La importancia de la Ombudsperson en las universidades colombianas

La importancia de la Ombudsperson en las universidades colombianas

En la Universidad de los Andes existe desde hace años y se ha demostrado cómo esta figura fomenta el bienestar de la comunidad y su sana convivencia

La importancia de la Ombudsperson en las universidades colombianas

A lo largo de la experiencia en manejo en casos de convivencia en la Universidad de los Andes, la Oficina de la Ombudsperson ha desempeñado labores encaminadas a promover el respeto de los derechos y deberes de las personas que conforman la comunidad uniandina. La Ombuds es un lugar cercano, informal y neutral en el que los miembros de la comunidad pueden encontrar un mecanismo institucional de acompañamiento construido participativamente, a partir de las solicitudes individuales recibidas. Por esto, propone una comprensión alternativa de los conflictos para transformar las relaciones de forma constructiva, valorando los principios de pluralismo, tolerancia y respeto que caracterizan a nuestra Institución. En este orden de ideas, se propicia un escenario de diálogo cuidadoso para que las partes involucradas en desacuerdos puedan construir estrategias reflexivas y con estas logren acuerdos en un ejercicio responsable de sus derechos.

La Ombudsperson promueve el bienestar de la comunidad fomentando dinámicas sanas de convivencia, la corresponsabilidad, y la libertad de expresión, inherentes a la democracia participativa. Por esta razón, parte de un enfoque en el que se reconoce que en todas las comunidades hay conflictos e incluso, que algunos pueden derivarse de una inconformidad con una actuación de la Universidad. En Ombuds, por una postura institucional se incentiva que haya una resolución adecuada de los mismos y un ejercicio de la libertad de expresión impulsando: el diálogo, la confianza institucional, la auto reflexión y los procesos deliberativos. Se tiene la fuerte convicción que los valores democráticos construyen comunidad y fortalecen los procesos colectivos. Ahora bien, se estarán preguntando: ¿dónde se origina la figura de la Ombudsperson? y ¿cuáles son las razones por las que la Universidad decide adoptar esta figura?

Origen de la figura de la Ombudsperson y su relación con las democracias latinoamericanas:

En primer lugar, la Ombudsperson se origina en Suecia, en 1703, bajo el nombre de Högste Ombudsmannen, cómo un puente entre el monarca y sus súbditos. En este sentido, las personas que ejercían este rol ostentaban un lugar de credibilidad entre los diversos miembros de una sociedad. Se trataba de un defensor de la legalidad, los reinados justos y los intereses de su sociedad. Posteriormente, en 1809, fue incluida en la Constitución sueca bajo el nombre de Justitieombudsman. Las personas que tenían esta posición eran elegidas por los parlamentarios para proteger los intereses y derechos de los ciudadanos a través de un mecanismo institucional efectivo. Así, su papel dentro de la estructura del Estado era uno por el cual se fomentaba la transparencia y se velaba por la protección de los pesos y contrapesos que garantizaban los liderazgos justos y adecuados.

Esta figura se popularizó al ser un mecanismo adecuado de control político (pesos y contra pesos), al igual que un impulsor de transformaciones sociales que ampliaron el reconocimiento y desarrollo de los derechos de las personas que conformaban algunas sociedades europeas del siglo

  • En España y Portugal, por ejemplo, “la acogieron con miras a dar a conocer a los ciudadanos sus garantías y posibilidades de movimiento dentro del nuevo Estado de Derecho; así como un mecanismo para detener las malas prácticas por parte del motor burocrático estatal” (Gómez, 2014).

Por otra parte, en América Latina la adaptación de la figura de la Ombudsperson surgió con la necesidad de fortalecer la defensa de los derechos humanos y la consolidación de las democracias. En la década de los ochenta entonces, comenzaron a darse los primeros coloquios y simposios llevados a cabo por el Instituto Latinoamericano de la Ombuds. En estos espacios se defendió la idea de que dentro de la estructura de los Estados, “la Ombuds debía ser un órgano independiente, encargado por el legislativo de cada país, para dar a conocer los derechos a los ciudadanos así como, los mecanismos para su defensa” (Gómez, 2014). Esta figura surge en un momento muy particular del contexto latinoamericano, en el que muchos países estaban saliendo de regímenes autoritarios y estaban restableciendo sus democracias.

Resulta interesante pensar que la Ombudsperson, históricamente ha ocupado un lugar particular en las sociedades y comunidades donde ha existido. Se trata de personas, grupos, o instituciones conocedoras de las dinámicas institucionales, organizacionales y comunitarias, reconocidos por sus habilidades cómo articuladores de procesos para la construcción y fortalecimiento de tejido social. La Ombudsperson es una figura que propicia principios de las democracias participativas con el objetivo de preservar la buena convivencia y en algunos casos el manejo de situaciones complejas que requieren de intervenciones cuidadosas para garantizar los derechos de las personas que conforman una sociedad o comunidad.

El modelo clásico de la Ombudsperson y su surgimiento en el Estado de Derecho colombiano

La Ombuds en el modelo clásico es un actor que interviene entre las relaciones de los Estados y sus ciudadanos. Se trata de un defensor del pueblo y mediador que protege la institucionalidad y legalidad, propiciando que las acciones institucionales sean unas que reflejen principios democráticos. De acuerdo con Gómez, la figura contribuye a “equilibrar el poder cuando los sujetos de la relación no se encuentran en igualdad de condiciones, tal y como sucede entre los ciudadanos y el Estado”. Sus acciones aportan a la materialización de los derechos de las personas y limita el poder de los funcionarios públicos.

El modelo colectivo de la Ombudsperson y su surgimiento en la estructura institucional de Universidades alrededor del mundo

El modelo colectivo se enmarca dentro de las relaciones que se dan en la estructura organizacional de instituciones cómo organismos multilaterales, empresas, universidades, entre otras. En este sentido, la Ombudsperson organizacional refleja “el interés institucional de contribuir a construir una comunidad cimentada en prácticas de convivencia entre sus miembros” (Gómez, 2014). Así, su papel es el de un comunicador, mediador, consejero, y defensor de la comunidad. Impulsa una sana convivencia que propicie la resolución adecuada de los conflictos con el objetivo de prevenir las fracturas infranqueables entre las partes.

Ahora bien, el modelo colectivo de la Ombuds se origina en universidad estadounidenses durante la década de los sesenta, como una respuesta institucional para darle manejo a los reclamos estudiantiles durante el surgimiento de los movimientos de los derechos civiles. Los reclamos y tensiones sociales de la época, se reflejaron en estos espacios de tal manera que las instituciones de educación superior optaron por reclutar personas reconocidas y respetadas de las comunidades que pudieran contribuir a resolver conflictos, sirviendo de puente entre la organización y la comunidad. Así, las funciones del ombudsman organizacional se pueden asemejar a las de un mediador, conciliador y guía de las relaciones sociales entre los integrantes de la organización.

La Ombuds desempeña en distintas instituciones educativas internacionales funciones encaminadas a velar por la justicia y la equidad (Ahedo e Ibarra, 2007; Avgar, 2011). Para fortalecer los valores   democráticos,   el   tejido   social   y   la   convivencia   sana,   la   Ombus   materializa:

  1. La resolución de conflictos por medio de la mediación.
  2. El fortalecimiento de los procesos de participación y deliberación en los espacios
  3. El empoderamiento de personas de la comunidad que elevan solicitudes, quejas o denuncias para el manejo institucional referentes al maltrato, el acoso, la amenaza, la discriminación y las violencias basadas en género.
  4. La promoción de cambios en las políticas institucionales para hacer prevalecer el principio de legalidad de las actuaciones de la universidad y evitar, así, desviaciones de

La Ombudsperson es una figura relevante no sólo para los Estados sino las instituciones, ya que vela por la protección de los principios democráticos que permiten un trámite adecuado de los conflictos. Se trata de una figura que pone el diálogo cómo un elemento esencial de construcción de comunidad, reconociendo los derechos y deberes de quienes la conforman. El apostarle a los procesos participativos y deliberativos en espacios como la Universidad fomenta el pensamiento crítico, fortalece la ética, y procura elevar discusiones que propician las transformaciones culturales que la sociedad demanda de una institución de educación como la Universidad de Los Andes.

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