El economista vallenato Luis Alberto Rodríguez fue la estrella en ascenso del gobierno Duque que llevó como parte del semillero de profesionales promovidos por la vicepresidenta Martha Lucia Ramírez. Empezó como Viceministro de Hacienda con solo 30 años y luego pasó a ocupar un puesto estratégico: Director de Planeación Nacional en reemplazo de Gloria Alonso Másmela.
Aspiró en alguno momento a ser Contralor General de la Nación, pero del escándalo de los Ocad Paz, el mecanismo creado para la implementación de los recursos de la paz provenientes de las regalías cuya selección de proyectos de los municipios PDET pasaba por Planeación. El saldó de Rodríguez fue lamentable. Según denuncias de la Contraloría se perdieron 500 mil millones del presupuesto destinado para las obras en los municipios más pobres del país. El escándalo comprometía a Rodríguez y al representante Ape Cuello.
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El Contralor General Carlos Hernán Rodríguez presentó a finales del año pasado un duro informe sobre la malversación de los recursos de la paz.
De su pasó por Planeación le quedó una ampulosa casa construida en las afueras de Valledupar. A ojos de todos, las cuentas no daban. Entonces estaba casado con Andrea Olmos Aponte de quien se divorció.
Luis Alberto Rodríguez dejó en el pasado sus aspiraciones políticas y hoy trabaja en el sector privado. En 2023 fundó Dapper, una empresa de innovación, justo dos años después de dejar atrás su vida pública. El emprendimiento busca, aprovechando las relaciones que construyó en Bogotá, facilitar la interacción entre el sector privado y el gobierno entregando datos e información a los clientes que facilite su relacionamiento con el Gobierno de turno.
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Rodríguez era la mano derecha del ministro Alberto Carrasquilla y tuvo sobre sus hombros la Reforma Tributaria del Gobierno Duque. Luego en 2019 llegó a la Dirección Nacional de Planeación (DNP). Una vez posesionado en el DNP, Rodríguez tuvo que afrontar la emergencia del coronavirus e implementar la estrategia del “ingreso solidario”, una de las banderas del presidente Duque. Su capacidad de trabajo le hizo acreedor de la admiración del presidente Duque y de allí que se ganó el apodo de “El Pollo”, como le decía el mandatario con cariño.
Todo picaba en punto para el joven vallenato. Se convirtió en el candidato escogido por el alto gobierno para la Contraloría contando también con la simpatía del entonces contralor Felipe Córdoba. Ahí fue cuando Luis Alberto Rodríguez renunció al DNP para aplicarse a la candidatura de la Contraloría.
Pero el asunto para Rodríguez comenzó a pasar de castaño a oscuro, cuando dos periodistas de Blu Radio denunciaron el “saqueo a los recursos de la paz” por más de $ 500 mil millones de pesos, frente al cual Rodríguez debía explicaciones. Al escándalo de la posible corrupción alrededor de los Ocad-Paz se le sumó la noticia de la mansión que construía en su natal Valledupar avaluada en 2 millones de dólares. El alto gobernó le dio la espalda y la aspiración se empezó a desvanecer.
Las denuncias de la prensa pasaron a convertirse en un duro informe de la Contraloría, la entidad que aspiraba liderar.
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Rodríguez terminó por fuera de la lista de candidatura. Dos años después del escándalo de los Ocad-Paz decidió fundar en compañía de otros socios su empresa de tecnología de la información Dapper.