Barranquilla siempre encuentra nuevas formas de anunciar que el Carnaval está cerca. A veces lo hace con un tambor que suena en la distancia o con un disfraz que aparece temprano en una esquina. Este año, en cambio, el aviso llega en forma de melodía, de una voz que se ha vuelto símbolo de identidad y de un ritual líquido nacido de un recuerdo familiar: Aria Vega, la que muchos conocen como la costeñita, la sirenita y hasta la reina informal de la ciudad, lanzó un cóctel inspirado en su canción “Agua de Panela”, una antesala íntima y sabrosa a lo que será la fiesta del 2026. La mezcla —creada en alianza con Old Parr— se volvió tema de conversación antes incluso de servirse en la primera mesa.
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Lo que parece un gesto promocional es, en realidad, la extensión natural de una historia personal. Aria todavía guarda en la memoria el sonido rasposo de los vinilos que su abuelo ponía al caer la tarde: Joe Arroyo, baladas setenteras, esas canciones que convertían la sala en un pequeño templo musical. Ahí, entre el sillón favorito y un trago servido con calma, ella aprendió que la música también puede ser un lugar para volver. Por eso, cuando habla de “Agua de Panela”, lo hace como quien describe una herencia: un sabor cálido, cotidiano, nacido del Caribe doméstico.
El cóctel que lleva el mismo nombre recoge ese espíritu sin solemnidades. Combina la dulzura de la panela con limón y coco, una mezcla que remite al barrio, a la cocina de cualquier casa, al mediodía donde el viento entra sin pedir permiso. La bebida, que estará disponible en los restaurantes de Casa Independiente durante toda la temporada carnavalesca, funciona casi como una llave: quien la prueba siente que está entrando a un universo donde la fiesta todavía no empieza, pero ya se anuncia en el aire.
Aria, que ha moldeado su proyecto musical a partir de los sabores, las jergas y las escenas del Caribe, entiende que el arte nace también de lo que se vive en el bordillo: los amigos que se reúnen sin plan, las historias que se improvisan, los personajes que aparecen en la esquina como si fueran parte de un cuento barranquillero. Su música mezcla cumbia, champeta, afrobeats y vallenato con la naturalidad de alguien que lleva la tradición en la piel, pero sin miedo a empujarla hacia el futuro.
“Agua de Panela”, entonces, no es solo un trago ni solo una canción. Es un gesto. Una invitación a conectarse con lo que viene: la temporada en la que la ciudad vibra incluso antes de que suenen las primeras trompetas. Aria promete que aún hay sorpresas para el camino, experiencias pensadas para celebrar lo que significa ser barranquillero incluso cuando no se está en Barranquilla.
El Carnaval todavía está a unos meses de desatarse por completo, pero su espíritu ya corre. Y este año, empieza con un sorbo.
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