Después de más de 25 años de promesas relacionadas con abrir una sede de la Universidad Nacional en Tumaco, el ansiado proyecto estaba cerca de ser una realidad gracias a una donación de USD 12 millones provenientes del gobierno de los Países Bajos, pero todo se esfumó.
Al parecer, la falta de diligencia de las administraciones de los últimos tres rectores, Ignacio Mantilla, Dolly Montoya y Leopoldo Múnera, privó al municipio de Nariño de contar con una Institución de Educación Superior de primera calidad y puso al Gobierno Nacional a encontrar una solución, la cual terminó llegando por cuenta del Ministerio de Educación que dirige Daniel Rojas Medellín.
El economista, que fue presidente de la SAE durante los primeros dos años del gobierno de Gustavo Petro, reconoció la importancia que tendría esta sede de la Nacional para el Pacífico colombiano y anunció que el Ministerio a su cargo, asumirá el monto correspondiente a lo que iba a llegar a través de la cooperación internacional.
Según sus cálculos, la inversión de Mineducación en moneda nacional equivale a cerca de $ 55 mil millones, algo para lo que será necesario redistribuir los recursos dentro de la cartera de educación. Esto a pesar del plan de austeridad anunciado a comienzos del año por el presidente Petro que incluyó, entre otros, pedirles a las entidades que recortaran los contratos de prestación de servicios.
¿Qué le pasó a la sede Tumaco?
En 1997 fue la primera vez que se habló de una sede de la Universidad Nacional de Colombia en este municipio fronterizo con Ecuador. Hubo optimismo, pero solo hasta 2011 compraron los terrenos para sacarla adelante y en 2014, cuando ya estaba Ignacio Mantilla en la Rectoría, se empezaron a mover las contrataciones correspondientes. En 2016, aún con Mantilla a la cabeza, fue ofrecida la famosa donación, pero pasaron ocho años sin que pudiera efectuarse y hacerse realidad para los tumaqueños.
El 31 de diciembre de 2023 se puso como fecha límite para la presentación de todos los documentos necesarios, pero no se cumplió. Para entonces, la rectora era Dolly Montoya. Posteriormente, se acordó un nuevo plazo para el 31 de julio de 2024, fecha en la que Leopoldo Múnera llevaba apenas poco más de un mes posesionado, tiempo en el que no logró mantener viva la donación.
En su momento, el aún canciller Luis Gilberto Murillo calificó de indignante que se hubieran perdido estos recursos por negligencias e incluso anunció un viaje a Ámsterdam para tratar de salvarlos personalmente, pero no logró nada. Por su parte, el ministro Rojas le quitó responsabilidad al rector Múnera y aseguró que todo se debió a fallas de las anteriores administraciones.
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