Haití, yo no soy de por allí, vengo de Colombia

Haití, yo no soy de por allí, vengo de Colombia

Una visión a los hechos que rodean el asesinato de Jovenel Moïse

Por: Hernando Copete Ortiz
julio 15, 2021
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Haití, yo no soy de por allí, vengo de Colombia

Yo quiero explicar de una manera muy imparcial los hechos relacionados con el asesinato de Jovenel Moïse, presidente de Haití,  recurriendo a procedimientos racionales (analítico-lógico), en armonía con el razonamiento emocional (subjetivo). Espero no caer en sesgos cognitivos por la cantidad de información que tengo para el análisis y la fuente de ella.

Si yo encabezara o fuera el autor intelectual de este hecho, aberrante y de falta de amor por sus semejantes (empatía), seleccionaría alguno de estos procedimientos o estrategias para acabar con la vida de este personaje.

1. Seleccionar o reclutar a uno de los simpatizantes más cercanos al presidente, dándole entrenamiento (modus operandi) y una buena suma de dinero. Ejemplo histórico, Judas Iscariote fue el apóstol que vendió a Jesucristo.

2. Uso de suicidas (kamikaze), reclutados por ser enfermos terminales, o personas en pobreza extrema, que sacrifican su vida para dejarles una buena suma de dinero a sus familiares.

3. Haciendo uso de sustancias venenosas, en los alimentos o bebidas. Ejemplo, el uso del arsénico por Locusta (esclava de la antigua Roma) que se encontraba al servicio de Agripina, para envenenar a Nerón.

4. Uso de un francotirador. Ejemplo, muerte de John F. Kennedy por Lee Harvey Oswald, exmarine estadounidense.

5. Recurrir a mercenarios, que no sobrepasarían la cantidad de cinco personas, para este tipo de caso (la utilización de un gran número de miembros, se hace con el fin de la conquista de un territorio). Las razones: no filtración de la información, mejor control de este personal, facilidad para la fuga. Previamente estos sujetos deben portar identidades falsas.

Ahora bien, si yo fuera un miembro del grupo de mercenarios, lo sería por:

1. Tengo experiencia en el uso de armas y técnicas de infiltración.

2. No sería mi primera incursión.

3. Mi identificación sería falsa en todos los sentidos: nacionalidad, edad, nombres, ocupación, etc.

4. Mientras cumplo con el trabajo, las comunicaciones con mis familiares, serían muy pocas o nulas y si las hago, sería haciendo uso de medios de comunicación que no estarían en mis manos, servicios públicos. El fin es evitar el perfilamiento.

5. Jamás me haría fotos o selfis, privados, como públicos, en el escenario donde iría a actuar y mucho menos las haría públicas.

6. De igual forma, evitaría las cámaras de seguridad y vigilancia, o si las enfrento cambiaría mi apariencia física (disfraces, ocultamiento de la cara, narices y orejas postizas).

7. Tener establecidas dos o tres formas de salida (escape) del lugar donde fui contratado.

En consecuencia, si las personas capturadas no cumplen con estos factores, se podría pensar que se está ejerciendo otra modalidad de “mercenarios” mediante el engaño, representado en las ofertas de trabajo con pago en moneda extranjera y exigiendo únicamente que sea personal en retiro de las fuerzas militares. Lo anterior con el fin de evitar el entrenamiento de orden cerrado, como de orden abierto (recibir instrucción y cubrir superficies de asalto o ataque de manera eficiente).

En consecuencia, creo que son una o dos personas de ese grupo las que conocen el procedimiento, lo ejecutan, escapan y dejan a los demás como carne de cañón, fuente de distracción y desviación de la investigación.

Una hipótesis, loca, sería que con este tipo de actuar se quería matar dos pájaros de un solo tiro, como se expresa popularmente (modismo). Uno acabar con la vida del presidente de Haití y otra, dañar la imagen de las fuerzas militares de Colombia (reflejado en la cantidad de capturados y su procedencia) y por efecto a sus dirigentes.

Por último, se hace importante destacar que no todos los miembros de las fuerzas armadas por una u otra razón han desviado sus comportamientos éticos y morales. No podemos generalizar. Sería algo parecido a decir comamos excremento, cien mil moscas no pueden estar equivocadas. El pensamiento masificado no es capaz de tomar decisiones racionales. De hecho, las que toma son más de orden emocional (subjetivas).

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