, al menos hasta que el cuerpo no pudo seguirle el ritmo.

Anuncios.

Anuncios.

0

Te puede Interesar

¿Engorda, inflama o hace daño? Lo que sí y lo que no sobre el consumo de leche

¿Engorda, inflama o hace daño? Lo que sí y lo que no sobre el consumo de leche

El restaurante caleño que le está cambiando la cara a un barrio popular de la ciudad, esta es su historia

El restaurante caleño que le está cambiando la cara a un barrio popular de la ciudad, esta es su historia

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus