La gran estrategia de Brasil

La gran estrategia de Brasil

Sin importar la filiación política del presidente de turno, la política de Estado en seguridad y defensa le permite a Brasil fortalecer su liderazgo en Suramérica

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febrero 23, 2023
La gran estrategia de Brasil

Entre los principales objetivos geopolíticos de Brasil, se destacan el de ocupar su inmenso territorio, acercándose a las costas del Pacífico a través de la cuenca del río Amazonas (la más grande del mundo) y ejercer un indiscutible liderazgo en América del sur, como plataforma para desarrollar su gran estrategia de proyección global. Para lograrlo, la gigantesca extensión territorial de Brasil encuadra como el elemento esencial que explica y da sentido, no solo a la geopolítica brasileña, sino a toda la geopolítica sudamericana.

De hecho, Brasil tiene especial influencia en factores marítimos (océano Atlántico, océano Pacífico y mar Caribe), en las cuencas hidrográficas (Amazonas y del Plata), en los antagonismos provocados por conflictos en el área andina (guerrilla y narcotráfico en Colombia, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela). También, convulsión política (Perú), el equilibrio militar (Argentina, Ecuador, Perú y Venezuela) y predominio en el factor ambiental, primordialmente en su Amazonía.

Unido a lo anterior, es evidente la influencia de la geopolítica en el pensamiento estratégico de Brasil. De ahí que sobresalen cinco líneas estructurales de conceptos que fortalecen su liderazgo, como potencia regional y proyectan la aspiración brasileña de convertirse en potencia mundial: el entorno sudamericano, la integración, la cooperación, la plataforma amazónica y la defensa.

Dentro del proceso de cooperación en el entorno sudamericano, Unasur se constituyó en la mejor muestra de una identidad estratégica, gracias al salto cualitativo de la integración regional lograda con su creación. En efecto, derivada de la voluntad soberana de sus miembros, Unasur afianzó la identidad política sudamericana con la persistente interrelación entre los países del Cono Sur, que antes era esporádica y posteriormente se convirtió en la base de una mayor integración regional.

Más aún, durante la presidencia de Luiz Inácio (Lula) da Silva 2003-2010, se marcó un momento histórico para Brasil, cuando renovó relaciones diplomáticas con China, África y Medio Oriente. En la misma línea, Dilma Rousseff, continuó la misión de expandir relaciones económicas y comerciales con otros Estados, actividades que han marcado un buen escenario político en la región para Brasil. Además, en el desarrollo de su gran estrategia geopolítica, posiciona a China como su principal aliado comercial a donde exporta materia prima, bienes y servicios, desplazando a Estados Unidos.

Por otro lado, Brasil hace parte del denominado grupo BRICS, al lado de Rusia, India, China y Sudáfrica, que conforma el conjunto de países más adelantados entre los Estados con economías emergentes. Tienen en común grandes territorios, una alta cantidad de recursos naturales y una fuerte incidencia en la economía internacional, con significativos crecimientos en sus PIB, por lo que representan un atractivo destino de inversión.

Del mismo modo, el pensamiento estratégico brasileño influenciado por su geopolítica, pretende ser más competidor en el orden mundial a partir de mejorar su economía interna e internacional. Así mismo, con la Agencia Brasileña de Cooperación, busca consolidar acuerdos de cooperación internacional y alianzas estratégicas con países desarrollados, entre otros, Alemania, Canadá, China, España, Estados Unidos, Francia, India, Israel, Italia, Japón, Países Bajos, Portugal, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Suecia, Suiza e Israel.

Todo esto, bajo la dinámica que “si Brasil se abre al mundo, el mundo se vuelve hacia Brasil”, recordando lo dicho por la entonces presidente Dilma Rousseff 2011-Ago.2016, lo que  implica nuevas y mayores responsabilidades para las Fuerzas Armadas en asuntos de seguridad. Al mismo tiempo, Brasil mantiene en constante ascenso un papel cada vez más preponderante dentro de la diplomacia internacional, unido al interés de ocupar un asiento como miembro permanente dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Ahora bien, uno de los desafíos que enfrentan los Estados es el de evitar conflictos armados y, por ende, América del Sur no está exenta de controversias o rivalidades. Una estrategia importante en este sentido ha sido la creación del Consejo de Defensa Suramericano al interior de Unasur, el 16 de diciembre de 2008 en Salvador de Bahía (Brasil). Según la página oficial de Unasur, su papel se centra en “implementar políticas de defensa en materia de cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz, industria y tecnología de la Defensa, formación y capacitación”. De lo anterior se desprende la necesidad de establecer la estrategia geopolítica de Brasil y su impacto en la Amazonía.

