Profe, esa palabra que se volvió un genérico, y que todos utilizan en las instituciones educativas, simplemente porque no se acuerdan del nombre de ese hombre o mujer que se para cansado(a), de día y de noche frente a 20 estudiantes, que le muestran su respeto y aprecio, chateando entre sí por su celular.
Profe, ese fantasma, ese desconocido, entre el tumulto de quienes no son sus alumnos y al que todos buscan al final de cada ciclo para tratar de asegurar una buena calificación, única razón de su presencia en un aula de clase.
Profe, ese que tiene que tener habilidades de malabarista, para no perder el equilibrio de su paciencia y tratar de mantener atentos a 20 personalidades diferentes, 20 genios diferentes, cada uno de ellos con decenas de problemas en su mente. Y que jamás piensan que quien está al frente, también con decenas de problemas diferentes, está haciendo un descomunal esfuerzo para que los que están sentados no los noten.
Profe, esa persona que termina agotado a las 9:45 de la noche, y sale a comerse una empanada que le compra a un vendedor que gana más plata vendiéndolas, que teniendo la maestría de quien la compra.
Profe, esa persona con más de 25 años de experiencia en un área y que es "evaluado" por un despistado de primer semestre, que solo tiene 18 años de edad, pero que sin saber si quiere estudiar Derecho, o Veterinaria, tiene el poder con su evaluación de hacer que echen al profe.
Profe, esa persona que con dolor de cabeza, o de estómago, o de espalda, y a veces con la moral bien baja, tiene que ser un "Showman" tratando de ganarse el interés de los que están sentados, sin que ellos sepan que por dentro puede estar llorando.
Profe esa persona que tiene que humillarse y salir a la calle, a gritarle a todo el mundo caminando medio día en una marcha, que no le pagan lo suficiente. Porque "Profe" es el título más desacreditado en Colombia. Yo los conozco muy bien. Fui intermitentemente bajo lluvias, soles y lunas, uno de ellos.
Pero así como padecí a veces en silencio, las ingratitudes de unos pésimos estudiantes, tuve la inmensa fortuna de tener también de vez en cuando a estudiantes que se interesan con lo que uno enseña y con pasión aprendió.
Recuerden profes que ustedes son un gasto. Mientras el estudiante, por malo que sea, es un inversor para el negocio de la Educación. Una educación mediocre, con materias de relleno y así obligar a que se asista cinco o más años, cuando en realidad pueden ser tres y una especialización técnica, que es lo que el futuro demanda y el país necesita, y en el futuro preparados con bases de Inteligencia Artificial.
A todos los y las profes, desde el fondo de mi corazón, mi reconocimiento, mi respeto y mi admiración. Y a los que fueron, y bien me enseñaron, les doy las gracias por los también muchos éxitos que he obtenido en mi vida profesional, que nunca dependió de ser profe.
Lo hice por verdadera pasión, y si algún día decidiera volver, hasta gratis lo haría. Gracias profes una y mil veces, gracias, de parte, no de un exprofesor, sino de un eterno estudiante de mi vocación.
También le puede interesar: