El cambio es irreversible: la Colombia que recibe Iván Duque
Opinión

El cambio es irreversible: la Colombia que recibe Iván Duque

Por primera vez desde Gaitán, un candidato de izquierda, desafiando al establecimiento, logra la histórica suma de 8 millones de votos, y se convierte en “ líder de la resistencia”

Por:
junio 18, 2018
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.

Ayer cambio el país. Y esta vez, ese cambio se siente irreversible. No es más de lo mismo. Gustavo Petro hizo historia. Ustedes me han leído muchas columnas excesivamente críticas de Petro, esas críticas no han desaparecido, pero con todo eso, lo de ayer no tiene precedentes y hay que reconocérselo.

La izquierda en Colombia ha sido siempre una opción marginal, una minoría tan poco influyente que nunca ha tenido un peso real en el desarrollo de las agendas nacionales. Hemos tenido varios candidatos de centro muy importantes, pero la verdadera izquierda no había tenido nunca un chance real de poder. La UP sacó el 4,5 % de los votos en 1986; el M-19 sacó el 12,4 % en el 90; El Polo llegó al 22 % en el 2006 gracias a la talla moral de Carlos Gaviria. Hasta ayer. Ayer, por primera vez desde Gaitán, tenemos a un candidato de izquierda desafiando a todo el establecimiento, que logra la histórica suma de 8 millones de votos. Y no fueron 8 millones de votos del margen. Ganó en Bogotá, en Cartagena, en Barranquilla, en Cali, en Tunja, en Santa Marta. Ganó en territorios de maquinaria pura y dura. Para que se hagan a una idea: Álvaro Uribe sacó 5,8 millones en el 2002, y 7,3 millones en el 2006.

Petro sacó ayer 8 millones de votos con todo en su contra. Con los medios de comunicación abiertamente declarados en su contra, con los partidos y las grandes maquinarias en contra, con todos los gremios en contra, con todo el sector productivo e industrial en su contra, con una avalancha de propaganda negra y con la agonía de Venezuela como amenaza pendiente. Con todo eso. Petro duplicó sus números de primera a segunda vuelta, y consiguió lo impensable.

Sin duda, por lo menos la mitad de esos votos no fueron por Petro sino en contra de la agenda reaccionaria de Duque. Fueron votos por la paz, por la defensa de las libertades fundamentales y por la preservación de la independencia judicial. Fueron votos por la tutela, por una reforma profunda del sistema de salud y fueron votos de gente que pensaba no votar pero que decidió hacerlo indignada por el trasteo de maquinarias en favor de Duque. Petro también logró algo impensable: centró su discurso, decantó sus posiciones más radicales, y se tomó las bases del Partido Liberal, con las que negoció directamente. Apeló a los liberales de a pie, a los liberales descalzos, la gente de sentimiento desobediente que hace mucho perdió todo vínculo con ese partido muerto y podrido que sepultó César Gaviria.

 

 Petro logró algo impensable:
centró su discurso, decantó sus posiciones más radicales,
y se tomó las bases del Partido Liberal, con las que negoció directamente

 

Y esas bases liberales rebeldes, que se movilizaron ayer como no lo hicieron por Humberto de la Calle, se movieron porque entienden que la paz está todavía pendiente y no será posible mientras haya tanta hambre. Pero también se movieron para notificarle a César Gaviria que él podrá vender el escombro liberal a cambio de un ministerio, pero que no los representa, ni es su líder. Y es que Gaviria llevó a ese partido a la paradoja de convertirlo en el único Partido Liberal de derechas del planeta.

En un discurso ganador, Petro aceptó rápido la victoria de Duque y le deseó lo mejor, pero le notificó que se ha convertido en el líder de la resistencia. Volverá al Congreso como jefe de una resistencia pacífica y respetuosa de las instituciones, pero no por eso menos rebelde en defensa de una agenda muy concreta que representa a la mayoría de colombianos.

Por fortuna, Claudia López hizo la maniobra que salvó al Partido Verde de la inutilidad. Entendió a tiempo algo que el profe Fajardo no fue capaz de dimensionar, y es que los líderes pocas veces tienen derecho a la neutralidad o a la tibieza. Por supuesto que cada uno vota lo que quiere, el voto en blanco es una opción perfectamente legítima. Pero él, como líder, tenía el deber de fijar una posición moral frente a los temas, y andar un camino. Sin embargo, desapareció casi a las pocas horas de alcanzar una votación tan histórica y significativa porque le faltó el valor para ensuciarse las manos, de sentarse con cualquiera de los dos candidatos y discutir con ellos sobre un núcleo de temas fundamentales.

Fajardo tenía el poder de influir efectivamente en las agendas de los candidatos y se negó a hacerlo. Claudia López, en cambio, entendió que con todas las diferencias y las distancias con Petro, declararse neutral le habría costado toda la credibilidad de su electorado y rápidamente se movilizó, convirtiéndose en la líder real del Partido Verde. Golpe de Estado se llama eso. Señores del Partido Verde, ¡bienvenidos al matriarcado!

 

 

Sigue a Las2orillas.co en Google News
-.
0
¿Es posible la paz con el narcotráfico?

¿Es posible la paz con el narcotráfico?

¿Cómo va a lograr Petro la paz en la que los demás han fracasado?

¿Cómo va a lograr Petro la paz en la que los demás han fracasado?

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus
--Publicidad--