Los abuelitos del gabinete… ojalá se queden
Opinión

Los abuelitos del gabinete… ojalá se queden

Leyva, Ocampo, López, Umaña, les ha tocado lidiar temas complejos y es preocupante cuánto resistan, no por viejos sino por aburrirse y desgastarse en algunos asuntos

Por:
febrero 20, 2023
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Hace casi tres años el anterior presidente les -nos- sacó la piedra a unos cuantos mayorcitos por cuenta del tratamiento peyorativo que dio a los adultos mayores de cara a la pandemia. Pretender encerrar a los abuelitos, como lo dijo, tratarlos como inútiles, clavarles con mas rigor la cuarentena, evitar que, en lo posible ocuparan las UCI y, con ello, abrir un debate bioético de si, dado el caso, sus vidas valían lo mismo que la de gente más jóven, cayó mal, muy mal. Nos pusimos furiosos, valga la verdad. ¿Acaso cuántos años tenía su vicepresidente, su admirado Trump, cuántos la presidente de la cámara de los EE. UU., la señora Pelossi, cuántos el papa?

Una de las decisiones amables del nuevo presidente radica, justamente, en cómo los supuestos vejestorios están timoneando carteras clave. Álvaro Leyva, ya de 80 y Cecilia López, próxima a cumplirlos, encabezan la fila etárea. Atrás, a quien denominan el adulto responsable, José Antonio Ocampo, con 70 abriles y, muy pegado, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, que en un par de meses ya deja de ser sexagenario.  Algún ocioso puede calcular el promedio de edad de los miembros del gabinete, incluida la del presidente y deben ser unos 20 años por encima de la media si se compara con la del gabinete Duique y talvez unos 15 con la de anteriores presidentes.

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Una de las decisiones amables del nuevo presidente radica, justamente, en cómo los supuestos vejestorios están timoneando carteras clave

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En realidad, no hay antecedentes de nombramientos de varios abuelitos, como diría Duque, en un gabinete. Y algo en común, pese a las diferencias políticas que puedan existir entre ellos y entre ellos y los más jóvenes, son prudentes y no están pegados del twitter, a excepción de su jefe y de otros ministros y ministras.

A todos los abuelitos ministros les ha tocado lidiar líos complejos y no deja de ser preocupante qué tanto resistan, no por viejos, sino por, eventualmente, aburrirse y desgastarse en asuntos que se les salen de las manos.

A Álvaro Leyva, un experimentado y culto hombre de paz, le corresponden en la Cancillería chicharrones nada envidiables. La gente se está preguntando en estos dias, cómo no pega Colombia el grito en el cielo frente al abuso de Ortega, el tirano de Nicaragua, al despojar de la nacionalidad a 94 ciudadanos. Con certeza, creo, Leyva lo haría, pero es casi seguro que su jefe no esté dispuesto a darse la pela, como sí lo hizo, sin dudar, Boric, el presidente chileno. Si Ortega es un norte, apaga y vámonos… Otro cuento que debe ser muy ingrato es el del reparto de embajadas y consulados al tenor de la distribución de mermelada, algo que, como lo sabe cualquiera de sus antecesores, siempre ha estado a la orden del día. ¿Se aburrirá Leyva?

En cuanto a Ocampo, ese cuento de estar siempre haciendo claridad acerca de la regla fiscal, del equilibrio presupuestal, de estarle llamando la atención, de forma recurrente, a dos de sus colegas (salud y minas), debe ser muy desgastante. Arrear a adultos es tarea ingrata. La vicepresidenta, varios de los ministros, quieren el gran presupuesto y él, pedagógicamente, procura explicarles. En las próximas semanas sabremos si se queda; el definidor va a ser el trámite de la reforma de la salud. Es muy probable que la Corte falle y oportunamente se pronuncie sobre lo que es un hecho: la ley debe ser estatutaria. Ahí habría Ocampo para mas rato… También es probable que el Congreso, realmente, cumpla su función y se den los debates que la reforma requiere y Ocampo se quede un tiempo más. De lo contrario…

Cecilia López, con esa inmensa experiencia como ministra, directora de Planeación, en el Congreso, tiene el monumental reto de la compra de tierras para los campesinos. ¿Hay la plata prometida? ¿Le agradará el cuento del presidente en la CREG, de la reforma a la salud? ¿Qué pensará de tanto trino, de las renuncias de viceministras, de las negociaciones de paz?

Finalmente, Germán Umaña, hombre con experiencia en gremios industriales, así como en la Cámara Colombo-Venezolana, ha dado un paso de gigante con la apertura comercial con Venezuela. Me agrada cuando habla con respeto de los empresarios, particularmente de los que no son rentistas. Y aquí va el cuento: pareciera flotar en la cultura gobernante actual que ser empresario es una condición moral de segunda categoría. El gobierno está perdiendo aliados indispensables en esos centenares de miles de pequeños y medianos empresarios porque no los está valorando… aunque Umaña parece sí respetarlos. No creo que Umaña, a diferencia de Ocampo y López, se vaya del gabinete. Sin embargo, la tiene difícil: construir narrativas que generen fe en el país, que lleven a que los empresarios no reduzcan sus inversiones, que se sientan parte de un proyecto. ¿Cuadratura del círculo?

En fin, los 300 años que suman estos cuatro ministros, dan alguna tranquilidad y no por que los jóvenes y los de mediana edad no tengan grandes capacidades. Lo que ocurre, en el caso del gabinete actual, es que en algunos casos se colaron activistas sin experiencia ni visión de gobierno.

 

 

 

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