Frisby, la receta colombiana de pollo que tiró a la lona a KFC

Frisby, la receta colombiana de pollo que tiró a la lona a KFC

Liliana Restrepo y Alfredo Hoyos (QEPD) empezaron en un pequeño local en Pereira vendiendo pizza y pollo, pero su éxito los llevó a ser la cadena más grande del país

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agosto 21, 2021
Frisby, la receta colombiana de pollo que tiró a la lona a KFC

Recién casados Alfredo Hoyos y Liliana Restrepo decidieron emprender su primer negocio. Corría el año 76 cuando montaron una pizzería en Pereira. Desde Bogotá trajeron al hombre que les daría el primer impulso: un pizzero que hacía volar la masa como un frisby. Alfredo y Liliana, al ver tales malabares, no dudaron un segundo en nombrar al negocio “Frisby”.

La idea fue todo un éxito, pero mucho más lo sería la nueva oferta en el menú: el pollo frito, un ingrediente conocido en la familia, que pasó a ser el preferido en los restaurantes Frisby en el eje cafetero hasta convertirse en la empresa con mayores ventas de pollo frito en el país.

El papá de Alfredo había llegado desde Yarumal a Pereira como vendedor de cachivaches y pronto montó un almacén de misceláneas. En 1948 tomó rumbo a Japón a comprar juguetes donde se conseguían a buen precio por la crisis de la posguerra, pero se interesó especialmente en unas incubadoras de pollo que conoció en casa del dueño de la juguetería. Regresó con dos incubadoras que lo convirtieron en un pionero en la naciente industria avícola del país y le abrió un horizonte a su hijo.

Con un inglés aprendido en el recién fundado Instituto de Inglés de Pereira, Alfredo hijo viajó a completar su bachillerato en una academia militar en Georgia, Estados Unidos. Sin embargo, su amor por los militares duró poco, y por recomendación de su papá, se fue a vivir a un pueblo en el estado de Indiana donde la avicultura era la actividad principal. Muy joven asistió a una convención avícola en Chicago en la que consiguió la representación para Colombia de algunos productos como comedores avícolas y drogas para aves. El estudio quedó atrás. Las ventas crecieron, y vio una nueva oportunidad, modernizar la venta del pollo crudo, contrató un jubilado norteamericano experto en procesadoras de pollo y fundó Pimpollo, la primera venta de pollo despresado y luego inauguró el primer asadero de pollo en Pereira, Pollo Loco y luego Avinco.

La idea de vender pollo la ayudó a pulir su hermano, que estudiaba en la Universidad de Georgia, donde conoció a un profesor experto en apanar pollo. Alfredo escuchó los consejos del profesor y decidió importar una máquina de cocción a presión que no secaba el pollo por dentro al momento del apanado.

Alfredo no era ningún principiante en el negocio, y antes había sido socio de Eduardo Robayo, dueño de Kokoriko, quien le recomendó a su viejo amigo que no se metiera en ese mundo porque en Colombia lo que gustaba era el pollo asado, no frito. Alfredo demostró todo lo contrario.

A los 29 años, en 1976, le vendió todo a Eduardo Robayo dueño de Kokoriko y con dinero, pero sin oficio, decidió con su esposa montar Frisby.

Después de abrir varios locales desde Cartago por el eje cafetero llegaron a Bogotá en 1987; siguieron a Medellín y hoy tienen 256 restaurantes en 35 cabeceras municipales logrando hacer de Frisby una de las cadenas con mayor cobertura nacional, de los cuales 35 son franquicias. Los hijos trabajan en el negocio y respetan un protocolo de familia pensando en la expansión al futuro.

Durante veinte años Alfredo contó con la asesoría de un profesor de la Universidad de Berkeley, experto en psicología transpersonal, ciencia que estudia el desarrollo personal y potencial humano, para trabajar con el recurso humano de Frisby. Aunque autodidacta, considera la formación de la gente de la empresa fundamental.

Liliana, por su parte, se ocupa de un colegio de 500 niños en Dosquebradas, en el que estudian muchos de los hijos de empleados sin descuidar Frisby, donde ha logrado que las mujeres tengan el mismo estatus que los hombres. De los 3.000 colaboradores directos, de los cuales el 80 % es personal operativo, la mitad son mujeres, muchas de ellas jefes de área. El factor humano para los dos cuenta.

Anualmente hace recorridos por el mundo con un grupo de ocho o diez directivos de Frisby, especialmente con el chef jefe del departamento de investigación y desarrollo, para enterarse de los cambios en el sector y poder reinventar la empresa de acuerdo a las tendencias mundiales, como la nueva línea baja en calorías. Asiste desde hace más de 40 años a la convención de restaurantes de Chicago, la más grande en el mundo, y el logo-símbolo de Frisby se lo encargó nada menos que al diseñador de las mascotas para Disney y Universal.

En los últimos diez años el mercado del pollo asado y frito en Colombia ha venido registrando el posicionamiento progresivo de un competidor con bandera estadounidense que, aunque en 1992 echó raíces en el país, desde 2011 comenzó a tomar vuelo. Se trata de Kentucky Fried Chicken (KFC), la marca del Coronel Sanders que, tras invertir un grueso de 50 millones de dólares para completar 80 locales en el país, no pudo quitarle más de 30 mil millones anuales del mercado tanto Frisby como a Kokorico.

Con mucho pesar Colombia recibió el pasado 13 de diciembre la noticia del fallecimiento de Alfredo Hoyos a los 74 años, en la ciudad de Pereira. Su ejemplar carrera estimuló las expresiones de solidaridad por parte de diversos sectores de la sociedad quienes lamentaron la anticipada partida de Hoyos. El mismo Frisby, desde una de sus 256 tiendas, rindió homenaje a su creador con este emotivo video el cual fue publicado por la red social Tik-Tok.

Frisby, considerado el rey del pollo frito en Colombia, vende más de 225 mil millones de pesos al año y compite por los primeros lugares en el ranking de restaurantes de comida rápida en el país, los planes corporativos incluyen crecer anualmente entre 15 y 20 locales e invertir cerca de $ 15.000 millones en nuevos restaurantes e innovación, a ese ritmo, esperan duplicar ventas para el 2022. Sus fundadores, continúan fieles a su principio de no dejarse ganar por la comodidad y seguir matriculados en la zona de aventuras, abiertos a nuevas oportunidades y conocimientos para lograr que nadie lo haga como Frisby lo hace.

Su fama y trayectoria lo ha posicionado en varias oportunidades como el restaurante de cadena más visitado en Colombia.  En agosto de 2021, Crepes & Waffles completaba cuatro años de liderar el top 58 de restaurantes con mayores pedidos, sin embargo, por primera vez Frisby fue la encargada de encabezarla. La cadena pereirana con 44 años en el mercado alcanzó los 445.781 millones, y aunque hubo disminución de 12% comparado con el 2019, fue la cadena líder en Colombia. Mientras antes de la pandemia realizaban alrededor de 20 mil domicilios al mes, ahora Frisby puede alcanzar hasta 41 mil pedidos en un solo fin de semana.

Por su parte, Crepes, la cadena bogotana con 41 años de antigüedad, acumuló 378 mil millones de pesos en ingresos del 2020, bajando 34.5% con relación al año 2019. En tercer lugar, estuvo El Corral, la cadena de comida rápida fundada en 1983. De cuarto, se posicionó Andrés Carne de Res, incluido Kokoriko.

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