Así, entonces, la gran estrategia de Brasil se fundamenta en su aspiración de convertirse en potencia global, a partir de una plataforma amazónica con ciertas características en un espacio vital o Lebensraum (propuesto por Ratzel en 1901), que es el espacio amazónico. Por tanto, tiene importancia en la defensa, en el medio ambiente, la política y en la economía. Es por ello que a partir de 2005 con la Política de Defensa Nacional (PDN) y en 2008 con la Estrategia Nacional de Defensa (END), durante los dos primeros gobiernos de Lula da Silva, se fortaleció la seguridad y la defensa.

De la misma manera, con el fin de trazar una línea de acción disuasiva, toda vez que adoptar la postura estratégica del pacifismo no significa que Brasil sea un país desarmado e indefenso. Lo que es más importante, por el derecho y obligación que le asiste de salvaguardar la soberanía territorial e impedir la injerencia internacional en su Amazonía. Para dicha misión, las Fuerzas Armadas se constituyen en el principal soporte para la preservación y defensa de su territorio.

Adicionalmente, en 2012, se hizo una revisión a la Estrategia Nacional de Defensa de 2008 y se expidió el Libro Blanco de Defensa Nacional (LBDN), reforzando la visión de considerar la Amazonía como una zona estratégica vital para los intereses de la nación. Así que al unísono de las subsiguientes revisiones realizadas cada 4 años a dichas políticas de Estado, por los sucesivos gobiernos, se han desarrollado los mejores sistemas tecnológicos para la vigilancia y protección de la Amazonía.

Si bien Brasil carece de conflictos graves con los países fronterizos, particularmente con Colombia y Venezuela, dada su postura estratégica defensiva y pacifista, procura mantener su predominio con base en la diplomacia e influencia que representa el soft power o poder blando. No obstante, su poderío militar es un elemento de disuasión real en materia de seguridad y defensa nacional, configurando su escudo de defensa y fortaleciendo a las fuerzas armadas para tener una presencia fuerte en todo el territorio terrestre y marino distante.

Eso sí, dada su vocación pacifista, Brasil no es un país con ambiciones imperialistas, pero tiene la responsabilidad de adquirir las capacidades necesarias para defenderse. Al efecto, la END contempla la transformación del Ejército brasileño en vanguardia, bajo los imperativos de flexibilidad y elasticidad, con prioridad sobre la estrategia de presencia, para culminar con la preparación ante una eventual guerra asimétrica.

En conclusión, independiente de la filiación política de los presidentes de turno, la política de Estado en seguridad y defensa prevalece, lo que le permite a Brasil fortalecer permanentemente su liderazgo en el entorno sudamericano, a través de la integración, la cooperación y el espacio amazónico. De este último, se desprende la importancia que tiene en la defensa, en el medio ambiente, la política y en la economía. Fuera de estos atributos, posee los elementos necesarios  para materializar su gran estrategia de emerger como una potencia mundial.

Es decir, poder militar disuasivo o para apoyar sus estrategias de política exterior; una destacada presencia y liderazgo regional, en materia de seguridad continental; y posee el reconocimiento de otras potencias, dada su importancia geoestratégica, geoeconómica y geopolítica, así como por ser un jugador relevante en la seguridad internacional. Además, en su condición de potencia regional sudamericana, cuenta con opciones estratégicas para convertirse en un jugador con poder de decisión en un orden mundial multipolar. En dicho sentido, queda por verse el impulso que le dará Lula a Brasil en su tercer mandato 2023-2026, iniciado en enero pasado.

*PhD. / Mayor General de I.M. (R)

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