El año pasado parecería haber sido el cierre de Verónica Alcocer de su rol de Primera Dama y la decisión de profundizar su ruptura con su esposo de casi 25 años, el hoy Presidente Gustavo Petro. Remató el año con una visita oficial, como invitada del gobierno de China en septiembre de 2024 después de haber estado junto al Presidente en visita oficial en Estocolmo. Uno de sus viajes más sonoros fue el de su encuentro con el Papa Francisco en el Vaticano al que se movilizó con su séquito personal.
El escándalo por los gastos generados por sus viajes que ascendieron a los $112.548.841 en año y medio terminaron cerrándole la puerta a sus periplos oficiales en el extranjero, que así estuviera separada, como lo ha reconocido el Presidente nunca desistió de los privilegios de su rol de primera dama.

Lo que parecería haber sido el punto de quiebre para la decisión de Verónica Alcocer de tomar distancia definitiva de Gustavo Petro fue el episodio de las fotos que se filtraron del Presidente paseando acompañado de una mujer por las calles de Panamá después de haber asistido a la posesión de presidente José Raúl Mulino en julio de 2024, que la tocaron en el terreno personal y la llevaron a tomar distancia empacando maletas para Europa.
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Fue entonces cuando apareció como alternativa para su refugio la residencia de los embajadores en Suecia, que son el exministro de transporte Guillermo Reyes y su esposa la exreina vallenata Carmen Larrazábal. Las une una vieja amistad en la que se mezclan sangre caribe, el gusto por la moda y la vida social.
De profesión abogada Carmen Larrazábal se acercó luego a la psicología y se volvió sexóloga y terapeuta de pareja, un camino que ha recorrido al lado de su esposo Guillermo Reyes con quien se casó en mayo de 1998 cuando él le gastaba tiempo a la academia, en su formación y como profesor universitario.
Reyes ha sabido combinar la profesión con la política bajo el ala del Partido conservador logrando combinar las clases de derecho en distintas universidades con el oficialismo conservador acompañando las campañas de Andrés Pastrana y Noemí Sanín hasta lograr ser magistrado del Consejo Nacional electoral por ese partido en el 2002 y una vez terminado su periodo lo engancho Fabio Valencia Cossio como viceministro de justicia en el 2006 en el gobierno de Álvaro Uribe.
Sin juego político en el gobierno de Juan Manuel Santos por cuenta de la ruptura con los conservadores por la negociación con las Farc regresó a la academia como profesor en el Rosario, la Libre, los Andes y la universidad del Sinú y en el 2018 abrió su oficina de abogados Reyes & González, que lo reconectó con el sector público con decenas de clientes, incluidas la alcaldías de Itagüí y Bello, donde tendría el feliz encuentro con el entonces alcalde y hoy senador Carlos Andrés Trujillo, viejo conocido por el partido conservador y el primero en apoyar a Gustavo Petro –también apoyó a Daniel Quintero en Medellín- y quien le abrió el camino hacia Gustavo Petro. Allí la amistad de su esposa Carmen Larrazábal con Verónica Alcocer le sumó de manera importante.

Guillermo Reyes salió del gobierno en la primera crisis de gabinete pero de inmediato Petro le lanzó el atractivo salvavidas de la Embajada en Suecia, que tardó ocho meses en asumirla.
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Pero una vez presentó cartas credenciales el 8 de diciembre ante el rey Carlos Gustavo de Suecia en un atuendo escogido por su esposa, Guillermo Reyes logró posesionarse como embajador en Suecia con una pinta que dio de qué hablar todo pareció marchar sobre ruedas hasta pasar a convertirse en los anfitriones permanentes de la primera dama en su residencia de Estocolmo.
Un año después en la representación diplomática, Guillermo Reyes coronó con la decisión del presidente Petro de optar por los aviones de guerra Saab 39 Gripen, cuya carta de intención se firmó el pasado el 2 de abril en la Casa de Nariño, un millonario negocio que se empezó a cocinar precisamente en la visita de Estado de junio del 2024 pasado, fecha que convirtió igualmente a Estocolmo en el destino preferido de la primera dama Verónica Alcocer.
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