El fracaso de la celebración de los Cien días de Petro: ni el senador Bolívar llegó a la Plaza

El fracaso de la celebración de los Cien días de Petro: ni el senador Bolívar llegó a la Plaza

Cuando Krápula salió a escena, ya no quedaban viejos sindicalistas sino hippies atraídos por el olor de la marihuana y la promesa de una fiesta que nunca se concretó

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noviembre 15, 2022
El fracaso de la celebración de los Cien días de Petro: ni el senador Bolívar llegó a la Plaza

Al primero que se le ocurrió la idea fue a Gustavo Bolivar. El 27 de septiembre, ocho semanas después de haberse posesionado como presidente, propuso en su cuenta de Twitter una gran movilización para celebrar los 100 días del gobierno Petro. Desafiante, el congresista exhortaba a defender las reformas “la justicia tributaria, la paz, la inclusión social, la transición energética, la educación gratuita y la salud”.

La fecha propuesta por Bolívar, como sucede con todos los plazos, se cumplió esta tarde. A las 12 del día los miembros de la Central Unitaria de Trabajadores llegaron a la Plaza de Bolívar. La suerte los acompañó. El sol estallaba en el cielo, una contradicción en medio del aguacero perpetuo que cae sobre Bogotá desde hace un mes. Los sindicalistas de la CUT se subieron a tarima mucho antes que lo hicieran los artistas que componían el micro festival de rock organizado por Patricia Ariza desde su ministerio de cultura y que bautizó: Estallido cultural. Otra vez las viejas consignas antiimperialistas, los abucheos a RCN y Caracol, los canales que según ellos conspiran para tumbar al Primer Gobierno del Pueblo.

La lluvia se había ido y también se llevaba a la gente. Porque la plaza de Bolivar nunca había lucido tan desolada en una de las convocatorias hechas por Petro, como alcalde, senador o candidato a la presidencia. Entre ese puñado de personas paradas frente a la tarima estaban congresistas como Heráclito Landinez, Sandra Jaimes, Mafe Carrascal,  María José y María del Mar Pizarro, Alirio Uribe y pare de contar. Gustavo Bolívar, el creador de la propuesta, no apareció jamás.

No podremos saber las razones por las que Bolívar decidió no ir a la manifestación en donde el petrismo se daría un autobombo propio de un régimen caudillista. Le quedaba fácil asomarse desde el Congreso y ver que ningún fotógrafo, por más hábil que fuera, encontraría el ángulo para negar la verdad: la convocatoria había sido un fracaso. En cantidad de gente, por ejemplo, la marcha antipetrista del sábado 29 de octubre, que llegó también a la Plaza de Bolívar, fue más numerosa. Y eso que ese día la lluvia y el viento frío descendían de los cerros. Esta marcha no había tenido el respaldo de nadie, no fue anunciada con semanas de antelación como la marcha oficialista convocada por Bolívar y no estaba soportada en el ministerio de cultura como había sucedido con esta celebración.

Solo un puñado acompañó la celebración de los 100 días de Petro

Los petristas necesitaban, con esta convocatoria, despejar cualquier duda sobre el respaldo popular que tiene el presidente en estos 100 días de mandato. Las cifras más favorables arrojadas por las encuestas apenas le dan un 60% de favorabilidad. Aupado en ejemplos como las grandes marchas oficialistas en la Italia de Mussolini o del chavismo, Petro y su gobierno querían dar un contundente  golpe de popularidad. Por eso, además de la invitación de Bolívar, se contaba con la cobija dada por Patricia Ariza y su ministerio de Cultura quienes le dieron a este show el ampuloso nombre de Estallido Cultural. Por intermedio de ella se convenció a artistas que han sido incondicionales a Petro y a su credo antiuribista desde noviembre del 2019 cuando arrancaron las manifestaciones contra Iván Duque como fueron el Doctor Krápula, la agrupación bogotana de Ska y el trovador Edson Velandia.

Velandia y Adriana Lizcano tocan ante unos pocos buenos amigos en la Plaza de Bolívar

Sobre la una de la tarde, cuando las chillonas arengas contra el imperialismo yanqui cesaron, arrancó el concierto. La escogida fue la rapera Midras Queen, el seudónimo con el que se le conoce desde 1994 a la cantante Sandra Mosquera, cuyos versos fueron muy importantes durante las manifestaciones contra el uribismo. Sin embargo, entre el público de esta soleada de martes, nadie se sabía una sola de sus canciones. El público era mayor de cincuenta años. Viejos sindicalistas de la CUT, algunos jubilados, encontraron el tiempo para asistir. Los jóvenes no estaban. Por eso, justo antes de que se subiera a la tarima Edson Velandia, el promedio de edad bajó considerablemente cuando aparecieron los miembros de la Primera Línea.

Lejos de alentar a Petro, los miembros de Primera Línea llegaron silbando al gobierno y exigiendo, frente al capitolio del Senado la libertad para presos políticos. Uno de los primeros compromisos de Petro, recién fue elegido presidente, en el evento que llevó a cabo en el Movistar Arena el 19 de junio fue el de prometer la libertad de los miembros de la Primera Línea apresados durante las protestas, una promesa que, lejos de cumplirse, se ha transformado en una condena para uno de sus máximos líderes Alias 14, en 19 años de cárcel.

Velandia y su esposa, Adriana Lizcano, se unieron al pedido de los muchachos y exigió la libertad de los presos políticos. En ese momento dentro del escaso público empezó a salir el efluvio de la marihuana. La rasca de Velandia empezó a agitar cabezas. Los vendedores ambulantes parecían mayoría y empezaron a vender Póker en una celebración tan triste como puede ser una borrachera de cerveza en el mediodía de un martes.

Bolívar, desde alguna ventana del Congreso, veía el lánguido show. Cuando Krápula, el plato fuerte de la explosión cultural, salió a escena, ya no quedaban viejos sindicalistas sino hippies ocasionales atraídos por el olor de la marihuana y la promesa de una fiesta que nunca se concretó. Ha sido una de las manifestaciones más tristes del petrismo en la Plaza de Bolívar, un riesgo que no debieron correr y que la oposición podría hacerles pagar caro.

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